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Entrevista:PATXI LÓPEZ | 'Lehendakari' | Un año de Gobierno socialista

"¡Quién iba a pensar que fuera posible lograr acuerdos con el PNV y el PP!"

El lehendakari, Patxi López, recibió a EL PAÍS el pasado martes y el próximo miércoles cumplirá un año de su investidura.

Pregunta. ¿Qué es el cambio un año después?

Respuesta. Otra forma de hacer política y gobernar, sin enfrentamientos entre todos y por todo y sin ser el punto de conflicto permanente con el Gobierno de España. Hemos puesto la política a resolver problemas de los ciudadanos, no a creárselos artificialmente. La gente lo ha entendido.

P. ¿Se siente más defensor del autogobierno?

R. Me siento igual, ya lo era. Lo que ha cambiado es que ahora ni lo denunciamos, ni lo utilizamos para posiciones políticas ni para dar el paso a otra cosa. Nos define como sociedad que progresa, con calidad de vida, solidaria y competitiva; que respeta y suma todas las identidades, que reconoce sus raíces, pero integra otras.

OPOSICIÓN DEL PNV: "Al principio hubo afirmaciones como la del 'golpe institucional', pero se va atemperando"
IZQUIERDA 'ABERTZALE': "Esperamos que rompan con ETA. Que le digan que desaparezca, no sólo que es un obstáculo"
CULTURA: "Vamos a presentar un proyecto en favor de Urdaibai y no nos parece bien los dos cargos de Vidarte"
PARLAMENTO: "El cargo de presidenta ha de estar por encima de sus críticas hacia mí, el Gobierno o la oposición"

P. ¿Pese a la hegemonía del PNV, en la Administración, la Ertzaintza, EITB... piensa que se ha hecho ya con el control?

R. Hubo resistencias y frenos a muchas cosas, y siempre habrá casos aislados, pero hoy puedo felicitar al conjunto del funcionariado por haber ayudado y trabajado lealmente.

P. ¿Diría que ha sido más fácil de lo que esperaba?

R. Hace un año había quien vaticinaba el Apocalipsis. No íbamos a durar, pocos creían que hoy tendríamos esta tranquilidad y este Gobierno tan sólido, sin problemas de inestabilidad ni de confianza y poniendo en marcha sus políticas. En minoría, negociando y pactando. Está siendo un ejercicio democráticamente muy sano. Se cuentan con los dedos de una mano las iniciativas que hemos perdido en el Parlamento o que no hemos acordado, con mayorías muy plurales.

P. ¿Está digerido en el PSE y el PSOE el acuerdo con el PP?

R. Absolutamente. El electorado nuestro que pudo tener dudas, alimentadas por los anuncios de frentismo y revanchismo del PNV, ha visto que no sido así. No ha habido una sola política frentista, ni que haya dividido a la sociedad o enfrentado identidades. Nadie se puede sentir marginado por ninguna decisión de este Gobierno. El temor que pudo haber lo ha diluido la realidad.

P. ¿Nunca ha tenido la sensación de que en Madrid se arrepientan de ese pacto con el PP?

R. No. Tienen dificultades evidentes en el Congreso, pero están muy satisfechos del cambio en Euskadi.

P. ¿Cómo definiría la oposición que hace el PNV?

R. La lógica. Uno se pone en su lugar y entiende que después de 30 años, y desalojados del poder por un pacto que ellos querían demonizar, se tengan malas digestiones. Hubo afirmaciones como la del "golpe institucional", pero el PNV se va atemperando y hemos llegado a acuerdos muy importantes. Tiene un valor extraordinario que tengamos en Euskadi ahora un pacto con el PP en los Presupuestos del Gobierno y con el PNV para la estabilidad de las diputaciones y los ayuntamientos. ¡Quién iba a pensar que fuera posible! Lo consiguió este Gobierno, y en seis meses, con la responsabilidad de todos, también del PNV. Luego no han querido negociar los diez temas que le propuse a Urkullu, porque están más preocupados por el cambio de marco político. Pero estoy seguro de que llegaremos acuerdos.

P. ¿Las diputaciones, en manos del PNV, actúan dentro de lo razonable?

R. Ha habido discrepancias, pero hay muchos más acuerdos que puntos de fricción. Sobre todo en lo más importante: los acuerdos sobre los recursos económicos y las medidas conjuntas frente a la crisis. Está habiendo colaboración.

