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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Grecia, desbordada

El Gobierno debe frenar unos disturbios cuya extensión y gravedad amenazan la convivencia

Con una mayoría parlamentaria de un solo escaño, el primer ministro conservador griego, Costas Karamanlis, no puede permitirse el menor error. Desgastado por escándalos económicos en el entorno gubernamental y en vísperas de una huelga general, convocada para mañana por la reforma de las pensiones, la política de privatizaciones y el coste de la vida, el error trágico ha sido la muerte de un adolescente de 15 años por disparos de la policía en un barrio conflictivo de Atenas.

Grecia tiene tradición de protestas violentas, pero el furor vandálico desatado desde el sábado es el más grave en décadas. Por tercer día, en Atenas y otras ciudades se producían ayer choques entre policías y manifestantes, con decenas de detenidos y de heridos. Se han atacado, incendiado o destruido tiendas, bancos, comisarías, grandes almacenes. Los daños ascienden a millones de euros. La dimisión no aceptada del ministro del Interior, el procesamiento de los agentes implicados en el mortal tiroteo, el mensaje a la nación del jefe del Gobierno pidiendo calma y lamentando lo ocurrido, no han servido para enfriar los ánimos, en cuyo caldeamiento está representando un papel aparentemente decisivo un núcleo duro de jóvenes extremistas.

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Las raíces de un desbordamiento que amenaza ya la convivencia ciudadana son mucho más hondas que los evidentes excesos de la policía ateniense. La crisis global está golpeando acusadamente en Grecia, menos protegida que otros países europeos más desarrollados, tras una década de gran expansión. El crecimiento disminuye y la inflación aumenta. El Gobierno centro derechista de Nueva Democracia, muy vulnerable en el Parlamento y salpicado por una sucesión de escándalos, es percibido por muchos como apático y complaciente con los más favorecidos. La oposición socialista del Pasok le aventaja ya claramente en las preferencias de voto que reflejan los sondeos.

La muerte del muchacho ateniense ha desatado la ira contenida de muchos jóvenes, entre los que hay radicales, pero también muchos que no lo son. La incapacidad gubernamental para contener la prolongada y devastadora violencia no ayuda a Grecia. Para Karamanlis ésta puede ser una semana decisiva. Con la oposición de izquierda y los poderosos sindicatos lanzados a capitalizar su desgaste, la supervivencia del Ejecutivo depende ahora de la prolongación de los disturbios y del seguimiento que consiga la huelga general.

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