El área metropolitana de Barcelona contará con un sistema de aparcamiento para bicis privadas

Las U invertidas y las O a las que se aseguran las bicicletas tendrán competencia en el área metropolitana de Barcelona. Hoy su Entidad Metropolitana de Transporte (EMT) ha presentado el Bicibox, un proyecto de mobiliario urbano que busca dar seguridad a los usuarios de bicicletas privadas. Se trata de 131 "cajas" de almacenamiento para bicicletas de construirán en puntos neurálgicos de los 17 municipios donde tiene influencia la EMT. Estas consignas funcionarán con una tarjeta sin contacto y por 35 euros anuales se podrá dejar la bicicleta, en principio, por un período de 12 horas cada día.

Se espera que el servicio entre en funcionamiento a finales de año. Se está trabajando en el concurso para buscar la empresa que lo gestione. Según Antoni Poveda, presidente de la EMT, el Bicibox se diferencia de otros sistemas públicos que buscan fomentar el uso de la bicicleta porque exigen gastos menores en el mantenimiento y gestión. El informe del proyecto explica que, mientras que en la primera fase del sistema Bicing el coste de cada bicicleta y de cada anclaje fue de 1.150 euros, cada plaza del Bicibox costaría 715 euros.

En la primera fase, se espera que del servicio se beneficien 3.000 bicicletas. Los puntos de servicio se instalarán cerca de las estaciones del transporte público, para fomentar así la intermodalidad del transporte. Proyectos similares se han puesto en marcha en San Francisco y Estrasburgo.

La inseguridad es una de las principales razones que desmotivan el uso de la bicicleta en la ciudad. Según el barómetro anual de la bicicleta, el 70% de los encuestados aseguró que era necesario crear aparcamientos seguros para las bicicletas. Al 20% de los catalanes le han robado su bicicleta al menos una vez en la vida.

Para Enrique Huertas, el director de movilidad sostenible de Buchanan Consultores, la principal consultora del tema en Londres, la propuesta del Bicibox es buena, en tanto las estaciones se ubiquen en lugares que no impidan el tránsito peatonal. Sin embargo considera que deben alternarse con los elementos tradicionales de seguridad, como las U invertidas. "En una estación de tren o de metro, donde la bicicleta va a estar por un tiempo prolongado funcionará. Pero cuando alguien se va a tomar un café o a hacer un recado puntual va a preferir la seguridad tradicional", ha explicado.