La basura divide al pueblo
Partidarios y detractores del sistema de recogida 'puerta a puerta' hacen campaña en Usurbil en vísperas de una consulta popular
En Usurbil (5.800 habitantes), la basura está en el centro de la discordia. Estos días no se habla de otra cosa. El pueblo está dividido entre partidarios y detractores del sistema de recogida puerta a puerta, puesto en marcha por el Ayuntamiento en marzo del año pasado. Esta fractura social fue ayer más visible que nunca. El director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, y el alcalde de Vilassar de Mar (Barcelona), Joaquim Ferrer, ofrecieron dos enfoques diametralmente opuestos del mismo problema.
López Uralde fue invitado por el alcalde de la localidad, Xabier Mikel Rekondo (ANV), para que hiciese una defensa del puerta a puerta como "alternativa válida" a la incineración. Los opositores de Hamaikabat (H1!) y una plataforma ciudadana recurrieron a Ferrer (CiU) para que explicara la experiencia de Vilassar, donde el puerta a puerta dejó una deuda de 2,1 millones y se sustituyó por el modelo de los cinco contenedores.
La recogida personalizada "es una alternativa a la incineración", dice Greenpeace
El alcalde de Vilassar asegura que el 'puerta a puerta' es caro y no se recicla más
Los vecinos de Usurbil participarán este próximo fin de semana en una consulta popular para dirimir cuál de los dos sistemas prefieren. López de Uralde se decantó por el puerta a puerta por tratarse de una solución "muy interesante y efectiva". El consistorio guipuzcoano asegura que permite reciclar el 82% de los desechos. A la vista de estos resultados, el responsable de Greenpeace sostuvo que su aplicación hace innecesario construir la incineradora que se proyecta cerca del caso de Usurbil, aunque en terrenos de San Sebastián.
En Vilassar (20.000 habitantes) practicaron el puerta a puerta entre 2004 y 2007. Dejaron de hacerlo porque generó una "elevada crispación social" y unas abultadas pérdidas económicas para el ayuntamiento. De un presupuesto municipal de 15 millones, la gestión de las basuras y la limpieza viaria consumía cuatro millones. "Al principio se logró reciclar el 53% de la basura, pero había más de 60 empleados en estas labores. El paisaje era el de una ciudad con camiones recogiendo basura y gente que paseaba sorteando bolsas" con desperdicios, explicó Ferrer. Tras ganar las elecciones de 2007 con mayoría absoluta, CiU eliminó el puerta a puerta y lo sustituyó por el sistema de cinco contenedores. Ahora se recicla alrededor del 45% de los residuos, "el mismo porcentaje que con el puerta a puerta en 2006". Ferrer precisó que el gasto por el servicio de basuras se ha reducido a la mitad. El conflicto de Vilassar llegó a los tribunales. Un juez dio validez a la supresión del puerta a puerta y confirmó que este modelo generó "una problemática social".
H1! y un grupo de vecinos están haciendo campaña para instaurar en Usurbil el modelo de cinco contenedores. Luis Mari Ormaetxea asegura que el ayuntamiento gastó un millón de euros en poner en marcha el puerta a puerta y destina 450.000 euros al año a este capítulo.
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