La ciudad va frenando al coche
Los planes acometidos en Bilbao y San Sebastián logran estabilizar el uso del vehículo privado - En Vitoria, en cambio, casi se ha duplicado su presencia
Con muchas dificultades, pero las capitales vascas van estabilizando la invasión del vehículo privado en sus calles. Sólo Vitoria, debido a su gran expansión urbanística, ha visto aumentado en la última década el número de coches, con más de 206.000 desplazamientos diarios, según los últimos datos, frente a los poco más de 110.000 de Bilbao y los cerca de 100.000 en San Sebastián. En cualquier caso las estadísticas siguen siendo preocupantes: más de 400.000 tránsitos diarios de vehículos por Bilbao, Vitoria y San Sebastián y en la capital alavesa el coche se utiliza cuatro veces más que el transporte público.
¿Se ha avanzado en estos diez años frente a la dictadura del coche? La impresión generalizada es que sí. Los llamados planes de movilidad (un vocablo que pocos entendían en la década pasada) están dando resultados: potenciar el transporte público y peatonalizar más calles arrinconan a los conductores, que se lo tienen que pensar dos veces antes de acceder a la ciudad en su vehículo particular.
La impresión generalizada es que se avanza frente a la invasión del coche
En Vitoria el transporte público no llega al 10% de los desplazamientos
"Tenemos ya 70 pueblos vascos con plan de movilidad", afirma un experto
"Donde más se ha notado es en Bilbao, el ejemplo de un proyecto que aborda el transporte. Primero fue el metro y luego llegaron el tranvía y las mejoras en el Bizkaibus y el Bilbobus, con los paneles que te indican los minutos que quedan para que llegue tu autobús", señala Mikel Murga, reconocido experto en tráfico y transporte, que asesora a instituciones de España, Europa y EE UU.
En la capital vizcaína, el tráfico dentro de la ciudad se ha estabilizado en torno a los 110.000 coches diarios -incluso de 2002 a 2007 se bajó un 6,5% al quedarse en 101.000, pero en 2008 tuvo un aumento del 9%- y, en sus accesos, transitan a diario más de 351.000 vehículos, sólo un 0,5% más que en 2002, según los datos oficiales. "En estos diez años se ha reforzado el transporte público con la extensión del tranvía y el metro, la mejora de las estaciones de Renfe y Feve o la potenciación del Bilbobus", explica Asier Abaunza, concejal de Circulación. "Se ha ido devolviendo la ciudad al peatón. Bilbao es una ciudad que en los 70 se diseñó para darlo todo al coche y dejó sin espacio al vecino". Ahora, el 61% de los desplazamientos motorizados en el interior de Bilbao, según los datos municipales, se realizan en transporte público.
Las peatonalizaciones en calles como la Gran Vía, la principal de la ciudad, han restringido el acceso del vehículo y los ensanchamientos de aceras han reducido los aparcamientos. Los planes municipales han contemplado crear nuevos aparcamientos, pero más dirigidos a los vecinos -con menos espacio ahora para aparcar- que a los visitantes.
La bondad de las medidas es reconocida por la oposición, que, sin embargo, reclama un pacto local por la movilidad "que defina el número de vehículos que se quieran quitar de la ciudad y fije medidas para que no entren", afirma Txema Oleaga, portavoz del PSE en Bilbao. A su juicio, una de las claves es crear aparcamientos conectados con el transporte público y echa en falta también que el ayuntamiento tenga una concejalía dedicada en exclusiva a la movilidad.
San Sebastián ha visto también estabilizarse su movimiento del vehículo privado, que se sitúa en torno al 32% del total, según los datos del ayuntamiento. "Ha habido un incremento de la motorización, como en todos los sitios, pero nosotros hemos conseguido incrementar en dos o tres puntos porcentuales la peatonalización", señala Ernesto Gasco, concejal de Movilidad y Transportes. En la capital guipuzcoana, una de las principales medidas de choque contra el vehículo ha sido potenciar el uso de la bicicleta, "que supone el 3% del uso modal, un porcentaje muy alto", destaca Gasco. Lo que también ha aumentado considerablemente es el parque de motos, que ronda ya los 22.000 ciclomotores y es otra alternativa más al coche.