P.¿No les tienta tirar de la manta de los 30 años de gobierno nacionalista cuando el PNV les azuza?

R. Todos sabemos cómo somos los partidos. La gente quiere reacciones más viscerales, si nos azuza el PNV y si lo hace el PP. Pero el nuestro es un cambio tranquilo, no veníamos al Gobierno a pasar facturas ni a poner ningún ventilador que produzca lo contrario de la normalidad que pretendemos.

P. ¿Pueden pecar de lo contrario? El PNV les marca cada vez que cambian una política, como con el rechazo al plan de Convivencia democrática y Deslegitimación de la Violencia.

R. El PNV se siente permanentemente aludido; se pone muy nervioso, atacado, cada vez que hacemos algo nuevo. Nosotros tenemos muy claro que Euskadi no empieza con el Gobierno de Patxi López, pero lo lógico es que un gobierno haga cosas distintas al anterior. Ese plan reformula el de Educación para la Paz de su gobierno, porque todos los expertos y asesores de víctimas, los mismos que estaban antes, decían que no era suficiente como ejercicio de realidad sobre lo que pasa en Euskadi. Pero casi todos los contenidos vienen del plan que hicieron ellos, incluidas las unidades didácticas para los colegios. Y ahora ponen el grito en el cielo porque una propone simular un zulo. Ni lo hemos inventado nosotros ni haremos bandera de ello.

P. Estas diferencias, o la del aniversario del Estatuto como Día de Euskadi, ¿reafirman la existencia de dos Euskadis?

R. No va a ser este Gobierno quien juegue a eso. No es más que la confrontación por todo y para todo. Se acabará imponiendo el sentido común y lograremos el consenso que nos han pedido las asociaciones de víctimas.

P. Le llamó Urkullu para reconducir la cuestión. ¿Habrá acuerdo?

R. Los dos sabemos que el valor fundamental de esto es que lo hagamos juntos, Gobierno, PNV, PP, y todos los demás a ser posible. Por ahora conozco la voluntad; no olvidemos que Urkullu fue presidente de ponencia de víctimas del Parlamento durante muchos años. Trató estos asuntos con mucho cuidado y buscando el acuerdo. No sé si todos en su partido, pero creo que él tiene interés en que esto no sirva de conflicto.

P. ¿Le dice algo el último mensaje de Batasuna diciendo a ETA que bloquea sus objetivos?

R. Los demócratas ya no esperamos palabras, sino que rompan con ETA. No que digan que es un obstáculo, sino que desaparezca, que no la necesitan para nada ni ellos.

P. ¿El Gobierno vasco llega a tomar la temperatura a la situación del mundo abertzale?

R. No. Está muy claro lo que tiene que pasar. Ya no hay puertas abiertas, las tienen que abrir ellos. El sistema democrático integra a quien se quiere integrar.

P. Coincide con Eguiguren en que la solución última estará en Euskadi, no en Madrid, y que pasará por un acuerdo entre partidos vascos, una vez Batasuna haga lo que se le exige?

R. Que lo hagan primero y ya hablaremos. No voy a elucubrar sobre un asunto que puede generar polémica artificialmente.

P. El PNV y el PP coinciden en dos críticas, su dependencia de Zapatero, y la insuficiencia de su política económica.

R. Zapatero no ha decidido ni una sola política en el País Vasco. ¿Me pueden decir dónde está la dependencia?. Y en política económica no hay más que oír a cualquier representante empresarial, o de los sindicatos que están por participar de las soluciones. Hoy mismo (por el pasado martes) leía al presidente de Confebask que el Gobierno está haciendo lo que hay que hacer. Nadie ha sido capaz de poner sobre la mesa ni una medida diferente. Algo estaremos haciendo bien en las líneas maestras acordadas con empresarios y sindicatos para que la economía vasca haya pasado la recesión.

P. ¿Le lastra Zapatero y le supedita su necesidad de los votos del PNV? Le dio veto sobre el traspaso de las políticas activas de empleo y la enmienda Florentino le ha perjudicado a usted.

