"El sacerdocio femenino me disgusta. Rompe la tradición"
"La Iglesia de Inglaterra es menos cercana a mis creencias"
El obispo John Broadhurst lleva 30 años liderando el sector más conservador y cercano al catolicismo de la Iglesia de Inglaterra. Él y otros cuatro obispos anglicanos acaban de aceptar la oferta lanzada a primeros de año por Benedicto XVI para facilitar la conversión al catolicismo de los anglicanos que se sienten incómodos con la llegada de la mujer al sacerdocio, y pronto al obispado, y la apertura al fenómeno gay.
La conversación, en su hermosa residencia oficial en el barrio de Canonbury, en el norte de Londres, es a veces tensa, pero el obispo es un hombre mucho más agradable de lo que sus respuestas pueden hacer pensar.
Más allá de sus ideas conservadoras, Broadhurst sigue siendo a sus 68 años un hombre coqueto al que Judith, su esposa desde hace 45 años, lleva entre algodones y que, a pesar del cansancio de estos días, disfruta dando entrevistas, posando para la fotógrafa, presumiendo de su acceso al entonces cardenal y ahora Papa Ratzinger o buscando la complicidad picante al subrayar la sorpresa que se llevan muchos invitados al descubrir que la escultura de una mujer desnuda adorna uno de las esquinas del salón, en contrate con la austera capilla personal que llama la atención del visitante en su despacho.
"¿Amo a los homosexuales? Sí. ¿Estoy de acuerdo con ellos? No"
"No puedo entrar en la comunidad católica y polemizar sobre el celibato"
"La Iglesia de Inglaterra aprueba los condones y son gratuitos"
Pregunta. ¿Por qué ha decidido convertirse?
Respuesta. Tiene que entender el anglicanismo para entender la respuesta. La Iglesia de Inglaterra ha tenido una corriente católica muy fuerte. Hay también gente más influenciada por la reforma, más calvinista, pero lleva 40 años hablando con Roma. Y todos creíamos que iba a haber unidad. Pero la Iglesia de Inglaterra ha cambiado. Y creo que ha roto sus acuerdos porque si un hombre joven está cortejando a una chica no puede irse con otra. Y ha estado hablando con Roma acerca de unidad y al mismo tiempo ha estado trabajando contra el espíritu de esos acuerdos. Y el Papa, que ha hablado con muchos de nosotros, nos ha hecho una oferta a la que nosotros, en conciencia, tenemos que decir sí. Si yo le hago una pregunta y usted me contesta, yo tengo que contestar a su respuesta. Bien sea aceptándola o rechazándola. Nosotros hemos planteado durante años la pregunta y la Iglesia católica ha dado una respuesta.
P. Eso explica por qué puede ir a la Iglesia católica pero no por qué quiere dejar la Iglesia anglicana. No es lo mismo.
R. No es lo mismo, pero... la Iglesia anglicana está cambiando de una manera que es menos cercana a mi visión teológica, a mis creencias. Presido una organización con miles de sacerdotes y laicos, la mayoría mujeres, muy preocupados por la cuestión de las mujeres sacerdote y las mujeres obispo, no porque sean mujeres sino porque rompen con la tradición. No es una organización misógina. Mi mujer y mis hijas me matarían si lo fuera. Pero es acerca de la visión teológica. Al mismo tiempo, la comunión anglicana, a nivel nacional, está muy inquieta acerca de la cuestión homosexual. Si me pregunta si he tenido amigos homosexuales, sí. ¿Les amo? Sí. ¿Estoy de acuerdo con ellos? No. ¿Estoy dispuesto a decir que es lo mismo que el matrimonio cristiano? Por supuesto que no. Pero en la Iglesia americana y canadiense hay mucha presión a favor del matrimonio gay en la Iglesia, igual que en Escandinavia, por cierto, a pesar de que son países luteranos. Y en España. ¿No hay matrimonio homosexual en España?
P. Sí, es legal.
R. Es muy problemático para la visión cristiana. Y crea muchos problemas a la gente. Diría que se ha convertido en una Iglesia menos feliz para mí. Pero no te casas con otra mujer porque ya no amas a tu esposa. Te casas con otra mujer porque la amas.
P. Una frase muy bonita, pero sus razones apuntan a lo contrario. No dice que deja su Iglesia porque está enamorado de otra.
R. He amado a la Iglesia de Inglaterra y de alguna manera aún la amo. En los últimos 30 años he liderado la batalla por el anglicanismo ortodoxo. ¿Voy a pasar el resto de mi vida batallando? No. Estoy cansado de eso. Tengo hijos, hijos mayores. Si estoy en desacuerdo con ellos puedo decírselo, pero al final tengo que respetar sus decisiones. Es lo mismo en la Iglesia. Al final, están decididos a cambiar la Iglesia de Inglaterra. Mire, los obispos que se marchan son los que han estado al cargo de las parroquias y la gente que no estaba de acuerdo con la agenda de las mujeres sacerdote y las mujeres obispo. Hace 15 años hubo un compromiso, nuestro derecho a disentir no son normas de la Iglesia, es una medida parlamentaria que me da a mí el derecho a no aceptar a las mujeres sacerdote y no aceptar a las mujeres obispo. Es la ley.
P. Pero en la ley hay también otras cosas, como la igualdad entre hombres y mujeres o la no discriminación por su sexualidad.
