España ha destruido seis millones de vacunas contra la gripe A
Los fármacos eliminados ahora costaron más de 40 millones de euros
Un virus menos agresivo de lo que se esperaba y una intensa campaña de amedrentamiento han acabado con un pequeño desastre económico: el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, confirmó ayer que las comunidades autónomas -que eran las depositarias- ya habían destruido las vacunas contra la gripe A que no se utilizaron el año pasado. En total se han quemado unos seis millones de dosis, que costaron más de 40 millones de euros (una inmunización normal ronda los siete euros por unidad, pero estas, por ser especiales y estar encargadas más tarde, tenían un precio superior).
El desastre económico podía haber sido mayor. En octubre del año pasado el Ministerio de Sanidad y los laboratorios llegaron a un acuerdo para suministrar 37 millones de dosis. Era cuando se creía que iban a hacer falta dos dosis por persona. Al final, se compraron unos 13 millones de vacunas.
Las inmunizaciones aplicadas están este año por debajo de lo normal
La cantidad es ligeramente superior a los 11 millones que se han adquirido este año para una gripe que se preveía suave. Pero después de la inquietud inicial que llevó a plantear que se compraran fármacos para el 30% o incluso el 40% de la población -y en España la situación estuvo bastante calmada; en Francia se habló de comprar vacunas para el 75%-, ganó fuerza la teoría contraria la inmunización. Así que Sanidad tuvo que renegociar con los laboratorios para reducir el pedido.
Al final, se compraron unos 13 millones de dosis, dos millones más de las que se ponen un año normal. Pero la demanda cayó tanto que solo se emplearon alrededor de tres millones. Los seis que se han destruido están entre los que sobran.
La decisión de deshacerse de ellas se pospuso lo más posible, porque la idea inicial era revenderlas o enviarlas como una donación a países que llegaron tarde a los primeros pedidos. Pero una vez pasado el primer pico de la gripe se ha visto que no hacían falta. Además, la vacuna que se está distribuyendo este año ya está preparada para proteger contra el H1N1 y otras dos cepas del virus de la gripe (un H3N2 y uno de tipo B), por lo que las antiguas vacunas no tendrían sentido. Para que se hubieran podido usar habría hecho falta que los laboratorios hubieran fabricado para este invierno vacunas solo para el H3N2 y el virus B, pero los usuarios nunca lo habrían aceptado. Aparte de que el precio sería casi el doble -el sistema está organizado de manera que da prácticamente igual una vacuna para dos o tres virus-, supondría dos pinchazos.
Aquella pandemia que resultó tan poco peligrosa ha dejado otras secuelas en el sistema. Varios consejeros de Sanidad manifestaron el jueves en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud su preocupación porque la tasa de vacunaciones no es este año tan alta como la de otros años. Se esperaba que hubiera 11 millones de vacunaciones, pero se está al 60% de esa cifra, indicaron los consejeros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.