NADIE SE ATREVE A PRODUCIR ESTAS PELÍCULAS
Alguien escribió un guión magnífico y muchos dijeron que lo llevarían a la pantalla, pero no fue así. He aquí algunos ejemplos y los motivos por los que se quedaron en el cajón.
TOM Benedek se ganó durante los años ochenta y noventa cierta fama escribiendo productos de valores para toda la familia donde habitaban muñequitos con complejos (Las aventuras de Pinocho, 1996), se exaltaba la amistad entre un perro y un delfín (Zeus y Roxanne, 1997) y se hacían taquilleros llamamientos ecologistas (Liberad a Willy, 1993). Pero un día, hace tres años, observando con desesperación 22 de los guiones que ninguna productora mostró interés en llevar a cabo, decidió freírlos todos a tiros con una pistola del calibre 45 en su jardín. Meses después, la ciudad de Los Ángeles asistía a una de las más curiosas exposiciones que la industria del cine recuerda: todos los guiones nunca producidos de Benedek, ahora agujereados por las balas, se exponían en la Frank Picture Gallery. El autor de Cocoon (1985), parábola sobre marcianitos que llegan en son de paz y con la fórmula de la eterna juventud, decidió que la única manera de dar vida a su trabajo sería asesinándolo.
Pero Benedek esperó un tiempo más que prudencial: durante un par de años, los guiones no producidos todavía ejercen como joyas inexploradas. Hollywood publica cada diciembre la lista de los 10 mejores guiones sin producir del año. Se llama La lista negra, pero entrar en ella no tiene nada de oscuro: indica que no sólo los productores los han leído, sino que los consideran más que interesantes. Echando un vistazo a la lista de años anteriores, se pueden encontrar películas como Cosas que perdimos en el fuego, Lars y una chica de verdad o Juno, que cuando por fin consiguió director y reparto recaudó 200 millones de dólares y coleccionó nominaciones a los Oscar. Hace pocas semanas Variety anunciaba que otra de esas películas que llevan tiempo creando sensación en esta lista, llamada I want to f*** your sister (Quiero tirarme a tu hermana), ya ha encontrado partes interesadas, entre ellas la MTV. Pero que nadie se tome el caso de Juno, Lars o el de la hermana como habitual. En este tipo de listas, la línea que separa el halo de misterio del halo de polvo es desconsoladoramente fina. La habitación donde se depositan todos los guiones que, tras un par de años, no han gozado de luz verde, bien podría tener un letrero informativo: Abandonad toda esperanza. ¿Por qué un guión magnífico termina sus días en el fondo de un cajón?
"A veces te pones a escribir algo sin darte cuenta de lo caro que es", comenta Agustín Díaz Yanes, director de Alatriste (entre otras), al móvil desde un taxi. Su frase tiene muchas lecturas si se lee dos veces, pero él se está refiriendo a la económica en el caso de su guión Madrid Sur, una historia de ciencia-ficción para la que nuestra industria no tenía presupuesto. Es también uno de los casos españoles más conocidos de guiones que no han llegado a materializarse, aunque el director pretende llevarlo a cabo tras su actual proyecto. "Lo escribí hace 14 años y, sin querer sonar pretencioso, gustó muchísimo a las productoras. El problema fue que era carísimo. Pese a todo, la historia trascendió porque yo dije estúpidamente en la prensa de entonces que ése era mi nuevo proyecto". El sistema español es muy diferente al americano, donde los guionistas con un mínimo nivel de renombre saben que, al menos, su trabajo será pagado se produzca o no. "La situación en España es catastrófica", continúa Yanes, que además de guionista es vicepresidente de Autores Literarios de Medios Audiovisuales (ALMA), la asociación que los representa. "Aprendí la lección con Madrid Sur, y ya no hago esas cosas. Todos los guiones que he escrito desde entonces tenían una vía segura y han sido producidos. Ya no escribo a ciegas."
