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Solitari@ busca pareja en Internet

Millones de españoles se citan en la Red - El 'dating' es más rápido que el ligue convencional

Ramón Muñoz

"Soy una persona normal. Busco una amistad y si surge algo más, mejor". Éste podría ser el anuncio tipo de un portal de contactos en Internet. A través de ellos, casi nadie busca amistad sino una pareja o una relación sexual. En lo que no miente el anuncio es que cada vez es más normal utilizarlos. Aunque no hay estadística oficial, las agencias de contactos estiman que hasta siete millones de españoles usan o han usado alguna vez esta herramienta para iniciar una relación personal.

Sólo Meetic y Match.com tienen 10 millones de perfiles registrados
Perfil: entre 30 y 45 años, universitario, sin hijos y quiere pareja estable
"En cuatro horas puedes tener una cita", dice el director de Meetic
Es la tercera forma de encontrar pareja, tras los amigos y el trabajo

Muchos aún temen que se les considere gente rara, desvalidos sentimentales o sociópatas con problemas para relacionarse y por eso pocos de sus usuarios reconocen abiertamente utilizarlos (los participantes en este reportaje no han querido dar ni su nombre ni su apodo real). Pero su número va sigilosamente en aumento. En España, las agencias de contactos se han convertido en la tercera forma de encontrar pareja, tras los amigos y los compañeros de trabajo (Jupiter Research). Se estima que más de 400.000 españoles encontraron algo parecido a su media naranja el año pasado a través de la Red. El dating (como se le conoce universalmente por la traducción de cita en inglés) es también un negocio boyante que mueve 50 millones de euros al año en España.

El perfil tipo del enganchado al ligochat es el de una persona de entre 30 y 45 años, que confiesa buscar algo más que una aventura. Hay más hombres que mujeres (hasta hace poco no pagaban), pero con tendencia a igualarse. "Vivía con mi pareja desde muy joven con la que tuve dos niñas. Cuando me separé, a los 35, me di cuenta de que todos mis amigos estaban casados, que no tenía con quién salir a conocer gente y, lo que es peor, no tenía ni idea de cómo ligar. Entré en Meetic y se me abrió un mundo nuevo. Al poco tiempo, me encontré con más de 20 contactos en mi messenger. Me pasaba las noches chateando con cuatro chicos a la vez. Luego llegaron las citas...", dice Princesa44.

El modus operandi es siempre el mismo. El usuario se inscribe. Redacta un perfil en el que detalla sus características físicas, laborales, familiares (casado, soltero, divorciado, con hijos...), aficiones y preferencias acerca de su pareja ideal. Busca los perfiles de esa persona y se ponen en contacto a través del servicio del chat o de e-mail del propio portal. Si se llega a un primer entendimiento, las dos personas se intercambian la dirección privada de sus chat (en más de un 90% el msn messenger). Chatean tres o cuatro veces, se intercambian fotos, y si hay sintonía, conciertan una cita. Luego, llega el mundo real.

"Lo de que los polos opuestos se atraen es completamente falso. La gente busca parejas afines. Que tengan sus mismos gustos, su misma educación, que le interesen más o menos las mismas cosas. Y, generalmente, que vivan en su ciudad. Y nosotros ofrecemos una herramienta extraordinaria para encontrar a esa gente", dice Sonia Fernández, directora general de Match.com.

Este portal, propiedad de una empresa norteamericana, y Meetic, de capital francés, se reparten más del 80% del mercado español, aunque hay muchos otros como FriendScout24 (alemán), Be2 (Luxemburgo), Yahoo Personals y OkCupid (EE UU). España es, tras Francia (donde la palabra meetic se ha convertido en un sinónimo de ligar) y Reino Unido, el país en el que el dating tiene más éxito, aunque lejos de Estados Unidos, donde la mitad de las nuevas parejas se forman gracias a la Red, y se dejan en ello 2.000 millones de euros.

El ligoteo virtual, como el presencial, tiene sus propias reglas y la experiencia es fundamental. "No quería una pareja para toda la vida. Buscaba rollos ocasionales o para un fin de semana. Al principio me pasaba el día chateando. Era agotador y aburrido. Y nada práctico. Ahora, mantengo dos o tres charlas como mucho. Si veo que no está interesada o que habla al mismo tiempo con otros 15, la borro del msn, y a otra. Y con las citas lo mismo. Ya no las invito a cenar ni me voy de copas en la primera cita. Primero una caña o un café a plena luz del día. Si realmente me gusta y hay posibilidad de llegar algo, paso a las copas... Y una vez que llegas aquí, el sexo se da por sobrentendido porque la gente sabe a lo que va. Ahorras tiempo y dinero", señala Diego06, de 34 años.

