MADRE POLÍTICA MILITAR
Mi suegra es una mujer de armas tomar. La líder de la banda. El brazo armado de su grey. Lo suyo no es un matriarcado, es la ley del más fuerte. Y la más fuerte es ella. No hay más que verla. Y oírla. Abre la boca y sube el pan. Se le cuadra hasta el perro, no te digo más. Su marido se jubiló de sargento, pero es ella quien ordena y manda. Siempre ha tenido más galones que él. Y de lo otro, también.
Y eso que ya no es quien era. Su liderazgo tembló cuando llegó otra. Servidora. Dos hembras alfa son multitud. Se emperró en casarnos por la Iglesia, hizo lobby con mi madre y pasamos por el aro. Con las gemelas no tragamos. Y me la tiene guardada. "Pobres moritas", me suelta a la mínima, "tan hermosas y sin cristianar". Ya. Seguro que las ha bautizado en el bidé. Las niñas no abren la boca. Se las tiene tapadas a base de chuches. Pero las he pillado bendiciendo los cereales por lo bajinis, criaturitas. Se tienen el cielo ganado.
Ella sí que reza. Anoche la oí bisbisear con las vecinas a la fresca. Menudo aquelarre. A su lado, Sálvame deluxe es la Vigilia de la Inmaculada. El tema del día era yo. Ella tenía todos los datos. "Mi nuera está colocada en un banco de broker o no sé qué. Pero el que se desloma es mi chico, el maestro. Ella se levanta, se pinta, coge el coche y no vuelve hasta las nueve. Y mi hijo, que llega a las cinco de trabajar todo el santo día, tiene que ponerse a hacer la cena. Yo no digo nada, pero así se rompen muchos matrimonios".
Intoxica que da gusto. Qué agente se ha perdido el CNI. Te vende a tu propia madre. Telefónica no gana con ellas. Le exprimen la tarifa plana en sus cumbres de homólogas. Y homónimas. María Angustias se llaman las dos, la santa del día. A mamá le decimos Marián, para disimular. Pero mi suegra va de frente. Angus, se autodenomina, con dos ovarios. Esa no ha oído a AC/DC en su vida, pero el nombre la clava. Ella sí que es heavy y no el guitarrista escocés ese.
Sus ídolos son sus hijos. Tiene las fotos de sus bodas a tamaño póster presidiendo el salón, como trofeos de guerra. Lo que son. Colocar a semejantes prendas sí es una victoria y no la de Samotracia. Esa también la tiene, en escayola, de lámpara de pie. Ella está apagada. El pequeño se ha separado. Un año hace que casó al niño, 400 invitados, un bodón. La novia parecía una malva, pero ha salido rana. Se lió con un guiri por Internet y nunca más se supo. Mi suegra la da por muerta. La ha guillotinado del retrato nupcial y ha puesto en su lugar a la Virgen del Socorro, la patrona del pueblo. No quiero pensar lo que hará conmigo llegado el caso. ¡SOS!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.