Un maletín nuclear a la puerta de clase

A las puertas de un colegio al que diariamente acuden 400 niños. Allí encontró ayer un grupo de padres, en el centro Giner de los Ríos de Leganés (Madrid), la maleta con material radiactivo robada el martes de una furgoneta en un polígono de Móstoles. Los autores del robo la abandonaron junto a un contenedor de basura entre las 7.30, cuando el conserje abrió las puertas de la escuela, y las 8.45, cuando fue hallada. Posteriormente, huyeron.

El lugar elegido no es baladí, según fuentes de la investigación. El colegio está ubicado a las afueras del barrio de La Fortuna, cerca de la M-40 y en una zona de poco tránsito en la que no podían ser grabados por ninguna cámara, pero, al mismo tiempo, en la que la maleta era muy visible.

En un primer momento se reunió a todos los niños en la plaza ubicada frente a la entrada del centro, si bien minutos más tarde se les evacuó a un polideportivo cercano por el frío y la lluvia.

Hasta el colegio se trasladó la unidad especializada en accidentes nucleares y químicos de Bomberos de la Comunidad de Madrid, así como dos técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y uno de la empresa propietaria de la maleta: Instituto de Control, Asistencia, Ensayos y Sondeos, dedicada al control de calidad, estudios geotécnicos y medioambientales y ensayos de laboratorio. Tras realizar las mediciones, que determinaron que no existía peligro alguno de radiación, se retiró el equipo.

Fuentes municipales explicaron que, cuando se encontró, la maleta estaba cerrada, aunque presentaba signos de haber sido forzada. No obstante, el CSN, que se hizo cargo de ella para evaluar el equipo, negó en la tarde de ayer que el contenido interior hubiera sido manipulado, por lo que no existe riesgo de contaminación.

Dos horas y media después del hallazgo, los alumnos que aún permanecían en el polideportivo volvieron al colegio. "Han continuado sus clases sólo unos 50 alumnos de los 400 que tiene el centro", aclaró ayer el director del área territorial Madrid Sur de Educación, Alberto González.

Tanto el Consejo de Seguridad Nuclear como el Ayuntamiento de Leganés, cuyo alcalde, Rafael Gómez Montoya, acudió al colegio, insistieron en que no había riesgo para la salud de los niños.