La larga marcha por el buen nombre de un país
El escándalo de la leche infantil contaminada con melamina (una resina añadida como espesante al producto por un mayorista) es el último de una cadena de crisis que, periódicamente, empaña la imagen de China como un país fabricante de productos. Desde juguetes a medicamentos, las alertas son un goteo continuo que el Gobierno de Pekín, pese a sus campañas de inspección masiva y la amenaza de pena de muerte para los defraudadores, no puede detener. Sólo en octubre de 2007 hubo más de 700 detenidos por fraude alimentario.
- Juguetes. En agosto de 2007, la multinacional Mattel se vio obligada a retirar del mercado mundial 18,2 millones de juguetes porque la pintura usada por su proveedor chino tenía unos niveles de plomo superiores al permitido. Los productos eran reproducciones de los personajes de una película de Disney, Cars, y se habían distribuido en todo el mundo, España incluida. El dueño de la fábrica implicada (una subcontrata de una subcontrata) se suicidó cuando se destapó el escándalo.
- Dentífricos. También el verano del año pasado las autoridades sanitarias de medio mundo se dedicaron a buscar dentífricos contaminados con dietilenglicol. Este producto, tóxico si se ingiere en grandes cantidades, había llegado hasta la pasta de dientes como un contaminante de la glicerina que se usa para darle consistencia. En España se encontraron más de 150.000 tubos contaminados, muchos en tiendas de todo a cien, pero también hubo marcas importantes, como Colgate, que tuvo que retirar partidas de sus productos. También se encontró en los neceseres que Renfe da a sus viajeros preferentes.
- Jarabes. También fue el dietilenglicol el desencadenante de una alarma mundial, aunque de efectos muy localizados. La sustancia apareció en el excipiente de unos jarabes de origen chino pero terminados de producir en Panamá. A la intoxicación se le achacaron decenas de afectados, aunque no se pudo comprobar. El producto llegó hasta Centroamérica a través de una exportadora española, pero las autoridades descartaron que hubiera entrado en el país.
- Medicamentos. La penúltima alarma fue también mundial. La heparina, un anticoagulante contaminado fabricado en China, produjo al menos 81 muertos en EE UU a principios de este año, y obligó a las agencias de medicamentos de los países desarrollados a revisar los lotes de este producto, incluida la española.
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