Un embarazo por un piso
Una mujer se ofrece en Argentina como madre de alquiler para conseguir una vivienda para sus ocho hijos
Agobiada por las deudas, viviendo de prestado y cansada de buscar desde hace años en instancias oficiales una solución para sus innumerables problemas, Silvia Malacari, una argentina de 33 años, madre de ocho hijos, ha decidido optar por una solución drástica para conseguir que su familia habite una vivienda digna: se ha ofrecido como vientre de alquiler a cambio de una casa donde poder criar a su numerosa prole.
La propuesta ha generado una gran polémica en Argentina y ya han surgido parejas que, en público, han aceptado la oferta de Malacari. Todo en medio de voces que reclaman mayor eficacia de las ayudas sociales a un Estado al que la realidad desmiente las triunfalistas cifras oficiales sobre reducción de la pobreza.
Algunas parejas ya han aceptado de forma pública el trueque
Malacari vende bolsas de cartón y artesanías a diversos negocios de los centros comerciales y tiendas de la provincia de Buenos Aires, mientras que su marido es un pintor sin empleo fijo que trabaja en lo que surja, lo que quiere decir que los ingresos son escasos y totalmente irregulares. La pareja tiene ocho hijos con unas edades que oscilan entre los dos y los quince años y, según revela la madre, han debido sacarlos en al menos siete ocasiones del colegio ante los constantes cambios de residencia de la familia al no tener un hogar fijo. La casa en la que actualmente viven en la localidad bonaerense de San Miguel es propiedad de familiares del marido y en breve tendrán que abandonarla porque va a ser vendida.
En el año 2003, la mujer ya solicitó una ayuda oficial pero obtuvo una respuesta negativa y, entre la espada y la pared, ha dicho basta. "Por mis hijos estoy dispuesta a hacer lo que sea", repitió al hacer público su anuncio.
Tanto el marido como los hijos, que tienen edad para entenderlo, están al tanto de la decisión de esta argentina y la apoyan por completo. Ella subraya que su ofrecimiento como vientre de alquiler servirá además para "ayudar a otra familia" y está dispuesta a llevar a término un noveno embarazado. "Soy consciente de los riesgos para mi salud y estoy dispuesta a afrontarlos", recalca.
El anuncio ha tenido una pronta respuesta, también en público. La de un abogado de 48 años y su esposa que desean tener un hijo. El letrado ha reconocido que aunque la práctica del vientre de alquiler está teóricamente prohibida en Argentina en la práctica se puede realizar gracias a un acuerdo entre las partes implicadas.
"Lo que sí es necesario es que el Congreso discuta la creación de un contrato de arrendamiento de vientre y que además flexibilice las leyes de adopción, un sistema perverso que obliga a muchas parejas a recurrir a maniobras clandestinas". Y es que la pareja ofertante lleva 14 años empantanada en los trámites administrativos buscando una adopción sin conseguir.
Ésta no es la primera vez que una mujer se ofrece en Argentina como vientre de alquiler acuciada por la pobreza. Otros casos, que conmocionaron al país suramericano, saltaron a la prensa de todo el mundo, lo mismo que sucede ahora con la dramática historia de Silvia Malacari.
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