Las emisiones no bajan; se mudan
La salida de la crisis eleva el CO2 y el uso de carbón - Aunque EE UU y Europa logren reducciones, los países emergentes producen ya el 54% de los gases de efecto invernadero - Mientras, el proceso de negociación pos-Kioto languidece
La ley no escrita del cambio climático establece que las emisiones de CO2 difícilmente se reducen, sino que en su mayoría se trasladan. Así, aunque desde 1990 la UE y otros países desarrollados han estabilizado sus emisiones (en algunos casos incluso reducido), el conjunto no ha hecho más que crecer. Incluso en la última década, en la que oficialmente pocos representantes públicos dudan que el calentamiento global responde a la acción del hombre, las emisiones han subido un 30%, cinco puntos solo en 2010 tras dos años de bajada.
El dato de 2010 es especialmente relevante, ya que las emisiones repuntaron incluso en los países ricos, por la salida de la recesión. Y eso, pese a los continuos llamamientos públicos a mitigar las emisiones dentro de un proceso de negociación internacional que languidece.
Desde el año 2000, las emisiones mundiales han crecido un 30%
Los emergentes tiran de carbón y petróleo para elevar su riqueza
Las emisiones por habitante de China ya se acercan a las de Europa
Teresa Rivero: "Un Kioto solo con la UE no sería eficaz ambientalmente"
La Unión Europea anunció ayer que, pese a un aumento de emisiones en 2010 del 2,4% (la primera subida desde 2004), está en el camino para cumplir con su objetivo en el Protocolo de Kioto. En ese tratado, se comprometió a emitir un 8% menos en el periodo 2008-2012 que en 1990. Además, los Veintisiete ya han pactado emitir un 20% menos en 2020. Actualmente la reducción es del 15,5%, por lo que el objetivo para final de la década parece cercano.
El caso de España es diferente. El país aparece como el que más ha rebajado sus emisiones, un 2,9% menos. Esa es la buena noticia. La mala es que está en cabeza junto a Grecia a Irlanda. La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, considera que es una maldad atribuir toda la reducción a la crisis: "Hay un efecto de la economía, pero también del cambio del modelo eléctrico, que es muy costoso". Las renovables desplazan a los combustibles fósiles de la generación eléctrica y eso reduce las emisiones.
Ribera destaca que, además, hay un descenso continuado en el transporte. Casi la mitad de los coches que se venden actualmente emiten menos de 120 gramos de C02 por kilómetro recorrido, nivel por debajo del cual los vehículos no pagan impuesto de matriculación, según una reforma fiscal verde de 2007.
Ricardo Fernández, técnico de la Agencia Europea de Medio Ambiente, señala por correo electrónico que además de la crisis "el mayor uso de las renovables en la combustión parece un factor clave para explicar tanto la reducción de las emisiones en muchos países europeos como un incremento más moderado de las emisiones en otros", aunque "también es cierto que la recesión económica en España ha contribuido a esta disminución de emisiones en 2010".
Pese al descenso del último año, si se tiene en cuenta el periodo 1990-2010, España es el país en el que más crecieron las emisiones (un 26% más frente al descenso del 15,5% de la UE de los Veintisiete). Por eso, la Agencia señala que Europa está en el camino adecuado para cumplir el objetivo del Protocolo de Kioto. Y añade que espera que esa tendencia de descenso continúe los próximos años.
Esto supone un logro europeo, pues ha conseguido desacoplar el crecimiento económico de la emisión de gases de efecto invernadero. Ribera señala que el descenso del 20% en 2020 está "al alcance de la mano" y considera que la UE debería ampliar el recorte hasta el 30% ya.
Estados Unidos no puede presumir de haber rebajado sus emisiones desde 1990. Han crecido un 11% desde ese año, el de referencia de Kioto. Pero aún así, la población ha aumentado mucho más (un 23%). Además, incluso si Washington hubiese ratificado Kioto, los países desarrollados en conjunto habrían reducido sus emisiones un 7%, lo originalmente previsto.
Así lo establece un completo informe de la Comisión Europea y de la Agencia Holandesa de Medio Ambiente sobre las tendencias de emisiones, que revela un problema no resuelto: aunque las emisiones se estabilicen o incluso decrezcan en los países desarrollados, crecen mucho más en los países emergentes. El resultado es que estabilizar la concentración de CO2 en 450 partes por millón y así limitar el calentamiento a alrededor de dos grados parece, cada día que pasa, mucho más complicado. Los gases de efecto invernadero, principalmente CO
2, se acumulan en la atmósfera y retienen parte del calor que emite la Tierra. Según la mayoría de los científicos, la acumulación de CO2 desde la revolución industrial es responsable del calentamiento global.
