Julian Schnabel / Jorge Galindo
La galería madrileña Soledad Lorenzo cumple 25 años de trabajo ininterrumpido y, a la vez, anuncia su próximo cese de actividades. Con estos motivos, la programación de esta temporada pretende ser un florilegio de las mejores propuestas que ha presentado a lo largo de su historia, iniciando este último periplo con los últimos trabajos de dos pintores muy característicos de su andadura: Julian Schnabel (Nueva York, 1951) y Jorge Galindo (Madrid, 1965). Schnabel fue el artista revelación de principios de los años ochenta en Estados Unidos, muy bien promocionado, participó en la Bienal de Venecia de 1982 y en exposiciones emblemáticas, como Zeitgeist, en Berlín, mostrando cuadros sorprendentes por sus planteamientos arriesgados y sus difíciles soluciones técnicas. Alcanzó justa fama realizando una pintura neoexpresionista sobre superficies irregulares, como telones de terciopelo o grandes lonas, pero muy especialmente su obra se reconocía en lo que se ha dado en llamar plates painting, es decir, pinturas sobre grandes superficies construidas con platos de loza rotos y encolados, sobre los que pintaba, con trazos enérgicos, escenas figurativas o retratos. Después, ha dirigido películas cinematográficas, sobre la vida de Jean-Michel Basquiat y de Reinaldo Arenas, obteniendo los premios al mejor director en los festivales de Cannes y Venecia por Le Scaphandre et le Papillon. En uno de sus viajes a España Schnabel conoció al entonces muy joven Jorge Galindo, que participaba como alumno en un taller impartido por él, y le apoyó en sus comienzos. Por su parte, Galindo realizaba entonces una pintura de grandes gestos amplios sobre superficies irregulares que poseían mucha energía. Con el tiempo, se acercó al collage, realizando composiciones muy sorprendentes y arriesgadas de potente carácter erótico. Ahora coinciden nuevamente los dos cada uno desde el camino que ha tomado. Galindo ha seguido la línea collagista, generando imágenes de explícita tendencia pornográfica, a la que pertenecen las obras que ahora presenta: tres grandes cuadros realizados con la técnica empleada para pintar carteleras de cine, y una colección de cien carpetas de discos a cuyas portadas, originalmente ilustradas con paisajes, ha añadido imágenes antiguas de mujeres desnudas. Schnabel también se sirve ahora de la fotografía, utilizando una polaroid de gran formato o sirviéndose de estampas de un antiguo "atlas pintoresco orientalista" que ha ampliado, hasta llegar casi a los tres metros de altura, para terminar maculándolas con grandes trazos de color. En comparación con los deslumbrantes comienzos de ambos artistas, con el riesgo que afrontaron y con la valentía con que lo hicieron, la actual exposición parece torpe, como si, con el paso del tiempo, hubieran perdido la energía y la originalidad, refugiándose ahora en algunos recursos ya conocidos.
Julian Schnabel / Jorge Galindo
Galería Soledad Lorenzo
Orfila, 5. Madrid. Hasta el 11 de octubre
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