R. Sí, y la Iglesia no está sometida a esa parte de la legislación europea.
P. Lo cual es una lástima.
R. No, no es una lástima. Cuando tienes una sociedad que intenta... es un nuevo totalitarismo. ¿No? Hemos ido de una situación en la que podías ir a la cárcel por practicar la homosexualidad a una situación en la que puedes ir a la cárcel por pensar algo extraño acerca de la homosexualidad. Eso es nazi. Es un nuevo totalitarismo. Y creo que al final habrá una reacción en sentido contrario. No soy antigay, pero si vas a una zona obrera, allí la mayoría son antigay.
P. Y en Alemania apoyaban a Hitler...
R. No me está usted escuchando. Digo que hacer ilegales las opiniones de la gente inevitablemente va a provocar una reacción en contra. La sociedad está creándose un problema al intentar legislar sobre lo que puedes pensar. Guste o no, la Iglesia tiene derecho a decir lo que piensa sobre el matrimonio.
P. ¿Por qué la homosexualidad es tan importante en la religión?
R. No es tan importante. Lo importante es el matrimonio y la afirmación de que hay una equivalencia. No hay ninguna equivalencia.
P. Cuando hablamos de obispos gays no hablamos de matrimonio sino de impedir que gente abiertamente gay llegue a ser obispo.
R. Oh, está usted haciendo trampa.
P. ¿Por qué dice eso?
R. Porque se refiere a Gene Robinson, que está a punto de retirarse. El primer obispo gay en América. ¡Estaba casado!
P. No, me refiero al deán de Southwark que iba a ser nombrado obispo hace unos años y hubo una campaña para evitarlo porque es abiertamente gay.
R. Ah, Jeffrey John. Es amigo mío. Le conozco bien. Decidió hacer de su sexualidad parte de su agenda. En su momento le dije, 'Jeffrey, eres un tonto de capirote", porque para mí lo que yo hice o dejé de hacer anoche con mi esposa no ha de estar en mi agenda. Y Jeffrey decidió hacer pública su vida. Y encontró oposición, no entre gente como yo, sino entre los evangélicos. Y, si me pregunta si personalmente me angustia la cuestión gay, la respuesta es no.
P. Pero no ha contestado mi pregunta. ¿Por qué la cuestión gay y de la mujer son tan importantes?
R. Tiene que ver con la manera en que entendemos la humanidad. Cuando era niño, el sexo fuera del matrimonio era bastante insólito. En los últimos 40 o 50 años el sexo ha pasado de estar en el centro de una relación para tener hijos a ser una cuestión de diversión. Si me pregunta si el sexo como diversión realza o disminuye la dignidad del ser humano... hay una incógnita ahí. Y creo que se puede dar una respuesta positiva en los dos sentidos. Pero la visión de la Iglesia desde siempre es que el sexo es apropiado en una relación de compromiso de carácter heterosexual. Nuestra sociedad está muy trastornada con problemas como las familias monoparentales. Estamos viendo la ruptura de la comunidad. Esa comunidad que solíamos encontrar en las familias extensas.
P. ¿Cree que los problemas de abusos a niños en la Iglesia católica están relacionados con el celibato?
R. No lo sé. La pedofilia es una enfermedad y una terrible abominación. Tengo hijos y nietos y la respuesta humana natural con los niños es protegerlos. Pero donde hay más abusos sexuales de niños es en el hogar. No estoy de ninguna manera defendiendo a esos hombres terribles que han hecho estas cosas terribles, pero hay pedofilia en todas las instituciones con acceso a niños.
P. ¿El hecho de que esté usted casado va a ser un problema al convertirse al catolicismo?
R. ¿Por qué iba a serlo? Hay ya un par de centenares de sacerdotes que estaban casados cuando se convirtieron.
P. ¿Tendría que acabar la Iglesia católica con el celibato?
R. El celibato obligatorio es problemático. Hay un debate sobre eso. El celibato no forma parte de la doctrina de la Iglesia católica. Es una disciplina en la Iglesia occidental para ayudar a su funcionamiento. Mi opinión personal es que no es siempre de gran ayuda. Y muchos sacerdotes católicos han abandonado no porque hayan dejado de creer sino porque necesitaban casarse. Pero no puedo entrar en la Iglesia católica y empezar a polemizar sobre el celibato.
P. Cuando dice que muchos sacerdotes quisieran casarse, ¿no es cierto que eso no está relacionado con la reproducción, sino con el deseo de sexo y compañía?
R. Está relacionado con el sentido de comunidad. En un monasterio vives como si estuvieras en familia. Pero un sacerdote que vive solo al cargo de seis pueblos en Andalucía tiene un problema como ser humano. Y eso no puede tener que ver con sexo, pero tiene que ver con comunidad. ¿Cómo superas tu soledad? ¿Con una relación? ¿Bebiendo? ¿Cómo? Es un problema humano, no un problema de sexo. El sexo puede ser parte del problema.
P. ¿Cree que la Iglesia católica hizo bien en oponerse al condón en plena pandemia del sida, especialmente en África?
R. No estoy seguro de que esa sea la posición de la Iglesia católica.
P. En la práctica, sí.
R. Uno de los obispos que también se van a convertir, Keith Newton, fue misionero en Malawi, un país diezmado por el sida. Y me decía hace poco que el problema no era que no hubiera condones sino que no los usaban. La Iglesia anglicana aprueba los condones y hay condones gratuitos. Pero no los usan. El problema no es el condón sino el comportamiento sexual indiscriminado. Yo conocía a la primera persona que murió de sida en este país. ¿Dónde lo cogió? En unos baños de San Francisco. El comportamiento sexual indiscriminado no es beneficioso. Como ve, el sexo está en el fondo de muchos problemas. Y lo que no se puede hacer es escoger un tema concreto como lema, la liberación gay, y no tener en cuenta el cuadro general de qué está pasando con el ser humano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.