Los casos de pederastia salpican al cardenal Bertone
La jerarquía protegió a un cura que abusó de menores y les dio cocaína
Los escándalos de pederastia clerical siguen sucediendo y tocando al núcleo de la curia vaticana. En los últimos días, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, se ha visto directamente interpelado por dos casos. El primero es la detención del cura italiano Riccardo Seppia, un párroco de Génova que está en la cárcel acusado de intento de violencia sexual, inducción a la prostitución y cesión de cocaína. Con él han sido imputados un ex seminarista y un joven egipcio de 18 años.
Según el diario de Génova Il Secolo XIX, Seppia, que hoy tiene 50 años, nunca escondió sus libertinas aficiones y la curia genovesa sabía de su agitada vida sexual desde hace al menos dos décadas. Pese a ello, los tres últimos arzobispos de la ciudad, Dionigi Tettamanzi (hoy arzobispo de Milán), Tarcisio Bertone (número dos del Vaticano) y Angelo Bagnasco, líder de la Conferencia Episcopal Italiana, solo abrieron investigaciones informales contra el cura y se limitaron a ordenar su traslado de parroquia en parroquia sin tomar medidas disciplinarias, ni canónicas ni civiles.
Dos jefes salesianos, expulsados por apoyar abiertamente el sexo con niños
Los investigadores han descubierto que el primer párroco de Seppia, Piercarlo Casassa, comunicó a la curia genovesa en los años noventa sus sospechas sobre el vicepárroco e incluso contó a sus superiores que "los monaguillos y los boy scouts sentían un fuerte malestar cuando Seppia se les acercaba".
Aunque fuentes vaticanas alegan que nunca recibieron noticias de abusos a menores ni de posibles delitos, otro dato parece desmentir esa versión: un médico de Génova presentó en 1994 una denuncia a la policía contra Seppia porque este acosaba telefónicamente a sus hijos, dos niñas de 10 y 13 años y un chico de 15. El cura fue entonces trasladado de parroquia por sus superiores, y las llamadas cesaron. Seppia, que ha declarado a la policía que es seropositivo, se encuentra detenido desde hace tres días en la sección de predadores sexuales de la cárcel de Sanremo.
El segundo escándalo ha sucedido en Holanda, dentro de una investigación que afecta a miles de menores abusados en instituciones de los Salesianos, que ha puesto en estado de máxima alerta a la congregación a la que pertenece el secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
La orden anunció ayer que había decidido cesar de su cargo a su Superior holandés, Herman Spronck, y apartar del sacerdocio al padre Van B., del que solo ha trascendido la inicial del apellido. La razón es que Van B., de 73 años, es militante de la asociación Martjn, un grupo legal en Holanda que defiende abiertamente la pederastia como una actividad "perfectamente legítima"; el cura arrastraba además dos condenas por exhibicionismo ante menores.
Pese a ello, el líder holandés de los Salesianos admitió en una entrevista a RTL News que estaba al corriente de una cosa y de otra, y comentó: "Personalmente no condeno las relaciones entre adultos y menores. Depende del niño. No se debe nunca entrar en su espacio personal si el niño no quiere. Pero hay niños que indican que es admisible. En ese caso el contacto sexual es posible".
El Papa deberá decidir ahora si Spronck puede o no seguir siendo cura.
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