El Gobierno alavés amenaza ruptura a medio año de las elecciones
Agirre adelanta que expulsará a EA si no apoya los presupuestos forales
El bipartito nacionalista que gobierna Alava (PNV y EA) parece haber agotado su tiempo y estar en claro peligro, al año justo -que se cumple hoy- de la expulsión de Aralar, el otro miembro del inédito tripartito abertzale constituido en 2007 por el peneuvista Xabier Agirre. Lo más probable es que termine su mandato, cuando faltan solo seis meses para las elecciones forales, con el apoyo exclusivo de los junteros de su grupo.
La pérdida resultaría más simbólica que otra cosa, ya que numéricamente EA no pone ni quita nada a la gobernabilidad de la institución foral, que ha necesitado durante todo el mandato del apoyo externo del PSE. Sí supondría una nueva evidencia del fin de una fórmula, la de la acumulación de fuerzas nacionalistas, iniciada con el primer Gobierno de Ibarretxe y su pacto con la izquierda abertzale y cuyo último residuo ha sido el tripartito nacionalista de la Diputación alavesa. El distanciamiento a raíz de la supuesta trama de corrupción del caso De Miguel entre Agirre y el jefe de filas de su partido en Álava, Iñaki Gerenabarrena, partidario de aquellas alianzas, facilita el trámite.
El tripartito nacionalista de 2007 certificará su fracaso si sale EA
El intercambio de advertencias públicas que realizaron ayer Agirre y el secretario general de EA, Pello Urizar, resultó meridiano y los dos dejaron de manifiesto sin disimulo la posibilidad de la ruptura. Urizar amenazó con votar en contra de los presupuestos forales de 2011, en lo que Agirre atribuyó a la necesidad de EA de cortar amarras con sus alianzas pasadas por su entente actual con Batasuna. La formación de Urizar ya discutió la posibilidad de dejar el Ejecutivo foral al destaparse el caso De Miguel, pero finalmente no lo hizo. Ahora ha apoyado, junto a Aralar y EB, y pese a formar parte del Gobierno, una moción que discutirá el lunes el pleno de las Juntas Generales que exige una reforma fiscal los peneuvistas rechazan de plano.
El PNV no tiene ningún problema para sacar adelante las cuentas, ya que contará con el apoyo del PSE, partido imprescindible durante todo el mandato, con o sin socios, ya que incluyendo a EA y Aralar el Gobierno foral sumaba solo 17 escaños sobre un total de 51.
Los dos diputados forales de EA, Lorena López de Lacalle (Cultura) y Mikel Mintegi (Medio Ambiente), protagonizaron una curiosa mañana: primero respaldaron en el Consejo de Diputados el proyecto de norma que contiene las cuentas para 2011; a continuación, solemnizaron con su presencia la amenaza de su secretario general de oponerse a él en las Juntas Generales si la tramitación no va acompañada de una reforma fiscal. Ambos abandonarían el Ejecutivo provincial si eso no sucede, dejó claro Urizar.
La réplica de Agirre no tardó en llegar: la reforma fiscal demandada por EA no se abordará, pues supondría una desarmonización entre los tres territorios, poco después de cerrarse la que se producía hasta el año pasado en Guipúzcoa. Si EA no vota el proyecto de presupuestos aprobado ayer, sin presentar ni enmienda a la totalidad ni una sola enmienda parcial, Agirre echará del Gobierno a sus dos diputados, si es que estos no se van antes. "No se puede estar en el Gobierno y en la oposición", recalcó el diputado general, en un remedo del "no se puede estar en misa y repicando" que dirigió el año pasado por estas fechas a Aralar.
Urizar recordó ayer que el año pasado EA advirtió ya de que no respaldaría más presupuestos sin una reforma fiscal. No citó, sin embargo, su compromiso de seguir en el Gobierno foral hasta el fin de la legislatura "como corresponden en estos momentos de crisis", según dijeron entonces a EL PAÍS fuentes de su partido. Mintegi consideró "importante que las fuerzas abertzales mantengan una unidad de mínimos y que haya entendimiento [entre ellas] en la gestión de las instituciones".
Agirre, quien presentó el proyecto de presupuestos junto a su diputado de Hacienda, José Luis Cimiano, mostró una absoluta tranquilidad: la negociación con el PSE está "muy avanzada", por lo que podrá terminar el mandato con tranquilidad pese a contar con solo 14 de los 51 escaños. Lo que si quedaría descartado es cualquier posibilidad de repetir una entente nacionalista tras las elecciones de mayo.
Las pasadas tensiones en Guipúzcoa
La fractura que ha abierto la política fiscal en el seno del bipartito nacionalista alavés ya se vivió durante más de dos años entre los peneuvistas y Hamaikabat (entonces EA) en Guipúzcoa. La gran diferencia es que la crisis en esta provincia se resolvió en octubre de 2009 con el compromiso por parte de ambos socios de mantener la paz interna durante el resto de la legislatura, mientras que, en el caso de Álava, la proximidad de las elecciones municipales y forales de 2011 juega en contra de un posible arreglo entre los nacionalistas.
Los desencuentros en Guipúzcoa vinieron motivados por la negativa de EA, que sigue teniendo en su mano, ahora como Hamaikabat, la cartera de Hacienda, a rebajar el tipo del Impuesto de Sociedades y a eliminar el de Patrimonio. El Gobierno foral guipuzcoano estuvo incluso a punto de irse al traste cuando, en diciembre de 2007, el diputado general, el peneuvista Markel Olano, desairó a su socio e impuso por decreto la bajada del primer tributo.
El pacto de gobierno se mantuvo pese a todo, pero las tensiones siguieron en una suerte de vía crucis que duró más de un año, hasta que en diciembre de 2008 -siempre en el último tramo del ejercicio normativo- firmaron un pacto fiscal tras aceptar el partido presidido por Iñaki Galdos la rebaja tributaria. Con todo la rivalidad interna entre PNV y Hamaikabat no tardó en aflorar cuando, poco después, el socio menor se negó a eliminar el Impuesto de Patrimonio, como ya habían aprobado Vizcaya y Álava. En diciembre de 2009, de nuevo en el tramo final del año, las dos formaciones sellaron la paz fiscal, que no se ha visto alterada desde esa fecha.
En Vizcaya, el PNV y EA gobernaron en coalición entre 1999 y 2007, periodo en el que no registraron ningún conflicto de importancia.
Las cuentas
- Álava dispondrá en 2011 de un total de 2.357 millones de euros, 63 más que este año, de los que 611 millones serán para gestión propia, seis más.
- La deuda neta sumará 15 millones de euros, lo que supone un 81% menos que el presente ejercicio. La reducción de los gastos corrientes alcanzará el 1,7%.
- El Departamento de Política Social y Servicios Sociales recibirá 233 millones, casi el 40% de las cuentas.
- Las inversiones en entidades locales ascenderán a 62 millones de euros. Entre el resto de inversiones destacan los 50 millones para la mejora de la red viaria.
- La principal medida de la nueva norma foral tributaria será fijar una deducción con carácter transitorio en el IRPF, para compensar a parados y pensionistas, del 1% de los ingresos para bases imponibles inferiores a los 20.000 euros.
- En el Impuesto de Sociedades se plantea favorecer el cumplimiento de los requisitos de la deducción de empleo en expedientes de suspensión y reducción de jornada.
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