La soledad de la 'edad del pavo'
Los expertos creen que los adolescentes son cada vez más individualistas - Señalan que el crimen de Azpeitia denota una enorme falta de valores
La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre Azpeitia. Una mujer de Zarautz, de 39 años, casada y con dos hijas, aparecía muerta en un embalse de la localidad guipuzcoana atada de pies y manos y con signos de violencia. Los vecinos se sorprendieron por el brutal hecho, pero más atónitos les dejó el conocimiento del terreno que mostró el asesino, que abandonó el coche cerca del santuario de Loiola.
Al siguiente día, el estupor fue en aumento cuando se tuvo constancia de su frialdad. El asesino de Amaia Azkue sacó 300 euros de un cajero de Azpeitia y, dos días después, intentó hacer lo mismo en Zarautz, esta vez sin éxito. A los vecinos les atormentaba la idea de que el asesino estaba en casa y que pasaban los meses y la Ertzaintza no daba con él.
"La mujer ha salido de casa, pero el hombre no ha entrado en ella"
"Los ideales de antaño, salvo el consumismo, han entrado en crisis"
El pasado miércoles, Ander E., un joven de 17 años acompañado por su padre y un abogado afirmó ser el asesino arrepentido de Amaia Azkue. Horas después, su ADN así lo confirmó. En su relato, el joven, que cumplió 18 años el jueves y ya estaba siendo investigado por la policía, aseguró que Amaia Azkue le recogió haciendo autostop y que, tras una bronca, acabó matándola con un golpe en la cabeza. La Ertzaintza apuntó que la declaración tenía numerosas contradicciones.
Consternada, Azpeitia no daba crédito. Ander parecía un chico normal, como tantos otros. De familia acomodada -su padre trabajaba en una conocida empresa de la zona-, vivía en una lujosa urbanización con piscina y pista de tenis. Aficionado al motor, hace un mes, tiempo después del asesinato de Amaia Azkue, tuvo problemas por un posible robo de una moto en una localidad cercana. ¿Qué llevó a Ander E. a cometer tan atroz crimen?
Araceli Medrano, del Colegio de Psicología de Bizkaia, apunta que, aunque cada caso debe ser analizado mediante terapia, Ander E. "podría padecer una psicopatía". Capaz de planear cómo huir, Ander mantuvo una vida "sin aparente arrepentimiento", explican en Azpeitia.
Medrano agrega que el caso presenta una total ausencia de valores. La psicóloga apunta a la educación, que ha pasado "del autoritarismo al laissez faire", algo que ha repercutido de manera negativa en los adolescentes. "La autoridad no está reñida con la transmisión de valores. Hay cuestiones que no se pueden tolerar y ante las que hay que tener una actitud beligerante", sostiene Medrano, que cree que los padres deberían recurrir a los psicólogos en cuanto detecten algo diferente en la conducta de sus hijos.
En junio, Ismael Q. mató en Portugalete a su hermano y a su madre y posteriormente se entregó a la Policía Local, solo un día antes de cumplir 18 años. Ismael había sido un buen estudiante, pero la obligación de responsabilizarse de su hermano hizo que sus calificaciones empeorasen en los últimos meses. El día del crimen, Ismael acababa de recibir sus notas, con cuatro suspensos.
"Las próximas generaciones tienen un futuro incierto. Los ideales de antaño, salvo el consumismo, han entrado en crisis". Elisa Usategui, socióloga de la UPV, mantiene que la actual época acoge un radical cambio de valores, con la consecuencia del relativismo y el individualismo. Remarca que los jóvenes tienen acceso a casi todo lo que desean, con lo que la monotonía crea el deseo de nuevas emociones.
Usategui considera, además, que la sobreprotección paterna favorece conductas violentas: "Antes, cuando un profesor castigaba a un niño, éste iba a su casa y recibía un nuevo castigo. Ahora los padres cuestionan al tutor esa medida". Esta sobreprotección se mezcla con la soledad que se ha instalado entre los adolescentes. La socióloga explica que, tal y como la mujer ha salido de casa, "el hombre no ha entrado en ella".
Para Ángela Magaz, psicóloga y directora del grupo Albor-Cosh, cada vez más adolescentes presencian comportamientos violentos, mientras que no siempre disponen del apoyo que les indique que son negativos. Pone como ejemplo los videojuegos: "No son malos en sí, son una oportunidad de aprendizaje. Pero es necesario tener un guía adulto en su uso para que no sean un problema".
Asimismo, Magaz, como las anteriores expertas, incide en la necesidad de que la educación sea más estricta. "Una educación sin autoridad, que no autoritarismo, no tiene sentido", concluye.
La Ley del Menor juzgará a Ander
El pasado miércoles, a media tarde, Ander E. confesó ser el asesino de Amaia Azkue en la Fiscalía de Gipuzkoa solo un día antes de cumplir 18 años. Pese a todo, este hecho no debería ser de gran relevancia, puesto que la justicia tiene en cuenta la edad que se tenía en el momento de cometer el crimen. Al cometer el delito con 17 años, la fecha de su confesión no adquiere tanta importancia y se le aplicará la Ley del Menor. En este sentido, Ander fue internado nada más confesar en el centro de menores de Zumarraga (Gipuzkoa), en el que permanece en régimen cerrado.
Por tanto, que se entregase un día antes de ser mayor de edad es menos relevante que en el caso de Ismael Q., un joven de 17 años que, el día antes de cumplir 18 años y tras recibir cuatro suspensos en sus notas, asesinó en su domicilio de Sestao a su madre y a su hermano, con una discapacidad física y mental, y posteriormente se entregó a la Policía Local.
Aunque aún quedan muchos aspectos del brutal asesinato de Amaia Azkue por aclarar -la Ertzaintza indicó que el relato del joven fue realmente confuso e incurrió en varias contradicciones- la pena que se le aplicará a Ander podría verse modificada en función de distintos factores, como la posible existencia de atenuantes o agravantes y de si, finalmente, el caso es calificado de homicidio o de asesinato.
Además, los jueces pueden valorar en el hecho de que se entregase junto a su padre y un abogado que el asesino muestra cierto arrepentimiento, como así aseguró.
Una vez confirmado que Ander, delgado, rubio y de gran estatura, fue la persona que mató a Amaia Azkue, como reveló la comparación del ADN del joven con las muestras recogidas en el lugar del crimen, así como una huella dactilar, el juicio podría celebrarse en breve, tal vez en noviembre, si el proceso sigue el curso habitual y no se producen mayores complicaciones en el caso.
Ander se expone a condenas de privación de libertad que podrían llegar a ocho años de cárcel, seguidos de un periodo de libertad vigilada. El hecho de que el joven sea mayor de edad desde el jueves podría propiciar que, una vez dictada sentencia, cumpliera la condena en un establecimiento penitenciario de adultos y no en un centro de menores como el de Zumarraga, en el que sigue internado.
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