Los escenarios de Carmen Balcells
Lo primero que llama la atención en la mesa del despacho que Carmen Balcells tiene en su casa de la Diagonal de Barcelona es un metro de medir amarillo, como los de antes, de carpintero. No está de adorno. Lo utiliza con frecuencia. Ahora mismo su piso está en obras y ella lo controla todo, como el mejor capataz. "Me he pasado toda la vida cambiando de escenarios. Me hago un despacho nuevo o amplío el que tengo". No exagera. Tanto es así que uno de sus colaboradores suele decir en broma que Carmen ha dedicado buena parte de su vida a hacer obras y que cuando le quedaba tiempo libre hacía de agente literaria.
Ella se ríe. "Soy especialista en crear rincones". Cuando se "jubiló", digámoslo así, entre comillas, en 2001, Carmen dejó su despacho en la agencia, que está en el piso de abajo, reorganizó la agencia y se instaló en su casa. Ahora ocupa un despacho no demasiado grande, al lado de la habitación del piano. "No necesito mucho, una mesa y tres sillas, una para mí y las otras para las visitas". Tiene delante unos textos de Manuel Vázquez Montalbán. No oculta cuánto le añora. Un bloc amarillo, de considerable tamaño, hace las veces de agenda. Apunta ahí sus citas, notas, ideas... En un mueble bajo y largo se acumulan montones de carpetas. "Lo más grave", dice, "es que en los últimos años proliferan primeros manuscritos y yo no tengo tiempo de leerlos, de procesarlos. Se van acumulando y a mí me sabe muy mal".
Desde que se "jubiló", doña Carmen está muy ocupada. Los montones de textos en su despacho la delatan. Pero, sobre todo, lo que más le gusta es emprender nuevos proyectos, como su agencia musical, que dirige Carina Pons. Ahora todos sus esfuerzos están encaminados a los Carnets de Peintre. El ordenador que está en su mesa guarda todos los secretos. No será una serie ni una colección, pero, en la mejor tradición francesa, irá publicando textos de pintores. No son ediciones facsímil sino hechas ad hoc. Trabaja en ello de hace tres años; en 2007, lo puso en marcha y en otoño próximo podremos ver el primer invento: un sensacional cuaderno de pintor de Miquel Barceló, que reúne esquemas, bocetos, apuntes, dibujos, notas de viaje, textos manuscritos y su transcripción..., una delicia para los aficionados. Será de edición limitada, 99 ejemplares, y la complejísima técnica tipográfica corre a cargo de Gonzalo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez. Carmen Balcells, la imaginación al poder, sigue en forma.
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