Pedro Linares, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, explica que el mapa de emisiones "no es una sorpresa". "Los países desarrollados viven una estabilización o incluso una reducción de emisiones por la crisis. Hay parte que se traslada hacia países en desarrollo, al llevar allí la producción de algunos productos que consumen mucha energía". Es decir, si dejas de producir acero en Europa pero lo importas de China, las emisiones globales aumentan. "Desde 2003, las emisiones de China se han duplicado y las de India han aumentado un 60%", explica el informe Tendencias mundiales a largo plazo en emisión de CO2.
Los datos que describe el documento son los de una fuerza imparable hacia el aumento de emisiones, principalmente por el uso de carbón y petróleo. El año pasado, las emisiones chinas crecieron un 10% pese a que el país dobló la potencia solar y eólica instalada por sexto año consecutivo. No es el único: en Brasil, las emisiones crecieron un 12%, y en Corea del Sur e India un 9%.
El resultado es que desde 2000, cuando ya se hablaba de cambio climático de origen antropogénico, las emisiones en el mundo han crecido un 30%, y un 45% desde 1990. Los descensos en los países desarrollados se han compensado con creces por los aumentos en los países en desarrollo, que han tirado de carbón y petróleo para aumentar su riqueza. Así que los países emergentes producen ya el 54% del CO2.
Los gigantes como China suelen argumentar que sus emisiones por habitante son mucho menores que las de los países ricos. Y eso es cierto, pero ya cada vez menos. Las emisiones per cápita en China se han triplicado desde 1990 (de 2,2 toneladas por habitante y año a 6,8) y ya se aproximan a las de la media europea (8,1), todavía lejos de la emisión de un estadounidense (actualmente de 16,9 toneladas, casi el doble que la de un europeo). En esa lista, China ya supera a Francia y, al ritmo actual, en 2027 igualará a EE UU en emisiones por habitante.
Los datos son un jarro de agua fría para el titubeante proceso de negociación internacional contra el cambio climático. Después del fracaso de Copenhague, en 2009, los países no logran acercar posturas sobre qué hacer cuando acabe el primer periodo de cumplimiento del Protocolo de Kioto (a final de 2012). Ya no hay tiempo -ni, aparentemente, ganas- para redactar un nuevo tratado internacional, pero Kioto no afecta a los grandes emisores (China y Estados Unidos, que no aceptan una limitación internacional). Así que ni Japón ni Canadá, que sí están vinculados por el protocolo, aceptan prorrogarlo, aunque la UE sí da signos de aceptar participar en un segundo periodo de compromiso hasta 2020 para dar tiempo a Estados Unidos. En Copenhague, los países sí se comprometieron a limitar el calentamiento en dos grados centígrados.
Esta semana se ha celebrado en Panamá la última reunión preparatoria para la Cumbre del Clima de Durban, en Sudáfrica, de finales de noviembre, con escasos avances y las tradicionales acusaciones mutuas de inmovilismo entre los bloques.
Ribera, con amplia experiencia en estas negociaciones, admite que la UE no ve con malos ojos entrar en un segundo periodo de Kioto si más adelante se unen los grandes emisores, pero advierte: "Que nadie se engañe, porque un Kioto con la UE solo afectaría al 12% de las emisiones mundiales y no sería eficaz desde el punto de vista ambiental. La UE no tiene problema para mantenerse dentro, pero eso no puede ser un escudo para que los demás, industrializados y no industrializados no hagan nada".
Linares considera que estas reuniones, con más de 190 países, tienen mucho de paripé: "Tienen sentido en temas como la adaptación al cambio climático o la lucha contra la deforestación, porque ahí sí que hay muchos países que tienen cosas que decir, pero es muy difícil que haya un acuerdo en reducción de emisiones". Por eso hay quien pide que se reúnan unos pocos grandes emisores y se pongan de acuerdo. Si se toma la UE como uno solo, los seis mayores emisores suman el 70% del total mundial. Puede que sean pocos pero están muy lejos entre sí.
Proceso titubeante
- En 2007, en Bali, los países reunidos en la Cumbre del Clima se dieron dos años para alcanzar un pacto que sustituyera al Protocolo de Kioto. El primer periodo de cumplimiento de este tratado expira en diciembre de 2012 y además deja fuera a los principales emisores, EE UU y China.
- En 2009, llegado el plazo marcado en Bali, más de 100 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en Copenhague. La cita fue un fracaso y los líderes intentaron salvar la cara con un vago acuerdo en el que se comprometían a limitar el calentamiento a dos grados centígrados.
- Tras Copenhague, dimitió el secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, y se abrió un periodo de incertidumbre.
- En 2010, la Cumbre del Clima de Cancún decidió seguir negociando, pero los mensajes se repiten desde entonces.
- En un mes hay otra cumbre en Durban, Sudáfrica. Como ya no hay tiempo para buscar un tratado nuevo, la UE acepta mantenerse en el Protocolo de Kioto si los demás se comprometen a unirse a alguna fórmula similar más adelante.
- EE UU y China se niegan a tener límites internacionales y Noruega y Australia dicen que no es realista aspirar a tener un tratado en 2013. Plantean retrasar el objetivo a 2015.
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