El incendio de Bolivia
Los disturbios con muertos en las provincias rebeldes y los gestos de Chávez agravan la crisis
Bolivia vive en estos momentos una grave crisis, pero perfectamente evitable. Los primeros enfrentamientos con armas de fuego han causado al menos 10 muertos en Pando, una de las provincias rebeldes contra el Gobierno de Evo Morales. La violencia se ha producido, sin embargo, en choques entre partidarios civiles de ambos bandos, sin una intervención directa del Ejército o la fuerza pública, lo que podría hacer ya la situación irreparable.
La gravísima deriva puede vincularse a la expulsión el miércoles del embajador norteamericano, al que Morales acusó de conspirar con los autonomistas-secesionistas de Santa Cruz. La medida, cuando no hay constancia de que el diplomático hiciera otra cosa que entrevistarse con los líderes de la oposición, parece precipitada. La situación se agravó todavía más al extenderse a Venezuela. Washington expulsó al embajador boliviano, y el presidente venezolano, Hugo Chávez, conminó a abandonar el país al jefe de la legación estadounidense en Caracas, mientras, entre acusaciones malsonantes contra "los yanquis", y sin evitar una alusión a la flota rusa que visitará Venezuela en noviembre, aseguraba todo su apoyo, hasta militar, contra cualquier intento de derribar a Morales, para lo que los líderes de las provincias levantiscas (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) carecen, en cualquier caso, de medios. Además, acusó a EE UU de estar implicado en un presunto golpe contra él y que ha desembocado en la detención de tres militares retirados. Argentina, Paraguay y Brasil han anunciado su pleno apoyo a La Paz.
La raíz de la crisis boliviana fue el referéndum revocatorio del pasado mes, del que tanto el poder como la oposición se consideraron vencedores. Morales mejoró su apoyo con un impresionante 67% de votos, y los gobernadores rebeldes afianzaron su posición en medio de una extrema polarización. La disputa de fondo es el dinero. Los secesionistas quieren el control de las riquezas naturales, el gas, que producen, y La Paz, empeñada en mantener la sartén y el mango, no cede. Las cuatro provincias vulneran todas las normas constitucionales, pero Morales tampoco se muestra interesado en acercar posiciones. Las autoridades de Santa Cruz deben levantar su bloqueo de carreteras y condenar cualquier intentona separatista; y La Paz ofrecer negociaciones ya. Cualquier otra cosa sería mucho peor que jugar con fuego, porque el incendio ya ha comenzado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.