R. En las políticas activas es verdad, hubo un acuerdo perjudicial para la sociedad vasca; si quiere, también para este Gobierno. Fue un mal acuerdo del Grupo Socialista del Congreso con el PNV. La enmienda Florentino no es acertada en este momento; pero ni el blindaje garantizaba que las empresas siguieran en Euskadi ni quitarlo supone que se vayan a ir.

P. No pudo impedir ni una cosa ni la otra. ¿Le han dado los suyos los peores desaires?

R. Hemos tenido esos problemas, pero han sido más los acuerdos, muchísimos más. Y yo no voy a parar hasta tener las transferencias. Tampoco para que todas las empresas radicadas en el País Vasco sigan aquí.

P. ¿Cómo lleva ser el hombre del año en España y que el Euskobarómetro le dé un mal resultado?

R. No tengo ningún interés es ser el hombre de moda en España y esa encuesta es de noviembre. La ha superado la realidad, que ha desmentido la demonización por el PNV y la idea de que no podríamos hacer nada.

P. Zapatero ya tantea al PNV para los próximos Presupuestos. ¿Teme que un eventual acuerdo vuelva a ser a su costa?

R. No. Hemos avalado, incluso ayudado, acuerdos con el PNV, y ayudaremos en el futuro si hace falta. Primero, porque pueden conseguir cosas para Euskadi; segundo, porque los nacionalistas se implican en la gobernabilidad de España y esto es importante y muy necesario.

P. No contaba con cumplir su primer año sin ninguna transferencia. ¿Entiende la frustración que acumulaba el PNV?

R. No. Podría entender la mía, porque aún no lo he conseguido, pero lo voy a conseguir. Sus gobiernos iban a la negociación con maximalismos que no comparto. Yo juego con lealtad al Estatuto y a los acuerdos del Parlamento para que el País Vasco tenga lo que le corresponde y lo voy a lograr.

P. ¿Pueden terminar con el pacto vasco las envenenadas relaciones de PSOE y PP?

R. El PP vasco es el más sensato de España. Basagoiti está sabiendo hacer oposición y definiendo a la vez espacios de entendimiento. Comprende que lo mejor para la sociedad vasca es también lo mejor para su partido. El PP español está en clave de que cuanto peor le vaya a España, mejor le va a venir a él. El pacto vasco tiene la voluntad de mantenerse toda la legislatura.

P. ¿Está con Montilla en la reclamación de renovar el TC?

R. No es una posición política, sino de sentido común. Ha sido incapaz de sacar en 4 años una sentencia que pone en conflicto permanente a una comunidad. A ver si otros son capaces.

P. ¿Afectará a toda la arquitectura del Estado, como dijo el vicepresidente Chaves?

R. Yo espero que el TC no lo toque. La Constitución es suficientemente amplia para que quepa tal y como está. Lo contrario sería una sorpresa para mí, porque la considero mucho más acogedora.

P. ¿Secunda la petición de líderes regionales socialistas de una mayor defensa de Garzón?

R. Lo que tenemos que defender con contundencia es un Estado de derecho y unos valores democráticos que no dejen a una organización de extrema derecha impedir aplicar la Ley de Memoria Histórica y a muchas familias enterrar a los suyos. Me parece tremendo que el PP diga que quien se manifiesta por eso pone en riesgo el sistema democrático. Ya está bien.

P. La presidenta del Parlamento ha dicho que quienes se manifiestan "sacan a relucir sus traumas personales" y "todo su odio y rencor".

R. Una declaración absolutamente desafortunada. Hay mucho fariseísmo y juego a dos bandas. Aquí unos sí quieren mostrar el pasado y desenterrar muertos, pero no que las víctimas de ETA cuenten en las escuelas lo que pasa ahora mismo en Euskadi; y otros exigen esto, pero no quieren que gente que aún vive pueda cerrar aquel capítulo, que para ellos es presente, como necesitan.

P. ¿Tiene la impresión de que es la más crítica del PP hacia usted?

R. Ha habido veces que sí, y me parece que no es su papel. No sólo con mi persona o el Gobierno, también con la oposición. Su cargo institucional ha de estar por encima de eso.

