Un cigarro convertido en antorcha llega a la capital
El cigarro fue encendido frente a las ruinas del templo de Hera (Olympia, península del Peloponeso, Grecia), siguiendo el mismo ritual con el que se enciende cada cuatro años la llama olímpica (que no es eterna). Mediante un sistema de espejos, 16 mujeres (supuestamente vírgenes) con una indumentaria que recuerda a la época helénica, crean el fuego y prenden la llama que después se transporta, con un sistema de relevos y sin que se apague, hasta la ciudad que acoja los Juegos. Quizá a Madrid en 2016, quizá no. Todo se dilucidará hoy a las 19.00 horas en Copenhague.
Pero mientras tanto, el artista gallego Rubén Santiago (Sarria, Lugo, 1974), se ha encargado de que el fuego olímpico llegue a Madrid. No con una antorcha, pero sí con ese cigarrillo que fue encendido en el mismo templo de Hera, con el mismo sol y siguiendo los mismos métodos olímpicos. Eso sucedía el pasado 12 de septiembre. Después de su ceremonia vino un viaje de siete días en coche, 3.900 kilómetros, ocho países y 750 cigarros consumidos de todas las marcas encontradas en el trayecto ("todo por mantener el fuego vivo", comenta Rubén). Durante ese tiempo, el fuego original permaneció incandescente en una cadena continua en la que cada nuevo cigarrillo era encendido con los restos del anterior, manteniendo una cadencia similar a la del relevo de atletas que el olimpismo moderno ha hecho universalmente reconocible.
Ayer, con el fuego de Olympia ya en Madrid, se inauguraba, en la galería Off Limits, su exposición, En cadena: toda una reflexión acerca del significado y origen de los Juegos Olímpicos.
La llama olímpica está ya encendida en un pebetero en la citada galería.
"Me parecía muy curioso que fuese justamente el régimen nazi el que, en las olimpiadas de 1936 en Berlín, convirtiera la antorcha en un símbolo que ahora nos parece eterno; y es que podemos crear una narración milenaria en pocos años", explica. "Además, esa iconografía olímpica coincide en el tiempo con la campaña antitabaco iniciada por Hitler (que pasó de fumador compulsivo a ex fumador), y de ahí que haya usado un cigarrillo como antorcha".
En cadena. Off Limits. Calle Escuadra, 14.
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