Los pacientes de cáncer tendrán acceso rápido a las novedades farmacológicas
Sanidad creará unas redes de investigación para acercar los ensayos a los enfermos
Las novedades en los fármacos contra el cáncer estarán disponibles antes para los enfermos españoles. Es el objetivo de la nueva estrategia que anunció ayer el ministro de Sanidad, Bernat Soria, tras el Consejo de Ministros. Ahora, si un medicamento se ensaya en Suecia puede tardar hasta cinco años en llegar a España, dijo Soria, un periodo que puede ser excesivo para muchos enfermos (la tasa de curación de la enfermedad, medida como supervivencia a los cinco años, está en poco más del 50%). El Gobierno pondrá 30 millones en el proyecto.
A falta de nuevos proyectos legislativos, que la previsible convocatoria de elecciones en marzo hace inviables, el Ejecutivo se ha centrado en iniciativas (como los reales decretos o las estrategias) que no requieren de una engorrosa tramitación parlamentaria.
La estrategia del cáncer consistirá en aprovechar la enorme potencialidad de un sistema de cobertura universal y gratuito, en cuyos hospitales se trataron en 2005 casi 400.000 personas con un tumor, para hacer que el paso de la investigación clínica de un producto a su comercialización sea más rápida. Con ello se evitarán los retrasos que se producen en la cadena de autorizaciones necesarias para que se utilice en España un medicamento (generalmente, se trata de productos que se aprueban primero en EE UU, primera potencia mundial en investigación biotecnológica), luego tiene que recibir el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento, y, posteriormente lo tiene que aprobar la agencia del medicamento española que fija además su precio y si lo cubre la sanidad pública.
El resultado puede ser que un enfermo español tarde dos o más años en recibir lo que ya tiene un estadounidense. Aunque hay excepciones: puede acudir a vías como los llamados uso compasivo -cuando se permite tomar un producto no autorizado porque no hay otro remedio- o de ensayo expandido -se incorpora a la última fase de las pruebas-.
Para conseguir esta mayor accesibilidad, Soria anunció un aumento de la inversión en investigación en España, que dotará con 30 millones de euros. A esta cifra Sanidad espera que se sume otra equivalente de las comunidades autónomas más las aportaciones de fundaciones y empresas. En total, el proyecto de Sanidad es que la red de unidades de investigación clínica cuente con 100 millones de euros, dijo Soria.
La ventaja de que un medicamento se investigue y ensaye en España es que se acorta el tiempo para que esté accesible por los pacientes. Actualmente, el 50% de los cánceres se curan, pero queda la otra mitad, y muchas de esas personas corren el riesgo de morir porque el proceso de ensayo y aprobación de un nuevo fármaco, sobre todo a partir de la última fase (la III, ensayos a gran escala en enfermos) puede llevar más de cinco años. Si ese producto se probara en pacientes españoles, esas personas estarían beneficiándose de sus ventajas desde el momento del ensayo.
Una política similar se seguirá con el trasplante de islotes pancreáticos, terapias celulares de diversas patologías (diabetes, cardiopatía, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, enfermedad injerto contra huésped, enfermedad de Crohn, lesiones medulares y distrofias musculares) y regeneración hepática, de piel, hueso y cartílago. Además, se potenciará la investigación en psiquiatría infantil y juvenil, en genética humana y en enfermedades raras y medicamentos huérfanos.
Poco rentable
En todos estos casos la ayuda estatal consistirá no sólo en acelerar la aprobación de los fármacos, sino que empezará en la investigación. Esto es clave, ya que muchas de ellas afectan a pocas personas, y los grandes laboratorios no encuentran rentable invertir en los remedios.
En estos casos se utilizarán también redes, con participación de varias comunidades. La idea, que ya se utiliza en los llamados Centros de Investigación en Biomedicina en Red (Ciber), es permitir aprovechar las sinergias de varias comunidades (por ejemplo, para conseguir un número suficiente de voluntarios). Pero también tiene como objetivo que la investigación -y el acceso a sus beneficios- no resulte acaparada por los centros de las grandes ciudades.
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