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El oso polar lleva los riesgos del calentamiento global a la Casa Blanca

El Gobierno norteamericano reconoce los efectos de los gases con efecto invernadero al incluir a este animal entre las especies protegidas

El Gobierno norteamericano, reacio hasta ahora a admitir los riesgos del calentamiento global y a tomar medidas para evitarlo, quiere incluir al oso polar en la lista de animales en peligro de extinción. En su propuesta, las autoridades estadounidenses alegan que el alza de temperturas en el Ártico está reduciendo los casquetes de hielo en los que cazan estos animales.

Hay entre 20.000 y 25.000 osos polares en todo el mundo, y de ellos 4.700 viven en el Estado norteamericano de Alaska (aunque pasan parte del año en Canadá y Rusia). Se trata de un animal muy querido por los ciudadanos de ese país (protagonista además de multitud de anuncios en estas fechas navideñas), por lo que su inclusión en la lista de especies protegidas plantea cuestiones de gran relevancia política: ¿debería el Gobierno hacer algo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así salvar el pellejo a los osos?

La fuente citada por el diario norteamericano Washington Post no deja lugar a dudas: el hielo en el Ártico, del que depende para su supervivencia este animal, está desapareciendo, lo que le colocará en peligro de extinción en menos de medio siglo. “Y es obvio que el hielo se derrite porque las temperaturas han subido”, añade esta fuente.

Para finales de este siglo las temperaturas medias en el océano Ártico habrán subido algo más de siete grados, y la plataforma de hielo sobre ese mar en verano se habrá reducido entre un 50% y hasta un 100%. Hace unos días, un grupo de investigadores concluyó que, en el peor de los casos, el hielo habrá desaparecido de esa zona en verano tan pronto como en 2040.

En la actualidad, el hielo en la bahía de Hudson se rompe dos semanas y media antes de lo que lo hacía hace 30 años, lo que impide que los osos tengan tiempo suficiente como para cazar y aumentar sus reservas de grasa lo suficiente como para resistir los ocho meses de duro invierno. Y a medida que los animales se vuelven más y más delgados, la tasa reproductiva y de supervivencia de los oseznos también se reduce. La población de osos polares en esa zona se ha reducido un 21% entre 1997 y 2004.

El oso polar en peligro.
El oso polar en peligro.AP

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