Uno de los principales frenos para entrar en estos portales es la prevención, la fama de frikis de los que pululan por Internet. "Los casos de malos rollos son rarísimos. Hemos tenido algunos que usan el Meetic para hacerse un book de modelos, por ejemplo. Y siempre está el inoportuno que manda comentarios groseros. Si un cliente se siente molesto cuando recibe un e-mail, puede poner en la lista negra a su remitente y éste ya no podrá volver a hacerle llegar otro correo. Y si alguien aparece en la lista negra más de tres veces en una semana, le bloqueamos la cuenta", señala José Ruano, director general de Meetic.

En la misma idea insiste la directora de Match.com. "Desgraciadamente muchos aún piensan que la gente que conoces en Internet es rara. Pero yo digo: '¿no te inspira mayor confianza alguien con quien has chateado, del que conoces más o menos sus aficiones, sobre el que has podido indagar directamente que un tío que te encuentras una noche en un bar de copas, y apenas cruza unas palabras contigo salvo para dorarte el oído?''.

La principal ventaja que tienen estos portales es también su principal inconveniente: son de pago. La tarjeta de crédito con que se contratan garantiza datos personales fiables para localizar al usuario en caso de que cause problemas. Cuestan alrededor de 30 euros al mes, según la modalidad. La vida media de un usuario en estos portales es de entre tres y cuatro meses, el tiempo que tardan en encontrar una pareja que satisfaga sus pretensiones. Pero como en el ligue tradicional, las parejas online también rompen y, entonces, vuelven a contratar los servicios. Sólo las bases de datos de Meetic y Match.com tienen más de 10 millones de perfiles y cada mes se crean 300.000 nuevos perfiles, aunque muchos de son repetidos dado su anonimato.

Los portales de dating ofrecen en su propaganda historias con final feliz. Parejas que se conocieron en el portal y ahora comen las perdices del cuento. Aunque hay historias para todos los gustos, como los que usan estos portales para alcanzar un guinness sexual o simplemente para hacer turismo barato. Para los que se quieran iniciar en los misterios del dating, hay cientos de páginas en Internet, aunque una de las de más éxito es el relato Seis meses en Meetic (www.albertonoguera.com).

El ligue por Internet afecta a todos los estratos sociales, aunque según los datos de Match.com, el perfil es de universitario (80%), sin hijos (70%), y que busca una relación a largo plazo (80%). "No ofrecemos la garantía de que van a encontrar el amor. Pero prometemos que vas a conocer gente y que vas a quedar con ella. Si te pones a ello, en cuatro horas puedes tener una cita. Y de ahí, puede resultar un matrimonio, un lío o una sencilla amistad", dice Ruano, de Meetic.

Puede que no todo el mundo sea tan rápido. Pero de lo que nadie puede dudar es de la efectividad del servicio. Un redactor de este periódico se registró como usuario de Meetic. Remitió cien e-mails indiscriminadamente a mujeres de entre 25 y 45 años, sin reparar en el perfil. En una semana recibió 12 respuestas. Y en cuatro casos accedieron a concertar una cita. ¿Cuántas noches de copas son necesarias para arrancar un encuentro con un desconocido?

No es de extrañar que cerca del 70% de los españoles prefieran ligar chateando antes que en persona, según una encuesta realizada por Microsoft el pasado mes de febrero entre 30.000 usuarios de msn.

La creciente pujanza del coqueteo online está desplazando a las relaciones tradicionales y hace reflexionar a sociólogos y psicólogos. "Antes para encontrar pareja se guiaba por la pertenencia a un grupo, la familia, amigos comunes, el barrio, una determinada educación. Era un comportamiento gremial. Nuestra mentalidad y nuestra forma de concebir el mundo es cada vez más individualista y se liga también de forma individual. El ritual de cortejo cambia completamente. Es mucho más rápido, en dos conversaciones tienes que hacer un vacío emocional", señala Luis Muiño psicoterapeuta y experto en temas de Internet.

