Si bebes, manda un SMS
La fiscalía de Seguridad Vial investigará una 'web' que cobra por revelar dónde están los controles de alcoholemia
No se lo pueden creer. Los cuatro policías se pasan el móvil de uno a otro. "¡Míralo, si es aquí!". El mensaje lo dice claro. "Calle Guareña, s/n. Frente al Carrefour. Aluche". Y sí, es ahí. Un control de alcoholemia montado por la Policía Municipal, con sus lucecitas azules, los fluorescentes tipo espada láser para parar a los coches y cuatro agentes atónitos. La calle es ancha, pero apenas pasa nadie a las doce de la noche. A pocos metros hay una zona de copas. "¿Cómo se habrán enterado? Si ni yo sabía dónde venía hoy", replica otro agente.
El mensaje, por 1,50 euros, es la oferta de una web (www.nviacontrol.com) que arranca con una pregunta: "¿Necesitas saber dónde están los controles de seguridad en Madrid capital en este mismo momento?". Y funciona (más o menos) durante las madrugadas de jueves a domingo. Dos periodistas de EL PAÍS localizaron cuatro puntos distintos el pasado jueves por la noche gracias a este servicio. La Fiscalía de Seguridad Vial investigará quién está detrás de esta web y cómo consigue los datos, según manifestó uno de sus responsables.
Cada mensaje cuesta 1,50 euros e informa de una o varias patrullas
"Creo que tienen a un tío dando vueltas toda la noche", dice un agente
Pasan los minutos en Aluche. El móvil no ha vuelto a sonar. Aunque la web asegura que con enviar un solo mensaje se recibe un SMS con todos los controles, lo cierto es que hay que volver a mandar otro (ya van tres euros gastados, y no será el último) para recibir la siguiente comunicación. Vuelve a acertar con dos lugares. Controles en el Paseo de la Castellana, 33 y junto a El Corte Inglés de Princesa. Allí, los agentes paran un Volkswagen negro con cinco chicas que vuelven de fiesta. Le piden los papeles que la conductora, Rocío, entrega en un puñado porque no sabe buscarlos.
"Es mi cumpleaños, no he bebido nada", promete antes de bajarse a soplar. Tiene razón. 0,0 miligramos de alcohol en sangre. Sus amigas se ríen en el coche. "¡Qué llego tarde al colegio mayor y me quedo en la calle!", protesta una. "Si es que apuráis demasiao...", le recrimina el agente apoyado en la ventanilla bajada.
Las chicas no conocen la web. Ni la necesitan, dicen con risitas. Otra mujer, Laura, que también tiene que soplar, pide el número para mandar un mensaje "otro día por si acaso". Va sobria, confirma el test de la furgoneta de Princesa, donde se produce otro debate de agentes. ¿Cómo se enteran de los sitios? "Yo creo que tienen a un tío dando vueltas toda la noche", plantea uno. La madrugada del viernes hubo 20 controles de tráfico, según una portavoz de la Policía Municipal, en los que soplaron 200 personas y 10 dieron positivo. Hasta las tres de la madrugada, sólo llegaron seis de estos puntos al móvil que reclamaba la información. Y con cuentagotas. La portavoz advierte de "los peligros" de dar ese tipo de datos a conductores borrachos. Rechaza que la información que facilita la página sea fiable.
El dominio de la web, creada en enero pasado, pertenece a una empresa con sede en Galapagar con la que ayer fue imposible contactar. ¿Es ilegal lo que hacen? Agustín Hidalgo, fiscal adscrito a la Fiscalía de Sala de Seguridad Vial, explica que no es un delito mandar la información. El quid está en cómo se haya conseguido. "Si interfieren alguna frecuencia policial o sacan los datos de un cuadrante oficial, puede ser delito. Si dan vueltas en un coche y encuentran los sitios, no". El Real Automóvil Club de España (RACE), que ha denunciado la web, recuerda que la ingesta de alcohol es una de las principales causas de accidentes.
Cada mensaje de móvil enviado desde la página de Internet arranca con una frase manida: "Si bebes, no conduzcas". La web asegura que facilitan la información de los controles para que los conductores que hayan bebido se dirijan a uno de los puntos "de manera voluntaria" antes de coger el coche y, en función del resultado del test, decidan si conducen o no. En la calle de la Princesa, uno de los agentes del control de alcoholemia pone cara de guasa: "Pues no, no ha venido ningún voluntario", confirma antes de dejar seguir el coche con las chicas que ya llegan tarde al colegio mayor.
"Sí, sí, por aquí pasó uno el otro día". Al agente que controla a los conductores en Joaquín Costa, 26 no le sorprende el mensaje del móvil. Cuenta que un par de semanas atrás dos amigos llegaron a pie hasta él con el teléfono en la mano. Querían probar suerte. ¿Y cómo salió la prueba? "Ah, no. No tenemos obligación de hacerla a quien no conduce", concluye antes de parar el siguiente coche.
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