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El desastre ecológico se desborda

Los científicos creen que el vertido del golfo de México es mayor de lo calculado

Científicos de Estados Unidos encontraron ayer enormes columnas de petróleo bajo la superficie del golfo de México, que están acabando con el oxígeno, lo que supone una amenaza para la vida marina. Las columnas no son visibles en las imágenes de satélite que ha empleado el Gobierno para evaluar el volumen de petróleo que sale del pozo, lo que podría indicar que el vertido es mayor que el calculado oficialmente. Una de esas acumulaciones de crudo tiene una extensión de 16 kilómetros de largo por cinco de ancho.

Durante tres semanas, el petróleo del yacimiento situado a siete kilómetros de profundidad en el golfo de México ha estado manando por las fisuras de una tubería caída al fondo del lecho marino, a un ritmo de 5.000 barriles, 794.000 litros, al día, según las estimaciones más comedidas de la petrolera responsable, BP. Desde el día del accidente, el 20 de abril, autoridades, pescadores y ecologistas esperan un desastre del tamaño del Exxon Valdez en 1989 en Alaska, donde murieron 33.000 aves. Pero los animales heridos no llegan y la marea negra todavía sigue en alta mar.

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El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ha ordenado la creación de un centro limpieza de animales en Fort Jackson, donde hay ya más de 3.000 jaulas listas. "Hemos facilitado que veterinarios de todo el país acudan aquí a tratar a los animales heridos por el vertido", declaró el pasado jueves tras sobrevolar la mancha. Esos veterinarios sólo han tratado a una veintena de pájaros.

Según los pescadores del lugar, la corriente del golfo y el flujo de la desembocadura del Misisipi impiden, de momento, que la marea negra barra la costa. Y es allí donde mamíferos y aves se concentran. "Los químicos que dispersa BP y el quemado de petróleo en alta mar mantienen el crudo alejado de la costa", asegura Oliver Bernstein, portavoz de la organización ecologista Sierra Club. "Es en esos humedales donde están los animales. Y BP tiene un plan concreto para tratar de evitar que se difundan fotos de animales heridos. Su estrategia es atacar el vertido en alta mar. Pero el petróleo va por debajo, mezclado con químicos. Y su efecto tardará tiempo en verse".

BP informó ayer que en un nuevo intento de introducir un tubo de bombeo en la fuga de petróleo ha logrado extraer crudo hasta la superficie. "Está funcionando extraordinariamente bien", afirmó uno de los directivos. El crudo de la Deepwater Horizon, además, no es como el del Exxon Valdez. Se trata de petróleo dulce, oleoso y difícil de identificar a simple vista sobre los animales. Por eso, las autoridades consideran que "cualquier animal que aparezca herido en estas costas de Luisiana, entre las fronteras con Tejas y Misisipi, está potencialmente contaminado", según el biólogo marino Mandy Tumlin, que coordina las labores de rescate para el Gobierno estatal.

BP sabe a qué se enfrenta. En su plan de exploración del yacimiento, de 2009, aseguraba que un vertido afectaría a 29 especies de mamíferos marinos. Ese texto dice: "No es probable que se den efectos adversos sobre los mamíferos marinos [...] La planificación de respuesta a cualquier vertido de crudo y la protección de sus hábitats mitigarán cualquier peligro". La primera asunción ha sido incorrecta. El vertido se ha producido. Falta ver cómo protegerá la petrolera esos hábitats.

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