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El número de hambrientos se incrementa en 75 millones por la crisis alimentaria

Sería necesarilo reducir en 500 millones en siete años la cifra de personas que pasan hambre en el mundo para cumplir los Objetivos del Milenio

El aumento de los precios de los alimentos provocó que el año pasado 75 millones de desnutridos se sumaran a los 848 millones ya existentes en esa fecha, ha informado hoy en Roma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Información (FAO). Así pues, son ya 923 millones las personas que pasan hambre en el mundo, lo que nos aleja de uno de los Objetivos del Milenio, el de reducir a la mitad la proporción de desnutridos para 2015.

Los precios de los alimentos subieron un 52% entre 2007 y 2008, y los de los fertilizantes casi se doblaron, por lo que ese aumento lo único que ha hecho es agravar el problema del hambre, ha precisado la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación en un comunicado.

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Para los compradores de alimentos -entre los que se incluyen casi todas las familias urbanas y una gran parte de las rurales-, el alza de precios ha tenido un impacto negativo a corto plazo sobre los ingresos y el bienestar familiar. "Los más pobres -campesinos sin tierra y familias encabezadas por mujeres- han sido los más afectados", ha señalado el director general adjunto de la FAO para el Desarrollo Económico y Social, Hafez Ghanem, que ha añadido que las tendencias negativas en la lucha contra el hambre ponen en peligro los esfuerzos para alcanzar otros Objetivos del Milenio. Ghanem ha advertido de que "la evidencia apunta a impactos negativos sobre la productividad laboral, salud y educación, lo que en última instancia lleva a un menor crecimiento económico en su conjunto".

Según Ghanem, para salir de esa espiral es necesario reducir el número de hambrientos en 500 millones en los siete años que quedan para 2015, "lo que requerirá un esfuerzo mundial resolutivo y de envergadura, acompañado de acciones concretas", ha subrayado.

Para el economista de la FAO Kostas Stamoulis, el hambre "es una de las causas de la pobreza, no solo una consecuencia" y el "efecto debilitador del hambre sobre la productividad de las personas y sus ingresos conduce a un círculo vicioso: la extrema pobreza conduce al hambre, que a su vez hace perpetuarse la situación de pobreza".

La FAO calcula que los países más golpeados por la actual crisis, muchos de ellos en Africa, necesitarán al menos 30.000 millones anuales de dólares para garantizar su seguridad alimentaria y reactivar sistemas agrícolas que han sido descuidados durante mucho tiempo.

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