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Fernández confía en que la asamblea de Kutxa no frustre al final la fusión

López pide a los presidentes de las tres cajas que financien a las 'pymes'

Pedro Gorospe

"Hay que mirar al futuro y no al pasado". El presidente de BBK, Mario Fernández, resumió ayer de esa manera el optimismo y las expectativas que está generando en la mayor parte de los agentes sociales, políticos y financieros la fusión fría entre las tres cajas vascas anunciada el miércoles pasado por las entidades al regulador. A renglón, marcó el guion a seguir: trabajar para conciliar los "intereses territoriales" con los "aspectos técnicos" para finalmente sacar adelante el proyecto financiero.

Eran las primeras declaraciones públicas de un Fernández que tuvo que lanzar un órdago al PNV para que apoyase sin reservas un proyecto de fusión a tres, tras el fracaso del intento entre BBK y Vital. No obstante, aunque sus declaraciones fueron en clave muy positiva, y se mostró confiado en que esta vez la fusión no se va a atascar en Guipúzcoa, como ya sucedió en noviembre de 2008 con la fracasada entre BBK y Kutxa, no pudo evitar hablar de "las aristas" que todavía quedan por pulir.

El presidente de BBK evita citar a ningún territorio como "el más complejo"

Fernández y sus homólogos de Kutxa, Xabier Iturbe, y Vital, Carlos Zapatero, se reunieron ayer durante una hora en la sede de la Presidencia del Gobierno en Vitoria con el lehendakari, Patxi López, y el titular de Economía, Carlos Aguirre, para exponerles el acuerdo alcanzado y plantearles los retos y posibilidades que abre ahora la operación.

Fernández asumió que el proceso se enfrenta a varias minas que hay que desactivar tanto desde el punto de vista técnico -qué tipo de activos se incorporan al banco, por ejemplo-, como político -la necesidad de una mayoría de 67 votos en las tres asambleas, con mayor complicación para reunirlos en el caso de Kutxa-. Con todo no quiso citar Guipúzcoa y el órgano rector de su caja como el principal escollo. Salvo que EA se descuelgue, no debiera de haber allí ningún problema para lograr la mayoría requerida.

Sin embargo, los márgenes resultan tan ajustados que nadie tiene todas las garantías de que al final el proyecto prospere en ese territorio. Es más, algunos agentes políticos muestran su temor de que la escasa convicción que ha puesto el PNV guipuzcoano en el proyecto pueda acabar generando problemas.

Fernández evitó "señalar a ningún territorio como el territorio más complejo" para sacar adelante la operación, y se mostró "optimista" sobre el futuro del proceso, toda vez que "la aceptación social ha sido razonablemente alta" a la propuesta inicial. "Creo que se concilian los intereses de los territorios y no creo que sea bueno que empecemos a señalar a ningún territorio como que puede presentar una dificultad especial", indicó, para concluir que es el momento de "mirar al futuro y no al pasado".

El lehendakari animó a los tres presidentes a abordar el camino hacia su unión con "ánimo constructivo y voluntad de entendimiento" hasta su culminación con la constitución de un banco que integre la actividad financiera de las tres entidades y los activos que decidan aportar. Esa es una de las claves de todo el proceso.

A más activos en el banco, la temperatura de la fusión será mayor, pero también el porcentaje de representación de BBK respecto de las cajas guipuzcoana y alavesa.

La nueva entidad será la quinta por volumen de activos de España con cerca de 80.000 millones de euros, de los que más de 48.000 corresponden a la entidad vizcaína. La media de activos de las nuevas cajas creadas tras la reestructuración del sector se sitúa en unos 75.000 millones.

López trasladó además a los mandatarios de las cajas el apoyo tanto del Gobierno como del PSE al camino que han iniciado, pero a renglón seguido les animó a que, pese a la bancarización en curso, no se olviden de su pasado y mantengan su compromiso con los ciudadanos. Y en concreto les pidió que aporten liquidez al tejido productivo, "con especial atención a las pymes y a los autónomos".

El proyecto de fusión fría es el cuarto intento total o parcial de unión que abordan las entidades de ahorro vascas. El primero se planteó en 2005, entre los entonces presidentes de las cajas. Aquel proyecto, que fue incluso presentado al Banco de España y aplaudido por el regulador, fracasó a causa de las oposición del PP en Álava. En aquellos años, populares y socialistas mantenían un acuerdo para controlar la asamblea de Vital que impedía aprobar la fusión en ese órgano por la mayoría cualificada de dos tercios que se requiere estatutariamente. En noviembre de 2008 fracasó la de BBK y Kutxa en la asamblea de esta última, y en enero pasado el PNV se opuso a la de BBK y Vital.

De izquierda a derecha, el consejero Carlos Aguirre, Xabier Iturbe, Mario Fernández, Carlos Zapatero y el <b><i>lehendakari,</b></i> Patxi López, ayer al inicio de su reunión en Vitoria.
De izquierda a derecha, el consejero Carlos Aguirre, Xabier Iturbe, Mario Fernández, Carlos Zapatero y el lehendakari, Patxi López, ayer al inicio de su reunión en Vitoria.P. J. PHANSE

Un banco con "poco" capital privado

Las incógnitas sobre el futuro banco que aglutine los activos de las actuales cajas de ahorro vascas son muchas en esete momento. La primera es si va a salir a Bolsa y en qué porcentaje de sus acciones en función de las necesidades de recapitalización. Lo que está claro es que, sea como sea, ello va a suponer que se diluya la propiedad de las cajas, un hecho que el PNV de Guipúzcoa y el de Álava, que apostaban con claridad por una fusión caliente, van a intentar minimizar. Es decir, quieren un banco con "poco capital privado".

Nadie duda de que el actual modelo de cajas toca a su fin. A partir de ahora, su pelea se va a centrar en cómo atraer capital sin que la propiedad se vaya a manos de inversores privados que cambien definitivamente el concepto con que nacieron las entidades de ahorro, en las que un elevado porcentaje de los beneficios, entre el 25% y el 33%, se destina a la obra social y no a los accionistas.

Mientras, ayer se siguieron produciendo reacciones a la operación anunciada el miércoles por las tres cajas. El presidente del PP alavés, Alfonso Alonso, apoyó el acuerdo alcanzado para crear un banco común y señaló que esta fusión salvaguarda la identidad de cada una de ellas y el proyecto social que desarrollan en sus territorios. Alonso recordó que lo que comúnmente se llama fusión fría es una fórmula que cuenta con el "respaldo y el aval del PP alavés" porque refuerza a cada entidad.

La juntera de EB y miembro del consejo de Kutxa Arantza González anunció que no van a apoyar la fusión porque supone "la privatización y muerte" de las entidades de ahorro. En Guipúzcoa, el proyecto saldría aprobado con los votos de PNV, EA, PSE, PP, H1, y CC OO, aunque estos partidos disponen de mayor margen si Pixkanaka, como parece, se suma.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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