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Reportaje:Ocio digital

El videojuego mató al mando

El control del movimiento con el cuerpo o un juego sobre la vida de un becario, novedades de la feria europea del sector

Pablo León

Saltar, revolcarse por el suelo, agacharse. Y otra vez arriba. La espontaneidad neoyorquina delata a Tsudona mientras prueba Kinect, el juguete que ha diseñado. El resultado es impresionante. Cuesta un minuto comprenderlo y cuando empiezas a correr, puedes pasar horas enganchado. Reconoce tu cuerpo inmediatamente y cuando te cansas, no tienes más que salirte del radio de interacción y desapareces de la pantalla. Mientras estás en acción te hace fotos para que las cuelgues en Facebook. Al momento, estilo Minority Report, cargando y moviendo las fotos con las manos. Parece el futuro.

Durante más de tres años Kudo Tsudona no ha tenido más que una cosa en la cabeza. A este desarrollador tecnológico con permanentes gafas de sol se le ocurrió la idea de jugar a la videoconsola sin mandos y desde entonces ha pasado horas de sedentarismo en el despacho para crear un artilugio llamado Kinect. "Pues desde que lo hicimos realidad, he perdido 20 kilos... y no bromeo", explica con una sonrisa.

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No es para menos. El dispositivo, que se conecta a la videoconsola XBOX360, reconoce el cuerpo y la voz del jugador de manera que cuando se inicia una partida es como enfundarse el mono rojo de fontanero de Mario y ponerse a saltar, correr, cazar monedas o esquivar obstáculos. En lugar de manejar al muñeco, el jugador es el muñeco.

Este invento es el plato fuerte de Microsoft para Gamescom. La gran feria de videojuegos europea -la versión europea de la E3, gigantesco encuentro californiano del Viejo Continente- abrió ayer al público (hasta el 22 de agosto) en el palacio de congresos de Colonia para fervientes, con o sin mandos.

"Una Navidad quise jugar con mi familia a la consola y me di cuenta de que se aburrían porque los mandos les parecían demasiado complejos. Para involucrar a gente que no suele jugar se me ocurrió la idea de usar el cuerpo como herramienta", explica Tsudona, nacido en Seattle, pero criado en Nueva York. Así se gestó la apuesta de Microsoft (que estará en el mercado a partir del 10 de noviembre por 299 euros junto con la consola), una de las más esperadas en la feria. Lo han probado en Los Ángeles especialistas de todo el mundo y se han quedado atónitos. En Gamescom se enfrentan al público de verdad: a los usuarios, a los compradores.

A pesar de que sólo lleva tres años celebrándose, Gamescom reúne en esta cita a empresas de 33 países, organiza 200 premières de videojuegos y espera este año superar los 264.000 visitantes de 2009. "En Estados Unidos está el E3; en Japón, Tokio Games; en Europa, Gamescom", sentencia Oliver Kuhrt, director de la feria de Colonia que, aunque no da cifras, afirma que la cita de los videojugadores es una de las que más dinero mueve en la ciudad alemana. En este escenario, aparecen novedades de Warcraft, EA presenta Un día en la vida de un becario (¿quién no lo ha sido o se ha sentido así alguna vez?) realizado por los susodichos de la firma. Clásicos como SEGA no han podido venir a causa de la crisis.

Pero en un mercado que en 2009 movió 48.000 millones de euros y que representó el 53% del mercado del entretenimiento, no es muy común hablar de recesión. "A la industria le va bien. Ahora hay más gente que se queda en casa y busca un nuevo tipo de ocio por eso seguimos invirtiendo en mejorar, en avanzar y en hacer nuevas propuestas para", explica Chris Lewis, vicepresidente de Microsoft en Europa.

Ese es el campo de batalla: seducir al gran público sin abandonar al hardcore gamer (el estereotipo del adicto que busca videojuego al que engancharse). Una batalla la libran con ardua intensidad Sony, Nintendo y Microsoft. Con sus videoconsolas como emblemas -PS, Wii y XBOX- pelean ahora por incluir en sus plataformas las redes sociales y sus exitosos juegos -como Farmville- por el acceso a Internet o por los mandos. Nintendo revolucionó el mercado con la Wii y su mando sensible al movimiento está en la feria, la Wii 3D, que permitirá jugar o ver películas en tres dimensiones, tendrá que esperar. Play Station pretendía sacar PSPhone con Android pero no lo han confirmado, se quedan con Move y su nuevo mando con giroscopio. Así que XBOX360 espera arrasar con su propuesta de libertad total, de mandar con el cuerpo.

Pero el invento no convence a todos. Algunos gurús como Richard Marks, creador de Eye Toy para PS y el primer dispositivo para interaccionar con las máquinitas, aseguran que los jugadores necesitan algo tocable. Es cierto que los chavales de los ochenta, hoy treintañeros consumidores que han forjado el imperio del videojuego, nacieron con un mando en la mano y les puede costar deshacerse de él. Pero también es muy posible que en cuanto empiecen a rodar por el salón con sus colegas de toda la vida se les olvide. De todos modos, quizá llegarán tarde. Porque el horizonte es otro: jugar con la mente.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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