El ingeniero Mikel Murga resalta que en San Sebastián exista una concejalía de Movilidad y en la Diputación de Guipúzcoa otra área de Movilidad y Usos del suelo, "que es muy interesante porque se han dado cuenta de que hay que coordinar la movilidad y el urbanismo". A su juicio, uno de los lunares ha sido no impulsar todavía el tranvía "y promocionar autobuses con vías propias, que es un éxito en países con calles anchas y menor tráfico, pero que aquí no es efectivo".
El ayuntamiento donostiarra es la única ciudad que tiene aprobado de forma definitiva un plan de movilidad urbano sostenible, que incorpora otros aspectos como la sostenibilidad.
El transporte público, el 28% de la movilidad en la ciudad, se ha reforzado con más líneas de autobuses, sobre todo a la periferia.
Joaquín Esteban, el concejal de Movilidad y Transporte de Vitoria, donde 206.000 desplazamientos diarios son acaparados por el coche, admite que "está claro que ha ido aumentado y ahora el vehículo particular ha ocupado el 70% del espacio de la ciudad". Sólo de 2001 a 2006, el uso del coche ha pasado de un 20% al 36%, mientras que el trasporte público no llega al 10%, con dos puntos porcentuales de aumento únicamente en ese periodo de seis años.
"Vitoria siempre ha tenido más viajes peatonales que Bilbao y San Sebastián", asevera el experto Mikel Murga, pero sus planes de expansión hacia el este y oeste (Salburua y Zabalgana) han obligado a los nuevos vecinos a recurir al coche. "La expansión está hecha en zonas con poca densidad y esa gente necesita transporte. Lo fundamental es que sea el transporte público el que dirija el desarrollo urbanístico y no el coche".
¿Y qué se debe hacer en los próximos años? Bilbao seguirá con la extensión del metro y el tranvía y con la creación de más espacios públicos en los barrios. El concejal Asier Abaunza destaca que otra de las prioridades será reducir en un 50% los accidentes, que han llegado a una media de uno al día (incluyendo los más graves hasta los de chapa de los coches). "Vamos a invertir más de tres millones de euros en suprimir los puntos negros", anuncia Abaunza.
En San Sebastián la apuesta principal es reconvertir la línea de Euskotren, el Topo, en un metro ligero interubano que conecte toda la comarca de Donostialadea, con frecuencias de cuatro o cinco minutos.
Vitoria se lanzará a aplicar su plan de movilidad, que persigue reducir en 10 puntos la utilización del coche (del 36% de los desplazamientos actuales al 26%), aumentar hasta el 17% el transporte público con frecuencias en los autobuses de entre 10 y 15 minutos frente a las de 20 ó 25 minutos actuales o que la movilidad en biciceleta pase del 3 al 5% del total al duplicar los bidegorris hasta casi 170 kilómetros.
"Se está en la dirección correcta. Tenemos ya 70 municipios con planes de movilidad. Las autoridades se lo han tomado en serio,", dice José Félix Basozabal, ex diputado de Obras y Transportes de Vizcaya durante ocho años y que trabaja ahora en planes de movilidad.
El peaje sigue descartado
Hace tres años, la consejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, planteó la necesidad de restringir el acceso del vehículo privado a las ciudades y es una de las 120 propuestas del Plan Vasco de Lucha contra el Cambio Climático aprobado por el Gobierno vasco. Entonces, los ayuntamientos mostraron su rechazo absoluto y la opinión no ha variado. "No le encontramos sentido", afirma Aier Abaunza, quien sólo ve alguna posibilidad de estudiarlo en la zona metropolitana "pero no en Bilbao". El concejal socialista bilbaíno Txema Oleaga tampoco lo ve necesario para una ciudad de 350.000 habitantes.
Joaquín Esteban también se opone a esta medida en ciudades como la del País Vasco y Ernesto Gasco cree "cultural y económica no sería una buena medida para San Sebastián".
José Félix Basozabal piensa que la implantación de un peaje a la entrada o salida "no tiene encaje en nuestras salidas. Lo que hay que hacer es regular el aparcamiento en destino, con disuasorios como en Leioa o en el BEC. Y establecer restricciones indirectas como se realiza con la OTA".
Kike Antolín, de la plataforma Ekologistak Martxan, también piensa que el peaje "no vale para las ciudades más pequeñas. Las medidas tienen que orientarse más hacia la peatonalización y hacer calles más amables, que retraigan al vehículo para acceder a la ciudad".
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