"Aquí no pasa tanto como en Estados Unidos, donde se sabe que tal o cual guión se ha abandonado. Pero sí, siempre tienes alguno esperando en los cajones", cuenta Albert Espinosa, guionista premiado por Planta cuarta, que está a punto de estrenarse como director con No me pidas que te bese porque te besaré. Pese a esa carrera, también tiene alguna historia que descansa en la estantería: "Yo viví esa situación con un guión que amo, Idaho y Utah. Siempre que lo he presentado me dicen que les encanta la idea, pero que quite esto y aquello. Pero prefiero esperar a que algún día se haga a mi manera, no tengo ninguna prisa. Al final acabas amando a tus guiones incomprendidos como si fueran tus hijos especiales. Jamás los cambiarías". En el peor de los casos, siempre queda la opción de disparar contra esa prole y exponerla. Ésa fue la gran lección del protagonista de esta historia: justo tras la inauguración de su exposición de guiones mutilados, Tom Benedek recibió su primera llamada en años para escribir un proyecto.
EL PRESIDENTE DE EE UU COPULA CON UNA VACA
En Sacred cows, uno de los guiones sin producir más famosos de la historia, el líder del mundo libre compagina sus dos grandes pasiones: la política y la zoofilia. Spielberg y Kubrick eran fans.
El presidente demócrata Dan Parr es sorprendido por un fotógrafo cuando una noche, borracho y en época de reelección, hace el amor a una vaca. Como respuesta al chantaje de los republicanos decide admitir su falta ante la prensa. Consigue así que toda una generación de granjeros y americanos desengañados le voten en masa, agradecidos ante el primer presidente que dice la verdad. Joe Eszterhas (Instinto básico) vio cómo este guión se ganaba los más encendidos elogios de Spielberg, Kubrick, Blake Edwards y Milos Forman. Todos optaron en algún momento a dirigirla o producirla. Pero ninguno se atrevió. "¿Esperas que hagamos una película sobre follarse a una vaca?", dijo entonces el presidente de United Artists, que poseía los derechos. "Lloré de risa leyendo ese guión, y yo nunca lloro leyendo un guión. Pero aun así, pensé: '¡Voy a demandar a ese hijo de puta!". Años después, en la época del impeachment (en la que ya se podía procesar a un alto cargo público), el productor Rod Friedman contó cómo durante una partida de golf con su amigo Bill Clinton, éste se lamentó: "Cualquier día me van a acusar de tirarme a una vaca". Friedman respondió: "Ya hay un guión escrito al respecto".
EL CINE 'VS' LA HAMBURGUESA
El villano de Jimbo's stand se parece demasiado al creador de la cadena de comida rápida McDonald's.
Al volver de la guerra de Corea, Jimbo cumple su sueño de poseer su propia hamburguesería de éxito. Pero un hombre de negocios le roba no sólo la esposa, sino también la idea, y la convierte en una millonaria franquicia. El guión de Bob Gale (Regreso al futuro) se parece demasiado a la historia de McDonalds, cuyo presidente Ray Kroc fue acusado de arrancar la franquicia de malas maneras a sus fundadores, los hermanos McDonald. Se dice que es una comedia que sólo necesita una estrella de prota, pero ¿puede Hollywood meterse con uno de sus mayores patrocinadores?
CAPITANES NO INTRÉPIDOS
La decisión sobre el corte final de El Capitán Trueno impidió que el guión de Bajo Ulloa llegara al cine.
Juanma Bajo Ulloa se tomó la adaptación de El Capitán Trueno como un proyecto personal desde finales de los noventa, y Filmax le apoyó en 2000 con luz verde y seis millones de euros de presupuesto. Pero la última condición de su presidente, Julio Fernández, era tener decisión sobre el corte final. Bajo Ulloa no accedió y dio al traste con el proyecto, cuyo guión había descrito como una aventura que no estaba pensada para el público infantil, donde no habría "chichones, sino sangre" y profundizaría en unos personajes que, encerrados en aventuras de 15 páginas, no se paraban a profundizar demasiado.
LA 'PELI' MÁS GRANDIOSA
...de los noventa no pudo ser. Crusades agonizó hasta que su protagonista se hizo gobernador.
