Crisis encubierta
La banca tiene que provisionar con rapidez los activos dañados por la depresión inmobiliaria
La agencia de calificación financiera Moody's acaba de advertir en un informe que la banca española tiene un déficit de provisiones de 57.000 millones de euros por el deterioro de sus activos causado por la crisis financiera e inmobiliaria. La voz de alarma de Moody's tiene tintes de acusación: los bancos y las cajas de ahorros están retrasando el reconocimiento de la morosidad, es decir, ocultando las consecuencias de la crisis sobre sus balances, a través de refinanciación de créditos que están a punto de convertirse en morosos o, incluso, comprando viviendas o promociones que se quedaron sin pagar.
No hay razones para rechazar el análisis de Moody's. La alarma que produce el informe proviene de que bancos y cajas reconocen las prácticas que denuncia, aunque tienden a quitarles importancia. Sin embargo, demorar los saneamientos de los balances, aunque sea contra los beneficios, tiene efectos muy perjudiciales. No sólo enmascara la crisis y aplaza la solución del estrangulamiento financiero, de forma que las dificultades crediticias asfixiarán a las empresas durante más tiempo, sino que puede producir un nuevo colapso inmobiliario a muy corto plazo. Las entidades financieras pondrán en el mercado las viviendas y promociones que han tenido que embargar, los precios no se recuperarán antes de cinco años -el tiempo necesario para absorber en provisiones esos 57.000 millones que faltan por cubrir-, varias cajas de ahorros y quizá algún banco se convertirán en entidades incapaces de prestar dinero y quizá alguna tenga que quebrar.
Lo que queda de 2009 y todo el año 2010 será muy difícil para el mercado inmobiliario y, en consecuencia, para la banca. La morosidad está por encima del 7% y la de los promotores inmobiliarios superará el 13% el año que viene. Por eso es tan importante un ajuste rápido de la oferta financiera; y por eso sorprende tanto que los bancos y las cajas no se den prisa en sanear los activos depreciados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Las fusiones de cajas, como la que acaban de aprobar Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, son una solución templada -siempre que vayan acompañadas de recorte de empleo y de oficinas; pero, si Moody's tiene razón, parece necesario acelerar el saneamiento de los activos. El Banco de España, vigía de la solvencia financiera, es la institución más indicada para aclarar si Moody's está en lo cierto o no.
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