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Tentaciones
Reportaje:EN PORTADA

JACKMAN ENSEÑA LAS UÑAS

Orígenes. "Lobezno nació hace unos 150 años", calcula el director Gavin Hood. Desde su silla en una mina abandonada de la isla de Cockatoo, situada frente a Sidney, controla el rodaje de una de las películas más esperadas de la temporada. Su misión: contar el verdadero origen del personaje más reverenciado del mundo del cómic. Más que el mismísimo Superman, si atendemos a la revista especializada Wizard. En realidad, Lobezno vio la luz en octubre de 1974 y pronto se convirtió en el mutante más popular de los cómics de La Patrulla X. Algo que queda patente con su elección como protagonista para esta película, la cuarta de la serie X-Men, que en realidad transcurre 20 años antes de la primera parte, dirigida por Bryan Singer.

"Es el mejor de los héroes. Interesante en sus conflictos internos y peligroso cuando saca las uñas" (Ralph Winter, productor)

"Es el mejor de los héroes, interesante en sus conflictos internos y peligroso cuando enseña las uñas", presume el productor Ralph Winter sin recordar que, sobre el papel, este mutante canadiense de complicados poderes, turbios orígenes y motivaciones propias suena a todo menos a heroico. Pero, como resume el también productor John Palermo, el gancho de Lobezno quedó patente tras el éxito del tercer X-Men. "Los seguidores querían saber más sobre él y el adamantio de sus garras", subraya. Ésta es la historia de cómo a Logan (su álter ego) le fue implantada sobre su esqueleto una cobertura de adamantio (un dato para fans: éste es el tercer metal más resistente del universo Marvel; el primero es el de la piel de Silver Surfer; el segundo, el del martillo Mjolnir de Thor).

Hugh Jackman, que también ejerce de productor, dice que fue con X-Men 2 cuando los estudios Fox le tantearon para poner en marcha Orígenes. "Desde un principio quisieron mi colaboración. Saben que los actores tenemos buenas (y malas) ideas cuando se trata de nuestro personaje".

Constitución. "Con Lobezno sabíamos que habría acción, pero sin corazón no tienes nada", explica Jackman para justificar la elección de Gavin Hood, director del aclamado drama racial Tsotsi, y del guionista David Benioff (Troya, Cometas en el cielo, además de fan de Lobezno). Corazón, uñas y carne para un filme protagonizado por el hombre más sexy del año, según People y todo aquel que tenga dos ojos en la cara. "La preocupación de los fans es que un spin off [secuela a partir de un personaje] suena a barato, a no tan bueno. Es normal, pero mi idea es revitalizar y reinventar la saga. Esto es mucho más que un X-Men 4", proclama el actor, que viste una de las 50 camisetas modelo Richelieu de la marca Zimmerli que ha usado en el rodaje y le han servido para poner de moda el look currela.

Jackman se pasó siete meses a base de pollo sin piel, verduras, pescado crudo, proteínas y carbohidratos para sacar 188 centímetros de pura musculatura. "No por vanidad. Quería lo mejor", le defiende el director. Lo de las garras retráctiles, marca de identidad de su personaje, fue harina de otro costal. A las de adamantio estaba acostumbrado por otros rodajes, pero por primera vez Lobezno muestra unas de hueso, anteriores a los experimentos del malvado Reverendo Stryker (en Orígenes, interpretado por Danny Houston). "Son más incómodas", explica Jackman, "más brutales y rugosas".

Pero, al final, ni carne, ni huesos, ni garras: "La cuestión fue el peinado", bromea Winter. "Invertimos más tiempo en eso que en cualquier otra cosa. Probamos incluso con melena larga y lacia", añade Jackman, pelo en pecho y satisfecho de que la ferocidad animal exterior conviva con las tribulaciones humanas internas del protagonista; como un Harry el Sucio o un Mad Max capaz de desatar la violencia de Robert De Niro en El cabo del miedo.

