La legalización de Bildu
Sigo con gran perplejidad el jaleo que han causado entre ciertos sectores españolistas las imágenes de un expreso de ETA ondeando una pancarta donde se puede leer su apoyo a la formación política Bildu. Parece que esta es la prueba que demuestra que Bildu tiene que ser ilegalizada, pero no acabo de ver la relación causa efecto.
Nuestro ordenamiento constitucional configura como un derecho fundamental la presunción de inocencia, derecho según el cual nadie podrá ser considerado culpable de haber cometido un delito hasta que esto no se demuestre a través de un proceso judicial. Y el Tribunal Constitucional, en un momento de lucidez poco habitual en él, ha sentenciado que las listas de Bildu son totalmente legales, con independencia de los espaldarazos públicos que esta pueda tener en virtud de los derechos al sufragio universal y a la libertad de expresión.
Entendería esta reacción si los actores hubieran intercambiado los papeles; es decir, si miembros de Bildu ondearan banderas de apoyo a ETA, hecho que sería constitutivo de un delito de apología del terrorismo, pero este no es el caso. De todos es sabido que los objetivos de la izquierda abertzale y de los terroristas son los mismos: un Estado vasco independiente y socialista.
Ahora bien, esto por sí mismo no constituye ningún delito. Lo que puede llegar a constituir un delito son los medios utilizados para conseguir este fin. Por tanto, mientras no se acredite la utilización de medios delictivos, por el bien de la democracia, sería bueno no volver a la ilegalización preventiva de organizaciones tan representativas de la sociedad vasca por simples intereses electoralistas.
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