La desinhibición que da estar frente a un teclado lleva a una relación emocional impensable en una conversación cara a cara, tanto por su intensidad como, muchas veces, por su fugacidad. "Descubrí una infidelidad de mi mujer pero ya hace tiempo que nuestro matrimonio no funcionaba. Un amigo me dijo que me metiera en el Meetic. Al poco, me vi contándole por chat mi vida a Felicidad, una chica de mi edad. Resultó que era una antigua compañera de colegio. Nos vimos varias veces durante dos semanas. Y todos los días nos mandábamos decenas de SMS románticos. Incluso hacíamos planes: fines de semana, vacaciones... Parecíamos dos novios adolescentes. Pero un día me llamó y me dijo que lo nuestro no iba a ningún sitio, que yo era un hombre casado y que ella buscaba otra cosa", dice Ícaro, trabajador de la ONCE.

El caso de Ícaro alimenta el tópico de que en los portales de contactos se conoce gente con la misma facilidad con la que se la pierde de vista, y que las relaciones son intensas pero poco sólidas. Los responsables de estos sitios esgrimen informes para demostrar lo contrario. Un estudio de Match.com entre más de 800 parejas que contrajeron matrimonio desde 1995 hasta la actualidad concluye que los matrimonios que se conocieron vía online son más compatibles, y están más enamorados que las parejas tradicionales. Así, el 89% de los cibermatrimonios declararon sentirse muy felices frente al 66% de los tradicionales.

Otra tendencia es la creciente presencia de jóvenes. "La llamada generación-i sabe venderse mucho mejor. Porque, en contra de lo que se suele pensar, en Internet no se miente mucho. La mentira no está en lo que se dice, sino en lo que no se dice, porque el secreto está en vender la parte mejor de ti mismo. Y eso lo saben hacer mucho mejor ellos", dice Muiño.

El desarrollo del dating es tan vertiginoso que ya tiene una segunda generación, el matchmaking, un servicio que mediante test de personalidad online ayuda a filtrar mejor las parejas ideales, poniendo en contacto a los candidatos más afines.

Pocos salen del armario porque les da reparo reconocerse ligones por Internet. Como anécdota ni el director de Meetic ni la directora de Match.com conocieron a sus actuales parejas por sus portales. Pero otros miles sí los usan.

Esther y Xavi, un matrimonio que se conoció en Match.com.
Esther y Xavi, un matrimonio que se conoció en Match.com.

Y comieron perdices

Esther y Xavi, de Calella (Barcelona) son una de las parejas online pioneras. "Acababa de separarme. Tenía un niño pequeño asi que me era muy difícil salir. Conocí a Xavi por el Match.com y ya llevamos casados cinco años. Y ahora le he recomendado a mi hermana que busque pareja por aquí, porque el filtrado es mejor", señala Esther, en cuyo móvil suena la melodía Love me tender de Elvis Presley. Ana y José, de Córdoba, también se conocieron en Match y crearon una web para celebrarlo, donde cuelgan sus fotos. Y como ellos más de 400 matrimonios al año.Pero no todo es bucolismo y parejas de la casa de la Pradera. También hay historias fallidas. Como la de Soli_do: "Entré en septiembre y al poco conocí una divorciada, mucho mayor que yo. Hubo sexo desde el principio. Pero no teníamos nada de que hablar y además me llevaba a esos salones de baile que parecía sacado de Cocoon. Yo era el más joven y tengo ya 38 años. Conocí otras dos chicas, pero no pasamos de unas cañas. Cuando iba a tirar la toalla, encontré una ejecutiva de marketing de una marca de coches de lujo. Las fotos no le hacían justicia. Era aún más guapa, además de superpija y estilosa. ¿Qué hacía en el Meetic y, sobre todo, que hacía quedando conmigo? Tuvimos dos citas y sucedió... Me ilusioné. Pero al poco tiempo, ella dejó de responder a mis emails, o lo hacía con desgana. Un día me dijo que buscaba algo más serio. Y que no le gustaba mi forma de vestir. Le contesté que puede que no estuviera a la altura de su vestuario de Serrano, pero que por lo menos no vendía coches a Farruquito como ella. Ahí acabó todo. Me di cuenta de que nunca hubiera salido conmigo si me hubiera conocido en un bar, junto a sus selectos amigos. Y me borré de Meetic".

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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