El proyecto más personal de Paul Verhoeven y Arnold Schwarzeneger era una historia fiel y sangrienta sobre las Cruzadas. Su protagonista, enviado por la Iglesia a matar, descubre el verdadero sentido de esa guerra y se pone de parte de los musulmanes. Obra del mítico Wa-lon Green (El grupo salvaje), Crusades fue calificado por la influyente AintitCool.com como el mejor guión sin producir de los noventa. Verhoeven dijo que sólo lo haría con Arnie, y viceversa, así que es imposible que llegue a realizarse. Una pena para nuestro turismo, porque el 80% se planeaba rodar en Huesca.
UN SUPERMAN ¿DE NEGRO?
Superman lives, del director de Clerks, Kevin Smith, intrigó a prensa y fans, pero nunca voló.
No hubo mes entre 1996 y 2000 en el que la prensa no diese nuevos datos sobre el proyecto de Smith para resucitar la saga. Su estatus de director de culto y entusiasta del cómic le dio libertad como para crear un Superman que vestía de negro y no volaba, sino que se propulsaba. Nicolas Cage iba a ser el protagonista, y Tim Burton el director, pero cuando éste empezó a hacer cambios, Smith se cabreó y el proyecto se quedó en tierra. En 2007, Superman returns (Bryan Singer) fue recibida con frialdad. ¿Sería mejor el guión de Smith? La respuesta, en Google: su versión está colgada por toda la Red.
ALMODÓVAR VA AL OESTE
El hombre que se enamoró de la Luna es un western que sólo el manchego universal puede adaptar.
Entre los guiones de Almodóvar, que pacen durante años y ganan fama antes de que exista un metro de película grabada, el rumor persistente de la adaptación de la célebre novela de Tom Spanbauer es uno de los que ha despertado más curiosidad. El material no tiene desperdicio: un indio bisexual y huérfano, violado en su infancia, que es criado por una prostituta y que se acuesta con un hombre que tal vez sea su padre. Entre los motivos por los que continúa sin producir puede influir que Almodóvar ha comentado la necesidad de que un experto en el género repase el guión y coloque las bolas de paja donde tienen que estar.
UN HÉROE 100% ESPAÑOL
Un guión sobre Superlópez: el rumor favorito de nuestra industria.
A finales de los noventa, una productora de Madrid, Xaloc, tenía los derechos y 1,8 millones de euros para realizar una película cuyo guión, por motivos obvios, se centraba más en la existencia de López que en la de Superlópez. Nunca llegó a hacerse. En 2006, un rumor volvió a la prensa, esta vez uniendo al proyecto los nombres de Daniel Monzón (La caja Kovak, El corazón del guerrero) y barajando nombres como Imanol Arias y Santi Rodríguez (el frutero de Siete vidas). Pero, tras el último y burdo Mortadelo y Filemón, alguien debería pensárselo muy mucho antes de llevar a nuestro superhéroe a la gran pantalla.
BILL GATES EN UN COHETE
En 20 billion, alguien muy parecido al ex hombre más rico del mundo cuenta con el ultimísimo privilegio.
En un mundo apocalíptico que llega a su fin, un informático excéntrico y multimillonario recibe la oferta de abandonar el planeta a cambio de 20 billones de dólares. Michael Tolkin, experto en analizar la industria con muy mala leche, como demostró en El juego de Hollywood, declaró que para llevar esta película a cabo se necesitaría a Peter Sellers. Como está muerto, el guión espera al actor apto para encarnar a semejante personaje. Irónicamente, otra historia de Tolkin sobre el fin del mundo sí se llevó a la pantalla, pero la mala leche no estaba por ningún sitio: fue Deep impact.
UN 'CÓDIGO DA VINCI' EN DURO
El caso es que The sky is falling toca asuntos de altura y nadie se atreve a producirla.
Dos curas descubren una prueba fehaciente de que Dios está muerto. Pero no son dos curas normales: son alcohólicos, drogadictos, adictos al sexo y asesinos. Los líderes religiosos contratan a un matón recién convertido al catolicismo para que los encuentre, los mate y destroce cualquier prueba de que Dios ya no está entre nosotros. El delirante guión de Eric Singer tiene pocas papeletas de llegar a producirse en la misma industria que se volvió ovillo de lana ante las amenazas de la Iglesia cuando estrenó El código Da Vinci. Y en comparación, aquélla era un cuento infantil.
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