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Cordón sanitario a la crispación en Euskadi

Los principales partidos sortean al PP e imprimen un "toque de normalidad" a la política vasca

A nadie le pudo pasar desapercibida la persona que estaba junto a Mariano Rajoy la tarde de la multitudinaria marcha de Madrid en la que el presidente del PP convocó a los españoles a defender la "nación española". Las grabadoras dejarán para la posteridad el tono de arenga de Rajoy y las imágenes mostrarán a María San Gil, la presidenta del PP vasco, pegada a su líder. El pasado sábado se repitió en la marcha de Pamplona.

Ardanza acuñó en los 90, en plena etapa de escándalos socialistas, que Euskadi vivía "en una especie de burbuja"
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Pero hace falta más que una imagen para contagiar a la política vasca del ambiente "irrespirable" que se ha adueñado de las calles cuando el PP toca arrebato, según algunos políticos vascos de distinto signo que trabajan en Madrid consultados por EL PAÍS.

"Los populares y Rajoy se han prestado a la demagogia, con un discurso simple, pero efectista a la vez. Como en Navarra, con el fuero y el Amejoramiento. ¡Pero si en Murcia no saben casi ni dónde está Navarra. El planteamiento falaz es tan sencillo como: España sí, España no. Es un insulto a la inteligencia". Habla el presidente del Senado y dirigente del PSE-EE, Javier Rojo, harto de la "demagogia" del PP. Y explica el contrapunto en la política vasca: "En Euskadi las cosas son diferentes porque: ¿Qué representa aquí el PP? nada, y por eso no hay crispación, no prende la mentira del caso De Juana, ni la cantinela sobre la cesión de Navarra. Y los principales partidos han imprimido un toque de normalidad" a la política vasca. La entente PNV y PSE no se ha desdibujado tras el proceso de paz arruinado con la bomba de Barajas. El PP se muestra incapaz de exportar al País Vasco la crispación política que ya desborda por el resto del país.

María San Gil invierte los términos y atribuye el ambiente político a los sucesivos errores del Gobierno. Para ella es una cuestión de decencia ante la "política de desgobierno" del presidente de José Luis Rodríguez Zapatero. "Se encuentran absolutamente nerviosos, no tienen argumentos y recurren a la descalificación y al insulto", ha asegurado. Pero las iniciativas parlamentarias del PP vasco no tienen punch, apenas dan titulares y, sobre todo, hace tiempo que han dejado de inquietar al lehendakari, por repetitivas, y al PSE, más preocupado en pactar con el tripartito medidas sociales que afectan al ciudadano de a pie.

El efecto contagio no funciona. Josu Erkoreka, portavoz del Grupo vasco en el Congreso de los Diputados, está convencido de que la campaña contra el Gobier impulsada por el PP no ha tocado fondo: "Deben tener sus estudios sociológicos y creen que han mordido carne y ven su estrategia tremendista rentable". El portavoz peneuvista, sin embargo, advierte de que al final el PP puede, con su discurso sin matices, terminar ahuyentando a parte de su electorado más centrado y, de rebote, movilizar al electorado de izquierdas. "Ya pasó en el 2001 en Euskadi", recuerda Erkoreka, al rememorar la tensión sin límites ni matices a la que sometieron la entente de hierro de Jaime Mayor Oreja (PP) y Nicolás Redondo Terreros (PSE) a la sociedad vasca. Resultado: 33 escaños para la coalición PNV-EA y 604.000 votos. Las costuras de la sociedad vasca se abrieron sin romperse. Pero, tal vez, esa tensión sin parangón en la que el PNV se vio por vez primera fuera de Ajuria Enea, produjo el antídoto contra experiencias similares. Fue el ex lehendakari José Antonio Ardanza el que acuñó, en plena etapa de escándalos en el PSOE, en los años 90, que Euskadi vivía en una especie de "burbuja" frente a la cantinela del "paro, despilfarro y corrupción". La marea de la corrupción llegaba justo hasta Pancorbo. Y ahí se detenía. Como parece pasar con la crispación. Al menos hasta ahora.

María San Gil, en la manifestación del pasado 10 de marzo en Madrid entre José María Aznar y Mariano Rajoy.
María San Gil, en la manifestación del pasado 10 de marzo en Madrid entre José María Aznar y Mariano Rajoy.C. ÁLVAREZ

REQUISITOS PARA EL DIÁLOGO

El planteamiento de Zapatero en Vitoria

"Para hablar de paz hay que olvidar, y para siempre, la violencia en esta tierra y en el conjunto de España".

"Para concurrir a las elecciones hay que respetar todas las leyes. Para respetar la Ley de Partidos hay que aceptar que en política sólo valen los métodos democráticos y rechazar la violencia, la coacción y cualquier tipo de amenaza".

"El futuro de esta tierra ha de ser un acuerdo plural, entre partidos, decidido por los ciudadanos, en el marco de la Constitución y de las leyes".

"El PSOE siempre apostará por ese acuerdo plural, pero no dará un paso adelante mientras subsista la violencia o la amenaza de violencia".

"Mantengo intacta mi determinación por alcanzar la paz, por ver el fin de la violencia, uniendo a todos los partidos vascos y unidos todos los ciudadanos de España".

El planteamiento de Imaz en Pamplona

"Rechazo y condena conjunta del terrorismo. Soporte a los mecanismos policiales para hacer frente al mismo".

"Solidaridad y apoyo a las víctimas sin utilizaciones partidistas".

"Discurso de deslegitimación del terrorismo, diciendo claramente que el mismo no es derivada natural de problemas políticos existentes y que el futuro político de este país no se puede negociar con ETA".

"Aplicación de los mecanismos del Estado de derecho sin políticas de excepción y con respeto escrupuloso de los derechos humanos".

"Abordar un cierre dialogado cuando haya condiciones para ello, es decir, cuando ETA muestre una voluntad inequívoca de querer poner fin de forma definitiva a la violencia".

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