La sofisticación de la cultura etrusca
CaixaForum recorre la civilización más misteriosa de la antigua Italia
La palabra misterio aparece siempre vinculada al mundo etrusco. Su religión, cultura, organización, escritura eran diferentes a las de los restantes pueblos que poblaron la antigua Italia. Sigue sin saberse si era un pueblo oriental que se trasladó desde Asia menor a la Toscana o se trataba de una comunidad autóctona. Lo que sí se sabe es que en sólo dos siglos, entre el X y el IX se hicieron por la mayor parte de la Italia prerromana y que en su momento de máximo esplendor alcanzaron una sorprendente sofisticación. Eran muy diferentes a otros pueblos contemporáneos. El filósofo Aristóteles les describió así: "Los etruscos comen en compañía de sus mujeres, que yacen con ellos como iguales". Fue el único pueblo que no sólo confió a sus mujeres los trabajos con tejidos, sino que se ocupaban de administra los bienes económicos.
La exposición Príncipes etruscos. Entre Oriente y Occidente es un recorrido por lo que fue la vida de las élites etruscas. Un centenar de objetos procedentes del Museo del Louvre, los museos etruscos de Roma y el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, capital de la Toscana. Entre ese centenar largo de espectaculares piezas hay esculturas, elementos arquitectónicos, objetos de ajuar doméstico, cerámica y refinadísimas joyas realizadas en oro y piedras preciosas.
La exposición está montada de manera que el visitante (adulto o pequeño) pueda seguir de una manera muy didáctica el origen, vida y final de este pueblo.
Centrada en las formas de vida de las élites aristocráticas (los dueños de la tierra, de las minas y comercio), se cuenta que los príncipes y comerciantes etruscos compraban oro en las minas próximas al Guadalquivir. Sus artistas realizaban después brazaletes, collares, anillos o prendedores que han inspirado hasta el abuso él último diseño en joyería.
En el recorrido, el visitante se encuentra reconstrucciones de lo que fue la vivienda etrusca y sus espacios públicos.
En la casa destacan los utensilios que usaban para funciones como comer, beber, perfumarse o para dirigirse a sus dioses. El refinamiento es la marca de identidad de todas estas piezas y en especial la de las jarras y vasos destinados al consumo de vino. No menos deslumbrantes son los ajuares funerarios distribuidos a lo largo de toda la exposición. Como otros pueblos antiguos, los etruscos abandonaban esta vida acompañados de sus mejores pertenencias. El encuentro con los dioses debía de ser tan fastuoso como su vida en la tierra. Las disputas por los yacimientos de sal, el petróleo de entonces, fue la causa de la extinción de este refinado pueblo.
Príncipes etruscos. Entre Oriente y Occidente. CaixaForum. Paseo del Prado, 36. Acceso gratuito. Todos los días de 9.00 a 20.00
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