El coche eléctrico no consigue arrancar

"El coche eléctrico es el futuro", "una revolución, uno de los cambios más trascendentes en la movilidad urbana", decía el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), hace dos años. Entonces se comprometió a que, en colaboración con el Ministerio de Industria, Madrid contaría "en breve con unos 500 puntos de recarga" municipales para estos vehículos. Esa previsión aún no se ha cumplido, pero el Ayuntamiento sí ha adoptado medidas relevantes para impulsar "el modelo de movilidad del siglo XXI". Hoy, sin ir más lejos, la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Ana Botella, asistirá a la presentación comercial de un nuevo modelo.

Desde 2004, el Gobierno municipal bonifica el impuesto de circulación en un 75% para los coches eléctricos. Y desde el año pasado permite que aparquen gratis en las zonas de estacionamiento regulado. Sin embargo, ese esfuerzo no ha tenido (¿aún?) el resultado previsto. La mejor muestra es precisamente la cifra de particulares que han tramitado el permiso municipal para evitarse tener que pagar en los parquímetros: tan solo 58. El tráfico diario en 2010, por ejemplo, fue de 2,5 millones de vehículos.

El Ayuntamiento deja aparcar gratis a estos vehículos en la ciudad

No se trata de un problema exclusivo de la capital. El Gobierno central (PSOE) presentó en abril de 2010 un ambicioso plan de 600 millones de euros para impulsar el coche eléctrico. Preveía que este año se matricularan 20.000, y otros 50.000 en 2012. Pero entre enero y agosto solo se han vendido 213 coches (el 0,037% del total) y 344 motos.

El presidente de la patronal de concesionarios, Antonio Romero, aseguraba hace apenas un mes a este diario: "Se han vendido sobre todo a empresas y eléctricas que lo usan como escaparate. No hay nada de particulares, que es lo que importa". En efecto, en Madrid el Ayuntamiento ha otorgado 127 distintivos de "vehículo cero emisiones", pero en su mayoría a proveedores y fabricantes de los puntos de recarga (para realizar las pruebas pertinentes), a empresas que colaboran en el desarrollo de esta iniciativa y, por duplicado por motivos de seguridad, a los agentes municipales con motos eléctricas. En total, de esos 127 permisos, solo 58 corresponden a particulares.

Romero añadía: "Fomentar el coche eléctrico cuando no se vende ni un coche es como querer caviar cuando no tienes pan". Sin embargo, es precisamente la falta de infraestructuras de recarga -junto al alto precio de las baterías- lo que "hace prever una lenta introducción de estos vehículos, pese a las ayudas", según la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles. El Ayuntamiento prevé contar con 40 puntos de recarga municipales en la vía pública y otros 388 fuera (en aparcamientos, principalmente) para 2012, y hasta 2.150 (tanto públicos como privados) para 2013.

Pero el problema por ahora no es que haya más o menos puntos, sino que nadie los usa. "El consumo es mínimo, nos llegan facturas irrelevantes porque todavía no hay demanda real", asegura Sergio Fernández, responsable de la oficina municipal de Movilidad Sostenible. Desde mayo de 2010 (ese año había 81 puntos) hasta ahora (que hay 269), la factura de electricidad abonada por el Ayuntamiento por los puntos de recarga no llega a los 300 euros. No diarios. Ni mensuales. En total.

La electricidad en los puntos de recarga municipales es gratuita. "Es un proyecto piloto y demostrativo, no sabemos cómo va a evolucionar. En un futuro, será el sector eléctrico quien lo gestione", dice Fernández. Dentro de sus previsiones está también que los puntos de recarga se ubiquen en los próximos años en propiedad privada (garajes, aparcamientos de empresas, etcétera). Así se soslayará el que considera "elemento débil" del modelo actual, y causa fundamental del bajo uso de esos puntos: el cable. La autonomía de los vehículos eléctricos actuales apenas llega a los 150 kilómetros; están pensados para ser un segundo coche familiar, para trayectos cortos o desplazamientos al trabajo. Así, una recarga puntual de una hora diaria en un punto público no plantea mayor problema. Pero la carga fundamental, que implica dejar el coche varias horas enchufado, "genera incertidumbre" si se hace en la calle, explica Fernández.

En cualquier caso, el Ayuntamiento sigue apostando por este servicio, porque "genera visibilidad y conciencia ciudadana".

El coche eléctrico "no es la solución", según afirmaba el PP en su programa electoral de las elecciones municipales de mayo, "pero sí una parte importante de la misma", sobre todo cuando el principal problema de contaminación que sufre hoy día la ciudad es achacable a los vehículos diésel. Pese a ello, la fuerte apuesta del Ayuntamiento por las energías limpias (sobre todo, gas natural y biodiésel) para su flota municipal parece dejar de lado este modelo: solo cuenta con 100 eléctricos y 185 híbridos.

Los taxis eléctricos, otro de los ejes de actuación municipal, son híbridos no enchufables. Es precisamente en este sector, junto con el del reparto, donde el Ayuntamiento confía en que empiece a triunfar el coche eléctrico.