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Reportaje:

Las hijas de la igualdad formal

Las jóvenes feministas se movilizan contra las discriminaciones que siguen sufriendo - Internet es su principal aliado para renovarse

Han nacido en democracia, escuchado desde niñas que hombres y mujeres son iguales y asistido a la aprobación de leyes de paridad. Son las hijas de la igualdad formal, pero comprueban que, pese a los avances y estar mejor formadas que nunca, siguen cobrando un tercio menos que los hombres y expuestas a la violencia contra las mujeres: más del 40% de las denunciantes de malos tratos tiene menos de 32 años.

Tres mujeres representativas de la generación en torno a los 30 años que está renovando el feminismo explican a EL PAÍS qué les lleva a seguir movilizándose. Han elegido caminos distintos: Izaskun Madariaga trabaja en una organización clásica, la Asamblea de Mujeres de Vizcaya; Josebe Iturrioz es fundadora de un colectivo joven y transgresor, Medeak, y la artista Saioa Olmo sobre la desigualdad en sus proyectos culturales.

"Los estereotipos se acentúan: chicas cada vez más chicas y chicos, más chicos"
"Las chicas no se cuestionan su tendencia a las relaciones de dependencia"

El hogar es el primer ámbito en que Madariaga vió que las mujeres no gozan aún de la misma libertad que los hombres, lo que le animó a incorporarse a la Asamblea de Mujeres con 22 años.

"Es obvio que mujeres y hombres ocupan espacios diferentes de la vida. Se trata de analizar si estas diferencias son inocuas", dice Olmo.

"Los estereotipos están cada vez más acentuados: las chicas son cada vez más chicas y los chicos más chicos", incide Iturrioz. Pese a ello, la mayoría de chicas de su edad declaran no sentirse discriminadas y reniegan del feminismo. "Lo equiparan al machismo, como si fuera una doctrina en contra de los hombres, cuando a ellos la igualdad también les beneficia", apunta la artista. Iturrioz lo achaca al desprestigio social que sufre el feminismo.

Quizá las discriminaciones en el ámbito más íntimo, el de la sexualidad y los afectos, sean las que más movilizan. Ejemplos de iniciativas populares son los talleres para fabricar juguetes sexuales; las Ladyfestas que se celebran periódicamente en Bilbao para vivir la noche sin presencia masculina o los talleres de autodefensa de la Asamblea de Mujeres. "Las chicas siguen sin cuestionarse su sexualidad ni la tendencia a mantener relaciones de pareja basadas en la dependencia. Las consecuencias para su autonomía y autoestima son devastadoras", opina Madariaga.

La sexualidad es el eje de Medeak, el colectivo detrás de apuestas atrevidas como performances en las que reiventan la pornografía con una mirada feminista.

Pero si existe un nuevo feminismo, su principal novedad es la forma de organizarse, que ha dado un giro total con Internet. Frente a las rígidas asambleas semanales, los debates de Medeak transcurren en su blog (www.medeak.blogspot.com), que les permite mantener el contacto con otros colectivos.

Olmo y la comisaria de arte Haizea Barcenilla han puesto en marcha Wiki-historias.org, espacio en que artistas y mediadoras culturales debaten cómo reescribir la historia del arte. Incluso organizaciones más clásicas como la Asamblea de Mujeres multiplican on-line sus actividades.

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