¿Salir de Afganistán?
Para contrariedad de Merkel, la guerra de Afganistán irrumpe en las elecciones alemanas
La guerra de Afganistán ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral alemana, a tres semanas de las elecciones generales. Irrelevante hasta ahora, básicamente porque ni los cristianodemócratas de Angela Merkel ni sus rivales y socios de Gobierno los socialdemócratas han presionado para poner fecha a la retirada de los 4.200 soldados presentes en el país centroasiático, ha saltado al primer plano debido al bombardeo, pedido por militares alemanes, de dos camiones con gasolina robados por los talibanes cerca de una base germana. En el ataque aéreo perdieron la vida numerosos civiles, una historia que se repite en Afganistán y que encona cada vez más las relaciones entre EE UU y sus aliados transatlánticos.
Progresivamente mortífera, la guerra afgana, bajo absoluto liderazgo estadounidense, es crecientemente impopular en Europa, donde los Gobiernos integrados en la misión de la OTAN son cada vez más renuentes a ampliar su implicación en un conflicto de horizontes sombríos y cuya realidad se intenta ocasionalmente enmascarar. En el caso alemán con la circunstancia de que la mayoría, en torno al 60%, es contraria a la presencia de sus tropas en aquel escenario, donde además el Gobierno de Kabul falsifica resultados electorales. Y ello pese a que el despliegue militar germano adopta limitaciones derivadas de sus imperativos constitucionales.
La canciller no aclaró ayer el incidente ante el Parlamento. Se limitó a rechazar las condenas antes de una investigación a fondo y a reiterar que debe ser una conferencia internacional este mismo año el foro donde se revise la estrategia, algo que plantea de una forma u otra y a la vez aplaza el debate sobre la salida de las tropas. La irrupción de la guerra en la campaña es una bendición del cielo para los adversarios de Merkel, en la medida en que puede socavar su sostenida popularidad y quebrar su campaña. Aunque los mayores beneficiarios pueden ser los ex comunistas y socialistas radicales de La Izquierda, también cabe que saquen tajada quienes han apoyado la intervención, como los verdes o los socialdemócratas, a pesar de compartir responsabilidades ambos en la decisión inicial y los segundos en su actual mantenimiento. Pero mucho tiene que enfangarse la cuestión afgana en los próximos días para que por sí sola pueda influir decisivamente en unos comicios en los que a estas horas Merkel corre todavía muy por delante de sus rivales.
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