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El sistema holandés de gestión por las mutuas aumenta el gasto sanitario

Sanidad anuncia recortes y señala que "es necesario diseñar el modelo adecuado"

Isabel Ferrer

La cobertura sanitaria es universal y obligatoria en Holanda, y contempla multas para los ciudadanos que se nieguen a contratar un seguro. El sistema ha sufrido varias reformas hasta que, en 2006, desapareció el modelo tradicional que mezclaba el sector público (con una cobertura del 60% de la población) y privado (el resto). Desde entonces, el Estado se encarga solo de fijar los límites de los servicios de salud esenciales para toda la población. Su gestión queda en manos de aseguradoras privadas, que no pueden rechazar a nadie, ya sean enfermos o ancianos. El seguro básico así concebido oscila entre 106 y 109 euros mensuales, y abarca médicos de cabecera, hospitales, especialistas y obstetras. Incluye también a los dentistas hasta los 18 años, urgencias y ambulancias, algunas medicinas y la asistencia prenatal. A su vez, el Estado deduce de la misma suma un porcentaje obligatorio máximo de un 7,75% (un 6,5% hasta 30.000 euros; un 4,4% para autónomos) a todos los asalariados. Ello sirve, entre otras cosas, para sufragar la cobertura gratuita hasta la mayoría de edad.

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La intención del legislador holandés al derivar el manejo de la salud al sector privado era "lograr el mejor servicio sanitario posible para todos, libre de regulaciones y sin listas de espera", según el Ministerio de Sanidad. Porque las aseguradoras deben respetar las reglas impuestas por el Estado, pero son libres de ofrecer otras prestaciones al precio que quieran. Así, Zilveren Cruis Achmea, una de las grandes firmas del sector, propone "un amplio abanico de extras por 300 euros al mes". La competencia es grande y las ofertas también. Para los mayores de 18 años que van a la universidad hay precios más bajos. "El ciudadano tiene la potestad de contratar el servicio básico en una firma, y los extras en otra. Aunque también puede ser rechazado sin que el Estado intervenga. A pesar de que la cobertura básica es universal, un estudio publicado en septiembre de este año en la revista Salud 2000 hablaba de "unos 150.000 holandeses sin seguro". En cuanto a los morosos, señalaba "319.000 en 2010; en conjunto, un 3% de la población".

Al animar la competencia privada, Sanidad esperaba lograr una reducción del gasto sanitario. Sin embargo, ha sido al contrario. Según datos de la Oficina Central de Estadísticas, Holanda destinó el año pasado un 14,8% del producto interior bruto a la salud. "En 2010 y los años siguientes, se invertirán en salud pública 1.400 millones más de euros de los presupuestados", reza la documentación ministerial que explica los recortes que se avecinan. A partir de 2012, serán reducidas varias prestaciones de la cobertura básica brindada por las aseguradoras.

Entre las más señaladas, figura la fisioterapia para dolencias crónicas, cuyas 20 primeras sesiones correrán por cuenta del paciente. Habrá que pagar, a su vez, una parte de las medicinas; tratamientos para fumadores; consejos dietéticos excepto para diabéticos o pacientes con problemas vasculares y cardiacos, o bien los psicólogos. En cuanto a la suma inicial obligatoria a pagar por el asegurado al acceder a un servicio médico, pasará de 170 euros a 220 euros.

"Hay que evitar que los costes influyan negativamente y para ello es preciso diseñar el modelo (sanitario) adecuado", concluyen los portavoces de Sanidad.

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