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La oposición de los territorios tira a la basura el plan eólico

Desde 2002 sólo se han desarrollado 3 de los 11 parques

El Gobierno asume ya un cambio profundo en el plan de energía eólica. El rechazo de las tres diputaciones a los seis parques que están adjudicados imposibilita el desarrollo de un proyecto aprobado en 2002 pero que sólo ha puesto en marcha tres grandes instalaciones, con una producción energética cinco veces menor a lo marcado para 2010. El replanteamiento vino confirmado ayer por el PSE, el partido que gobierna en Euskadi, que anunció la presentación en el Parlamento de una propuesta para paralizar la construcción de más instalaciones, incluidos los 13 miniparques previstos (los que tienen una potencia inferior a 10 MW).

Los socialistas quieren lograr un consenso entre todas las instituciones y evitar que haya aerogeneradores junto a zonas protegidas. Su portavoz Óscar Rodríguez abogó por un pacto parlamentario a favor de las energías renovables al que se incorporen las diputaciones y los ayuntamientos.

El PSE propone paralizar el plan y el PNV, reacio hasta ahora, se suma
Industria dice que aplicará el acuerdo que se adopte en el Parlamento

El Departamento de Industria aseguró ayer, tras conocerse la propuesta del PSE, que asumirá el acuerdo final del Parlamento y se marcó como "objetivo prioritario" alcanzar un consenso institucional en el que participen "las diputaciones, Eudel y las tres capitales", indicó un portavoz de la consejería. Industria matizó que el actual plan sigue en vigor y que, "de momento, no se paraliza nada".

Horas después de difundirse la propuesta socialista, el PNV anunció que también pedirá la paralización de los trámites de los proyectos eólicos hasta que no debata la evaluación conjunta de impacto ambiental de todos ellos. Esta postura supone un giro radical en sus planteamientos, ya que hace un año la consejería de Industria sostenía que los emplazamientos del plan "están bien pensados" y lo argumentaba en que hubo un proceso previo de cinco años para analizar las afecciones medioambientales.

El entonces director de Energía, Txaber Lezamiz, afirmó que la contestación se circunscribía al parque de Ordunte y que en Navarra, donde la energía eólica supone más de la mitad de su consumo eléctrico, ocurría algo similar. "Al principio no la quería ningún alcalde y ahora hacen cola. Aquí, a largo plazo, salvo por cuestiones políticas y medioambientales, será aceptada", aseveraba.

El Ejecutivo ha adjudicados seis parques eólicos: Ganegokorta en Vizcaya (después de rechazar el previsto inicialmente en Kolometa); Mandoegi y Gazume en Guipúzcoa, y los alaveses de Arkamo, Montes de Iturreta y Cruz de Alda-Arlaba. Los de Ganegokorta y Mandoegi corresponden a la primera fase del plan, que permitió la apertura de las instalaciones de Elgea y Badaia, en Álava, y Oiz en Vizcaya. En esa fase se desestimó el de Ordunte, tras la declaración de impacto negativa de la consejería de Medio Ambiente, que fue la primera decisión contraria por motivos medioambientales a un proyecto industrial que estaba a punto de iniciarse.

Este rechazo marcó un antes y un después en la energía eólica en Euskadi, porque desde entonces se desató una creciente oposición a los parques desde las propias instituciones territoriales. La presión obligó al Departamento de Industria a paralizar el pasado año el plan eólico y revisarlo en profundidad, tras un acuerdo del Parlamento adoptado el 14 de marzo de 2008.

Pero ese proceso de revisión apenas supuso cambios, porque un procedimiento reglado requiere mucho más tiempo. De hecho el plan eólico aprobado en 2002 empezó a debatirse cinco años antes. De aquel proceso de revisión existe un grupo de trabajo formado por representantes del Gobierno y las diputaciones y está pendiente la elaboración de un informe, tras las alegaciones recibidas, según informaron fuentes del Ejecutivo.

Sin embargo, el anterior equipo de Industria, en manos del PNV, impulsó dos miniparques eólicos en Vizcaya (en Bakio y Orozko) en el periodo del cambio de gobierno, lo que incluso motivó el rechazo frontal de ayuntamientos peneuvistas.

En el último mes, las Juntas Generales de Guipúzcoa y Vizcaya han rechazado los proyectos de nuevos parques y han exigido la revisión del plan. Álava, cuya diputación fue la primera que mostró reticencias a estas infraestructuras y retrasó la puesta en marcha del de Badaia, va a presentar un estudio a Industria para que prohíba instalarlos en zonas protegidas. La revisión de todo el plan impedirá cumplir el objetivo de que en 2010 la energía eólica suponga el 1,7% del total de la generada en Euskadi. El objetivo era alcanzar el próximo año una potencia total de 624 megawatios con estos aerogeneradores, pero ahora sólo se suman 153 MW. Los tres previstos en Álava en la segunda fase (Arkamo, Montes de Iturreta y Cruz de Alda-Arlaba) totalizan 150 megawatios.

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