Obama compara el impacto del vertido en la sociedad estadounidense con el del 11-S
Asegura que el desastre ecológico "cambiará la forma de pensar sobre el medio ambiente".- El mandatario visita por cuarta vez el golfo de México.- BP presenta un nuevo plan para frenar el derrame y vuelve a desplomarse en Bolsa
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado ayer que el desastre ecológico en el golfo de México tendrá un impacto similar en el país al que supuso el 11-S, en el sentido de que marcará un antes y un después en la forma de pensar de los norteamericanos, en este caso en lo que se refiere al medio ambiente.
En una entrevista en la página web Politico, el mandatario ha señalado que, de la misma manera que los atentados del 11 de septiembre de 2001 destaparon las "vulnerabilidades" del sistema y modificaron la política exterior de la Casa Blanca, "el desastre [del golfo de México] va a cambiar nuestra forma de pensar sobre el medio ambiente y la energía en los años venideros". A este respecto, Obama se ha comprometido a tomar "un camino valiente" que permita "una clase de política energética con visión de futuro, orientada hacia el mismo, que es vital y que hace falta desde hace mucho tiempo". El presidente de EE UU ha hecho estas declaraciones el mismo día en el que visita por cuarta vez al área costera afectada por el vertido. Al final de este viaje, de dos días, por Misisipi, Alabama y Florida, Obama ofrecerá hoy por la noche un mensaje televisado a la nación, en horario de máxima audiencia, para explicar sus medidas para paliar la catástrofe. Mañana se reunirá en la Casa Blanca con el presidente de BP, Carl Hanric Svanberg, para exigirle la creación de un fondo especial para las compensaciones e indemnizaciones a los afectados.
"Uno de mis mayores retos es que logremos extraer las lecciones correctas de este desastre", ha subrayado Obama en Politico, y ha añadido que, si bien no puede predecir si EE UU será capaz de cambiar el modelo económico basado en el petróleo en los próximos años, "lo que toca ahora es empezar a hacer esa transición". "No sé qué nuevas fuentes de energía podremos explotar, qué tecnologías podrían hacer bajar el precio de las energías renovables", ha afirmado, para agregar: "lo que sí podemos saber es que los combustibles fósiles se agotan; que cada vez será más caro acceder a ellos; y que van a suponer un coste medioambiental para nuestros hijos, para nuestros nietos; y nuestros bisnietos tendrán que encarar el problema".
En cuanto a la situación de BP, las acciones de la empresa británica volvieron ayer a desplomarse. Cayeron un 10% en la Bolsa de Londres. El jueves pasado, sufrieron un retroceso del 12% en el parqué londinense, su nivel más bajo desde 1997. La compañía ha enviado hoy al Gobierno de Estados Unidos un nuevo plan para contener el vertido que permitiría recoger diariamente más de 7,5 millones de litros diarios, frente a los 2,4 millones de litros que la empresa logra capturar ahora. Según cálculos gubernamentales, del pozo abierto manan aproximadamente 7,9 millones de litros al día. La Casa Blanca dio el viernes pasado un plazo de 48 horas a BP para que ofreciera un plan más eficaz para la contención del vertido y la recolección del petróleo derramado desde el pasado 20 de abril. Según informó ayer un funcionario de la Casa Blanca, la firma ha respondido al ultimátum. "Ahora han bosquejado un método para contener más de 50.000 barriles de crudo por día hacia finales de junio, dos semanas antes de lo sugerido inicialmente".
BP ha emitido un comunicado en el que asegura que ya ha gastado 1.600 millones de dólares (1.300 millones de euros) en sus intentos de frenar el derrame y que a finales de junio pondrá en marcha un sistema "más permanente y flexible" de tuberías flotantes y se desarrollará "planes para mejorar este sistema y también para ampliar las opciones para una contención adicional".
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