Los poderosos del G-8
Este año en Italia tienen una oportunidad única para garantizar que todas las personas, tanto de los países ricos como de los pobres, reciban el apoyo que necesitan para vivir una vida digna y decente.
Los líderes del G-8 ya han acordado medidas importantes en las anteriores cumbres. En el año 2001 reconocieron que los países industrializados tenían la responsabilidad de atajar la desigualdad global condonando gran parte de la deuda de los países pobres, dando más ayuda y acordando la creación del fondo mundial de lucha contra el sida, VIH, la tuberculosis y la malaria. Y en el año 2005 prometieron incrementar la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares anuales.
Ahora les pedimos que no abandonen estos compromisos en la cumbre de L'Aquila. No claudiquen en sus propósitos, ya que esperamos que un día podamos leer en los libros de historia: "La Cumbre del G-8 de 2009 en Italia supuso un punto y aparte en la lucha contra la pobreza. Los líderes mundiales se unieron para hacer frente a la crisis económica, lucharon contra el cambio climático e instaron a otros líderes a seguir sus pasos".
Hoy, las personas pobres se ven obligadas a soportar una situación que ellos no han contribuido a crear. La crisis económica está disminuyendo las remesas, las inversiones y los intercambios comerciales. El cambio climático perjudica sus cosechas, sus medios de vida, su salud y su seguridad personal. Los elevados precios de los alimentos y de las materias primas están empeorando la crisis crónica que padecen los más pobres, cobrándose miles de vidas todos los días.
Tienen la oportunidad de hacer que el derecho a la salud y a la educación sea una realidad para millones de personas si mantienen su promesa de incrementar la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares. Pueden hacer que mejore la calidad de vida de millones de personas llegando a un acuerdo seguro y justo sobre cambio climático, que mantenga el calentamiento global por debajo de 2ºC, reduciendo las emisiones de sus respectivas naciones y comprometiéndose a aportar, por lo menos, 150.000 millones de dólares para que los países en vías de desarrollo puedan adaptarse al cambio climático y planificar un futuro en el que se hayan reducido notablemente las emisiones de carbono.
La aportación económica necesaria es muy pequeña comparada con el reciente gasto para rescatar a la banca, pero los beneficios harán del futuro un mundo mejor para todas las personas. Alcancen un acuerdo que acabe con la pobreza mundial.
Annie Lennox, cantante; Mary Robinson, ex presidenta de Irlada y presidenta de honor de Oxfam Internacional; Scarlett Johannson, Actriz; Gael García Bernal, actor, y 11 firmas más
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