El lince vuelve en manada a Castilla-La Mancha
Un vídeo prueba la existencia de una colonia con crías declarada extinguida
Los mapas de distribución del lince ibérico se han quedado, de golpe, antiguos. Hay lince en Castilla-La Mancha. No se trata de ejemplares sueltos, aislados y sin posibilidad de sobrevivir. Al menos hay una colonia con decenas de ejemplares y varios cachorros. La prueba son dos vídeos de dos ejemplares distintos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. La evidencia, primera en más de 10 años, la ha obtenido la Junta de Castilla-La Mancha.
El presidente autonómico, el socialista José María Barreda, destaca la importancia del hallazgo: "Aunque es pronto, podemos afirmar que en nuestro territorio existe una población estable". El regreso del lince es en gran medida fruto del plan de recuperación de la especie que la Junta aprobó en 2003.
Oficialmente, el lince estaba allí extinguido y la aparición obliga a repensar el censo, que sólo reconocía la existencia de 160 ejemplares en España, un 90% menos que 20 años atrás.
El lince ibérico es el felino más amenazado de Europa. Su decadencia parecía inexorable desde los años 70, cuando se extendía por gran parte de la Península, hasta la actualidad. Los mapas de distribución del Ministerio de Medio Ambiente sólo incluyen dos zonas con población viable y reproductora: Doñana, en Huelva, y Sierra Morena, entre Jaén y Córdoba.
El resto se consideraba territorio hostil. Si, como ha ocurrido en Madrid o Castilla-La Mancha, aparecía ADN de lince en excrementos o pelos, se consideraba un ejemplar aislado, extraviado o superviviente de tiempos mejores. En 2005, cuando Castilla-La Mancha anunció la aparición de heces de lince en su territorio, expertos de otras comunidades alzaron las cejas con incredulidad. El lince no sólo es el felino más amenazado sino que durante años ha generado una rivalidad entre administraciones, que se disputaban su conservación y se acusaban de su extinción.
Barreda señala que estos vídeos demuestran que la población de linces en Castilla-La Mancha "no está aislada" y resalta que "de hecho, algunos de los ejemplares son cachorros". La localización de la colonia se mantiene en un lógico secreto para evitar la llegada de cazadores furtivos.
En los vídeos, de ocho y trece segundos, se observan dos linces adultos distintos que huyen de la persona que lo graba. La escena se sucede en el paisaje de encinas y matorral propicio para el lince. Las imágenes tienen especial relevancia porque el lince ibérico es un animal extremadamente esquivo.
En 2004, la dirección general de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente realizó el último censo de población. En miles de muestreos en Portugal y en Extremadura, Madrid, Castilla y León, Valencia, Toledo, Ciudad Real y Albacete, sólo apareció un excremento de lince en la Sierra de Calderina, en Montes de Toledo. En esa zona centraron entonces todos los esfuerzos. Los científicos instalaron 182 cámaras que tomaron 14.571 imágenes automáticas al paso de un animal. Sin fotografiar un solo lince. El hecho de que no apareciera ni en Puerto Lápice, ni en el Parque Nacional de Cabañeros ni en la Sierra del Castañar hizo que el lince desapareciera oficialmente de esa zona.
El censo concluye que el excremento "revela la presencia de algún individuo en la zona, aunque seguramente no forma parte de una población estable, lo que significa la práctica desaparición del lince en Montes de Toledo". El último dato de presencia del felino en la zona data de 1997. Por eso la aparición de esta colonia supone un cambio radical en el conocimiento que se tenía del lince y su extensión.
Además del vídeo, la Junta ha hallado más heces y el Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha confirmado que son de lince mediante análisis de ADN. La Junta han constatado también que el lince ha sido visto.
Estos dos vídeos, el programa de cría en cautividad de la Junta de Andalucía y del ministerio y la recuperación de la población de conejo son buenas noticias para el lince. Las primeras en décadas.
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