Vida fácil para los caballos durante 55 millones de años
El análisis de miles de dientes fósiles permite reconstruir la dieta de decenas de especies extintas
Los caballos aparecieron en América del norte hace unos 55 millones de años y, a lo largo del tiempo, aumentó su tamaño corporal, se redujo el número de dedos de sus pezuñas y desarrollaron dientes grandes. Se han considerado siempre buenos ejemplos de la evolución. Ahora un equipo científico internacional ha realizado un análisis exhaustivo precisamente de los dientes, centrándose en los patrones de desgaste de los molares, de manera que pueden relacionar este rasgo con la dieta de los animales a lo largo de toda su historia y, por tanto, con los cambios en la vegetación asociados a los cambios del clima y a la disponibilidad de alimentos. Su conclusión es que en la mayoría de las poblaciones más antiguas de caballos la presión para desarrollar molares cada vez más grandes fue débil, es decir, que a lo largo de esos 55 millones de años, los caballos, en términos evolutivos, lo han tenido fácil, con abundante alimento disponible durante la mayor parte del tiempo.
"Una de las ventajas de estudiar criaturas extinguidas como los caballos prehistóricos es que podemos investigar cómo los animales responden a sus entornos a lo largo de millones de años, algo que no pueden hacer los biólogos que se ocupan de las especies vivas", explica Matthew Mihibachler (Museo Americano de Historia Natural), que ha dirigido la investigación. La mayor sorpresa ha sido descubrir que, aunque algunas de las poblaciones de caballos extinguidas tenían dietas extremadamente abrasivas (y su efecto se aprecia en los molares fósiles), durante la mayor parte del tiempo parece que los caballos lo han tenido sorprendentemente fácil, añade el investigador en un comunicado del Instituto de Tecnología de Nueva York, al que pertenecen dos investigadores del equipo.
Estos científicos han analizado 6.500 fósiles de 222 poblaciones diferentes de más de 70 especies extinguidas de caballos y dan a conocer los resultados de su trabajo en la revista Science.
"De acuerdo con los patrones de desgaste dental, hemos podido comprobar que las dietas de los caballos variaron al mismo tiempo que los cambios de la vegetación a lo largo de los últimos 55 años", comenta Florent Rivals, investigador del ICREA (Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados) en el Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social. "Los primeros caballos (de tres dedos en la pezuña) vivían en hábitats muy cálidos, de tipo selva tropical y tenían molares adaptados para comer fruta y vegetación blanda", añade Rivals. "Como el clima en la tierra se enfrió, y como estos hábitats de selva fueron reemplazados por otros templados más boscosos, los caballos desarrollaron aristas cortantes en sus molares más adaptados para cortar hojas y vegetación más dura. Hace unos 18 millones de años aparecieron caballos con dientes con la corona más alta y más complejos, lo que sugiere que evolucionaron para hacer frente a la alimentación de los hábitats de pastizales abiertos (praderas) que se extendieron durante ese tiempo".
En los últimos millones de años, se ha reducido notablemente el número de especies de caballos y la dieta es más restringida, dicen los investigadores, hasta el punto de afirmar que los caballos actuales no son en absoluto ejemplos típicos de la dieta de este grupo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.