El sueño de Al Capone
La SGAE acaba de convertirse en el mayor vendedor de productos de electrónica de España. No manufactura ni comercializa ordenadores, DVDs, MP3, CDs, pero cobra cada vez que un ciudadano adquiere uno de estos aparatos, hurtando parte de sus beneficios al empresario honrado.
Al Capone se vio obligado a pagar a policías, jueces y políticos para sostener su negocio, pero como esos métodos no son factibles en nuestra sociedad y la necesidad aviva el ingenio, la SGAE ha conseguido superar al viejo Al mediante la fabricación de una herramienta jurídica que asegura y recauda los beneficios de esa oscura empresa bajo la tutela del Estado. Mientras tanto nadie se ocupa de perseguir y castigar con dureza la piratería.
La SGAE ha conseguido perturbar el sueño del señor Capone, que se retuerce hoy en su tumba pensando por qué no se le ocurrió a él antes.
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