P. ¿Teme una pinza en un futuro, entre el PP y el PNV, en Euskadi o contra Zapatero?

R. Es posible. El PP acaba de decir que está dispuesto a pactar con el PNV para quitarse de encima a Odón Elorza.

P. En el museo de Urdabai, ¿está contra el Guggenheim, contra Vidarte o contra la Diputación de Vizcaya?

R. Estamos en favor de apostar por un proyecto propio a favor de la revitalización económica de Urdaibai, que presentaremos en breve. No tiene nada que ver con nuestro reconocimiento del Guggenheim. En cuanto a Vidarte no compartimos la dualidad entre sus responsabilidades en la expansión internacional del Solomon Guggenheim y su cargo en el Guggenheim Bilbao.

P. ¿A qué obedecen las renuncias y ceses de altos cargos?

R. Unas a razones personales y otras a faltas de ajuste. Hay gente que puede funcionar muy bien en su ámbito, pero no en el más constreñido de un Gobierno, o que no se ajusta a un perfil, y todo eso lo van viendo los consejeros con el rodaje.

P. ¿Cómo se vive sin rival en la oposición?

R. No tengo uno, sino varios. Urkullu es presidente del partido, pero no está en el Parlamento; en la Cámara está Egibar y algún diputado general está ejerciendo también de rival.

"Seguiré siendo Patxi siempre"

Pregunta. ¿Patxi o lehendakari?

Respuesta. ¡Hombre! Institucionalmente lehendakari, y, para los amigos y algunos compañeros, sigo siendo Patxi, seguiré siendo Patxi siempre, pero creo que también hay que guardar un cierto respeto institucional.

P. ¿Tiene entradas para AC/DC?

R. No, y espero que no se hayan agotado, y que puedan conseguirlas. No me gustaría perdérmelo por nada.

P. ¿Le da resultado la pulsera milagro?

R. No. Sé que, además, están haciendo interpretaciones raras. La llevo aquí para cuando vea a mi madre dársela, porque le prometí que le iba a conseguir una, no por otra cosa. No voy a hacer ni propaganda, ni además la llevo por ninguna cosa especial, sino porque mi madre, que estas cosas en su cuadrilla también las hablan mucho, me dijo: "A ver si me consigues una", porque como sólo se consigue por Internet y ella no se maneja, pues es por eso, pero nada más.

P. ¿El último libro?

R. Pues estoy leyendo ahora dos: el de Unai Elorriaga, el de Londres es este cartón, que me está pareciendo una gozada y Seis sospechosos, de Vikas Swarup, que escribe superbien y, además, con este conocimiento y descripción de la vida en la India, me está gustando mucho.

P. El mejor recuerdo de este último año.

R. Seguramente hay muchos. Hay muchos buenos momentos, pero el más emotivo fue el del propio día de la investidura, porque fue un buen recuerdo colectivo, de muchos compañeros y compañeras que, incluso, lloraban por la emoción de haber conseguido una especie de sueño por el que habíamos luchado tanto.

P. El peor...

R. El peor, sin duda, el asesinado de Eduardo Puelles. Ese día, todo lo que supuso, que algunos, incluso, hablaban de que era un recibimiento a este lehendakari, cosa que me parece tremendo que se considere así, porque ETA actúa cuando puede y como puede, pero fue tremendo.

P. ¿Sus trajes, de sastre o de comercio?

R. Pues tengo un poco de todo, pero, generalmente, yo soy de comercio y no de los caros, desde luego.

P. ¿Subirá la Real?

R. Estoy convencido, sí.

P. ¿Cuántas horas dedica a aprender euskera?

R. Pues hora y media, dos horas al día, y no todos los días, por motivos de agenda, porque hay días que es imposible encajar ese tiempo.

P. ¿A qué hora se levanta y a qué hora se acuesta?

R. También depende un poco de la agenda, pero, bueno, generalmente, a las siete de la mañana me levanto y suelo acostarme tarde, relativamente tarde, a partir de las 12.30 o la una de la madrugada.

P. ¿Han aparecido socialistas vascos que no conocía?

R. No. Seguramente nos hemos encontrado con gente que tenía un abuelo de UGT y cosas de estas, pero, no; en general uno conoce bien a los socialistas vascos y a los amigos y siguen siendo, prácticamente, los mismos.

P. ¿Qué tal está de salud?

R. Bien; algún episodio de estos puntuales, lo dices igual por eso, porque tuve un cólico nefrítico hace poco, con una piedra que ya la he expulsado, con lo cual, perfecto.

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