Sin la razón, todo está permitido
El problema está en el desprecio a la razón. Seis años después del 11-S, en un artículo publicado en The Times, Martin Amis llega a la conclusión de que el "fanatismo extrae su verdadera energía, su fiebre, su magia" de una patología que se expresa en "el rechazo de una conclusión lógica, de la causa y del efecto, del dos más dos". "Arrojad la razón a los perros", este eslogan de los talibanes es una especie de apuesta fáustica: "Aplastad la razón, acabad con ella y cualquier cosa parecerá posible". O sea, sin la razón todo está permitido. O si se prefiere, con Dios todo está permitido. Ir más allá de la razón significa "trascender los confines de la ley moral", "entrar en el universo ilimitado de la locura y la muerte".
El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007
El segundo avión.
11 de septiembre: 2001-2007
Martin Amis
Traducción de Eliseo Munroe
Anagrama. Barcelona, 2009
233 páginas. 16,50 euros
El novelista Martin Amis ha reunido en un libro sus artículos y sus relatos sobre el 11-S escritos entre 2001 y 2007. Desde el desconcierto inicial ante el ataque de quienes demuestran un total desprecio de la vida y de la muerte, que, una semana después del atentado, le hace escribir "de ahora en adelante tendremos que arreglárnoslas sin la necesidad de sentir que podemos proteger a nuestros hijos", texto a texto, año a año, Amis va trabando un relato explicativo, que lleva siempre el deje de la mirada subjetiva del novelista, y que gana en profundidad y riqueza a medida que se aleja del acontecimiento. ¿En qué radica la singularidad de este libro? En la mezcla de géneros: el ensayo, la crítica, y el relato que permite diversificar los puntos de vista sobre el acontecimiento. Y en la crítica sistemática de las ideas recibidas: tanto la equivocada respuesta idealista -en clave religiosa- de Bush, como la regla de "la equivalencia moral" que lleva a un sector de opinión liberal o de izquierdas a un relativismo capaz de contemporizar con una doctrina "racista, misógina, homofóbica, totalitaria, inquisitorial, imperialista y genocida".
En el libro hay dos relatos deslumbrantes: uno sobre los dobles de Sadam, 'En el Palacio del Fin', y otro sobre 'Los últimos días de Mohamed Atta', en que el recurso a lo metafórico reemplaza al análisis crítico, en un intento de introducirnos en un universo mental que nos puede parecer profundamente ajeno. "Los dobles siempre están rompiendo los espejos", escribe Amis. Muchos espejos se han roto en esta historia de falsas simetrías.
Pero el desprecio a la razón no sólo es imputable al islamismo radical. Porque el problema de Dios, este invento que el hombre hizo contra sí mismo, y el problema de la creencia son universales. El terrorismo mina la moralidad y después la razón. "El hombre sólo de forma muy irregular se compromete con lo racional..., con el pensamiento, con la mirada, con el aprendizaje, con el conocimiento. De lo que está realmente orgulloso es de sus creencias", escribe Amis. O sea, la respuesta de Bush fue equivocada porque fue una guerra de creyente, "un estallido de poder dirigido por Dios". El 11-S pilló a Occidente debilitado por treinta años de creencia "en el relativismo multicultural".
Martin Amis, al final de su camino, se pregunta, ¿qué nos fue revelado el 11-S? Seguimos tratando de interpretar el islamismo desde el punto de vista del raciocinio y sería fructífero saber mirarlo también desde el punto de vista de las emociones. Y si buscamos por esta vía encontramos "dolor, odio, furia, vergüenza, deshonra y, sobre todo, humillación" que en "el blando aletargamiento" (Tocqueville) de las sociedades democráticas nos pueden sorprender por sus "intensidades desconocidas". Y encontramos también la pasión religiosa, aunque quizás "más que ante la certeza espiritual, nos encontramos ante la inseguridad y la duda espirituales". Pero repasando la historia del islamismo -y del "suceso emocional conformador, el establecimiento de la patria judía"- la clave está en el sentimiento de humillación. "En Occidente, dice Amis, hemos dejado de entender el significado de la palabra humillación y la empleamos para descubrir nuestras peleas cotidianas en un tono de hipérbole jocosa. Ahora hemos de ir más allá e imaginar lo que es sentirse humillado no sólo por la historia sino también por Dios". Este Dios en el nombre del cual todo se hace, que no tiene la menor conmiseración con su pueblo, al que no salvó de las derrotas de 1948 y de 1967. De momento, concluye Amis, lo único que puede dominar el islamismo "son las noticias de la noche en el telediario".
El impacto del 11-S sigue vivo "con todo su misterio, su inestabilidad y su terrible dinamismo", porque redujo la distancia "entre realidad y delirio". El libro de Martin Amis es una apuesta concluyente por la razón, por actuar sin avergonzarnos de ser humanos y nada más que humanos. Después del desvarío posmoderno y de los años del miedo, la Ilustración llama a la puerta del siglo XXI.
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