"Los coches sin cadenas eran un peligro para el tráfico en la A-6"

"Cuando subí al autobús en dirección a Segovia nadie nos dijo que iba a nevar tanto", se lamenta Esther, una joven de Segovia que durante la semana estudia un máster en Madrid, y que el viernes por la noche volvía a la casa de sus padres. Su autobús salió a las ocho y media de la tarde y Esther tenía previsto realizar un trayecto de una hora. Pero al final el atasco provocado por la nieve hizo que estuviera más de siete horas: "Estaba desesperada, y sobre todo pensando en mis padres, ya que me quedé sin batería en el teléfono móvil y no podía decirles que estaba bien. Pero ellos se imaginaron lo que pasaba", explica la joven, que relata que al ver que el autobús patinaba el conductor decidió parar en Guadarrama durante más de una hora.

"Era difícil predecir una nevada tan localizada", explica un meteorólogo

"Relajación y fatalidad causaron el gran atasco", asegura la policía

Menos azaroso fue el viaje de Fernando Muñiz, entre Gijón y Madrid. Este hombre, en compañía de su mujer, Laura Delgado, realizó el trayecto entre la ciudad asturiana y Lavapiés para visitar a su hijo Alejandro: "Teníamos pensado llegar hacia las nueve y media de la noche, pero al final se nos hicieron las doce y media, tras estar durante más de una hora parados", relata este hombre, que asegura que en ningún momento se le avisó de la importancia de la nevada. En el trayecto, y tras comenzar a caer la nieve, el coche se deslizó hacia la cuneta, y fue entonces cuando se decidieron a instalar las cadenas del coche, que siempre llevan en el maletero. "Varios kilómetros después ya vimos carteles de nieve. ¡A buenas horas!", lamenta este asturiano, que sostiene que los coches que viajaban sin cadenas eran un peligro potencial, pero no solo para ellos, sino también para el resto de vehículos, ya que podían deslizarse de forma indistinta hacia la izquierda o la derecha de la calzada por el hielo que se había formado.

Fernando Muñiz destaca también que algunos de los conductores de vehículos afectados por el atasco no pagaron el peaje de la AP-6. Pero este no fue su caso, pese a estar parados más de una hora, y sin ningún tipo de información, explica. A las dos horas de comenzar a nevar, Fernando y su mujer Laura vieron aparecer la primera máquina quitanieves y hasta tres ambulancias, pero ya era tarde. Mientras tanto miraban con asombro desde su coche los centenares de vehículos parados en el otro sentido de la carretera, en dirección al norte de la Península.

Emilio Rey no padeció in situ el atasco en la A-6. Pero desde las ocho de la tarde este meteorólogo se mantuvo frente a su ordenador informando de las previsiones del tiempo: "El jueves ya se sabía que iba a nevar. Pero a las ocho de la tarde avisé de que habría problemas en la carretera. Pero también es cierto que es muy difícil prever que la nevada iba a ser tan localizada y de tanta intensidad", explica este experto, que difunde sus predicciones en Internet mediante la red social Twitter de forma gratuita.

El jefe de la Policía Local de Las Rozas, Manuel López, también considera que el "monumental" atasco se produjo a consencuencia de la "relajación" porque, según explicó, la predicción decía que la nieve no caería por debajo de los 800 metros. La "fatalidad" fue que varios autobuses y camiones se cruzaron en la carretera, haciendo imposible que las máquinas quitanieves limpiaran las carreteras. La situación se complicó, añade, también por la "imprevisión" de muchos conductores que no llevaban las cadenas.

"Fue una noche muy movida, y hasta pasadas las tres de la mañana no se calmó todo; comenzó con un accidente muy grave en la M-50 en el que se vieron implicados hasta 20 vehículos, y dos personas resultados heridas de gravedad, una de ellas un taxista que salió a la carretera a socorrer a los pasajeros de un autobús, y al que le tuvieron que amputar una pierna", explica este agente que trabajó hasta las cuatro de la mañana.

El cuerpo policial que dirige Manuel López realizó a lo largo de toda la noche servicios para descongestionar el tráfico interno de Las Rozas. También atendió a los heridos en los accidentes y personas vulnerables como un enfermo que quedó atrapado en el atasco cuando volvía a su casa tras someterse a un tratamiento de diálisis.