"Beethoven se acuesta conmigo"
Pregunta. Opus Arte saca un DVD con interpretaciones suyas y comentarios sobre lo divino y lo humano. ¿Cómo lo ve?
Respuesta. Es un concierto de Brahms y un popurrí de comentarios de gente sobre mí, o míos sobre mí, sobre el piano, sobre Brahms... Filosofía barata, o quizá no tan barata.
P. ¿Y qué opina usted de Achúcarro?
R. Resultaría estúpido que yo dijese que soy uno de los mejores pianistas del mundo. Incluso hay gente que cree que Achúcarro no vale nada. Pero mi convivencia con ese concierto comenzó en 1957. Por tanto, creo que estoy perfectamente capacitado para entenderlo y ofrecerlo.
P. Dicen que tiene cuerda para rato. ¿Y viento?
R. Pues la tercera parte de ese DVD empieza con un Achú-carro subiendo una cuesta en bicicleta. Entonces, hay viento. Para mí la finalidad del deporte es retrasar a Cronos, el implacable, y aguantar en buena forma para cuando te salga una oferta de Opus Arte, la primera firma mundial en DVD. Aunque ha sido también inestimable la colaboración de la Fundación BBVA.
P. Tiene aún pánico escénico. Tras seis décadas al piano, ¿cuándo se le pasará, cuando lleve unos añitos más?
R. Yo no sé si hay alguien que no lo tenga. Alguna vez he dejado de tener miedo escénico y ha salido como concierto una buena mierda.
P. ¿Reza usted más a Mozart o a Brahms?
R. Cuatro esquinitas tiene mi cama: una me la guarda Brahms, otra Mozart, otra Chopin y la cuarta, Ravel.
P. Ya me imaginaba que, después de criticar las disonancias de Beethoven, a él, ni mijita.
R. Perdóneme, pero Beethoven se acuesta conmigo. El sordo era... ¡Caray con el sordo!
P. Afirma que los decibelios le molestan. ¿O sea, Michael Jackson, nada de nada?
R. Bueno, siempre existen las bolas de cera para los oídos, y entonces Michael Jackson es un genio. Que lo era, ¿eh?
P. ¿Con quién ejecutaría una fuga?
R. Con Emma [su mujer].
P. Cero riesgo.
R. ¿Cero riesgo? Quién sabe.
P. De joven quería ser Gary Cooper. ¿Eso dónde se estudia?
R. Se estudia cuando estás solito en la cama, acabas de ver la película y piensas: qué bonito sería.
P. Dijo que Barenboim o es extraterrestre o son trillizos. ¿Usted también es un parto múltiple?
R. No, en absoluto. Yo no sé hacer más que una cosa: tocar el piano. Pero Barenboim sabe tocar el piano, dirigir y llevar su carrera de una forma fabulosa. Soy un gran admirador suyo.
P. ¿Ve a Euskadi en clave de sol?
R. No. La veo con los problemas que tiene. ¿Y el sol? Yo creo que el carácter reservón de los vascos viene del tiempo, que revierte en tu psique.
P. ¿España está en tono mayor o en tono menor?
R. A España la veo como dode-cafónica [ríe]. Hay tal cantidad de ideas distintas... Pero no sólo España. También el mundo se ha vuelto dodecafónico.
P. ¿Qué es lo que auténticamente tiene bemoles?
R. Lograr desentrañar el alma de cada obra que estás tocando.
P. ¿En Dallas, donde enseña, ser de Bilbao es un plus o no entienden nada de nada?
R. Ser de Bilbao tiene un plus, pero [baja la voz] no hay que decirlo. Supongo que conoce eso de que entran dos en un bar y pregunta uno: ¿Decimos que somos de Bilbao? Y responde el otro: No, que se jodan.
P. ¿Tiene aseguradas las manos?
R. No.
P. Maria João Pires recomienda ordeñar para trabajar los dedos. ¿Las vacas ayudan?
R. No he probado nunca [ríe]. Antes de Maria João lo decía Vladimir de Pachmann. En los conciertos, mientras hacía los trinos, interpelaba a algún amigo suyo de la sala. Una vez hizo calzar un piano con un papel de fumar.
P. ¿Y usted cómo anda de manías o exotismos?
R. La mía no es manía: yo me siento muy alto en el teclado porque encuentro que distribuyo mejor la fuerza.
P. ¿Tiene certezas?
R. La de morirme.
P. Le hubiera gustado pilotar un avión, bucear, hacer investigación científica...
R. Sueños de niño. Yo tenía que haber sido ingeniero industrial, pero tuve la suerte de zafarme de aquello y hacer esto otro.
P. ¿A qué jugaba de pequeño?
R. A las damas, al pimpón, un poco al fútbol, muy mal. Aunque, cuando acabamos el bachiller, en los jesuitas de Indautxu, en un partido entre los que no jugábamos casi nunca, aquí donde me ve los dos goles del triunfo los metí yo.
P. Un hito en su carrera.
R. Claro. Eso que te preguntan por el día más feliz de tu vida y dices: pues cuando toqué con la Filarmónica, el de los goles...
P. Y el de su primera comunión.
R. Pero ése es reglamentario. Ése ni se nombra.
P. ¿Qué quiere ser de mayor?
R. ¿Yo? Pianista.
Perfil
Tiene 77 años y dos hijos. Le gusta leer y oír música -coral, sinfónica, de cámara-, nadar, andar en bicicleta y comer: "Hombre, soy vasco". Quiere hacer una lista de los grandes amigos que ha tenido en su vida:
"A quienes debo muchísimo, espiritual e incluso materialmente". Dice que, cuando se le deja filosofar, se le va el hilo. Se divierte viendo pasar a la gente y especulando sobre qué les sucede.
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