Enemigos. "La película arranca con Lobezno, vestido de leñador, en un paraje remoto y con ese sentimiento de haber dejado atrás sus pesadillas. No puede estar más equivocado", desvela el realizador. Esta vez el antagonista es Dientes de Sable, otro mutante archienemigo de Lobezno y hermano de sangre de Logan. Liev Schreiber, el actor que lo encarna, ha sido la elección del casting más criticada en Internet, donde fue tachado de "chico de ciudad, blandengue y cero en forma". En el plató, la cosa entre ambos acabó en un pique muscular. "Como dos abueletes fanfarrones", se carcajea Jackman, que compara su relación con la de los tenistas McEnroe y Björn Borg, "en la que cada uno elevó el juego del otro".

Otros mutantes fueron mejor recibidos por la afición, como Deadpool (Ryan Reynolds), también adversario de Lobezno, que para el director protagoniza una de las mejores luchas del filme. "Parece que en secuencias de acción todo está hecho, pero buscamos algo diferente y lo encontramos", asegura. Otra alegría para los fans: la aparición de Gambito (Taylor Kitsch). "Quisimos incluirlo en la primera, en la segunda y en la tercera parte, pero nunca había tiempo en pantalla para desarrollar el personaje. Ésta es su oportunidad", describe Palermo. Aunque nadie da explicaciones, uno de los camerinos revela la presencia de Scott Summers, el alias real de Cíclope, en un papel que explicará los orígenes del recto y serio líder de los X-Men originales. Este reparto tan plural aviva los peores temores de los seguidores de Lobezno: que la película se le escape de las garras. Algo que Palermo desmiente. "Hugh lo da todo", rubrica.

Dirección social. Con Orígenes, Jackman barrió para casa y se llevó el rodaje a su tierra natal, Australia, para rentabilizar aún más su inversión y aprovechar nuevos parajes espectaculares tras haber desgastado la geografía canadiense en las tres cintas anteriores. El protagonista instauró los "viernes de la suerte", día en que repartía entre el equipo cupones de rasca y gana gratis. También se ponía a cantar y a bailar para levantar la moral. "En la fiesta de Navidad se la jugamos, y tras las primeras imágenes del filme proyectamos su trabajo en Oklahoma!, el musical que estaba haciendo cuando le contratamos para hacer de Lobezno. El equipo no daba crédito", recuerda Winter divertido.

A Kitsch le dio por practicar sus trucos de cartas entre toma y toma, y Will.i.am, el miembro del grupo Black Eyed Peas que hace de John Wraith (un mutante con la capacidad de teletransportarse), los dejó anonadados comiendo a diario con el resto de los extras. "Les tuve que convencer de que no queríamos divas", bromea Jackman haciéndose el importante. Su gesto se torna serio cuando habla de la peligrosidad en el set, después de que en el primer X-Men le clavara una de sus garras a un doble de acción. "Desde entonces utilizo cada vez más efectos especiales para esas cosas", admite. Pero los parajes siguen siendo reales, como esta mina explotada por convictos donde ambientaron la base secreta de Stryker. "Es una pesadilla logística rodar aquí, pero te lo da todo, hasta un fantasma", dice, refiriéndose a una de las leyendas locales.

Futuro. La elección de Australia pretendía servir también como preventivo contra filtraciones. Pero Internet es el ojo de Saurón que todo lo ve. Palermo creía tener dominado el medio leyendo blogs y lanzando pistas, falsas o no, bajo seudónimo. Para su desgracia, a un mes del estreno ya estaba pirateada y colgada en la Red en lo que supone la mayor filtración de todos los tiempos. Un golpe bajo que no frena sus planes de dominación mundial. ¿Habrá secuela? "¡Quién sabe! Lo que sí te digo es que esto no es una franquicia", anuncia Jackman. En Internet ya se habla de una segunda parte con Hood como director, Simon Beaufoy, el oscarizado guionista de Slumdog millonaire, y hasta la presencia de una Lobezna llamada Jessica Biel. "Lo que confirmo es que Logan y el Profesor Xavier [el fundador de X-Men] no volverán a encontrarse en la pantalla", resume Palermo, que descarta un X-Men 4, aunque ve con buenos ojos una cinta sobre las historias de samuráis de Lobezno o aventuras de otros personajes como el malvado Magneto. "Pero los seguidores tendrán la última palabra sobre el futuro de esta saga", resume Hood.

X-Men orígenes: Lobezno se estrena el 30 de abril.

Así se hace una bestia: Lobezno dándose un baño de 'adamantio'.
Así se hace una bestia: Lobezno dándose un baño de 'adamantio'.

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