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Reabre el Valle de los Caídos tras cerrar por un desprendimiento

Un fragmento de 'La Piedad' se precipitó al suelo

Los visitantes que ayer, 18 de julio, 72º aniversario del alzamiento militar contra el Gobierno constitucional de la Segunda República, acudieron a recorrer la basílica del Valle de los Caídos, a 58 kilómetros al noroeste de Madrid, pensaban que el andamiaje que techaba el acceso a la cripta de 262 metros de profundidad de la gran cruz de piedra era una obra más de cuantas afectan a los monumentos públicos durante los veranos. Sin embargo, el pasadizo andamiado allí tendido era un elemento cobertor que les protegía de posibles desprendimientos de piedras, como la que se abatió sobre el suelo del acceso público en la tarde del pasado 11 de julio. Hasta ayer y desde esa fecha, la basílica había permanecido cerrada.

La estatua yacente muestra signos de erosión, manchas y afloramientos

Seis minutos después de culminar la visita al público, a las seis de la tarde del 11 de julio, y tras dos tormentas con abundante aparato eléctrico allí registradas, un fragmento de piedra negra de Calatorao, de unos 40 centímetros de longitud y unos 10 kilos de peso, cayó sobre el suelo desde una altura de 45 metros. Procedía del antebrazo de la imagen del Cristo que yace en brazos de la Virgen María, dentro del grupo escultórico conocido como La Piedad. No hubo heridos ni lesionados.

Las esculturas, de cinco metros de altura por 12 de longitud, que coronan el dintel de la principal entrada basilical, presentan signos de erosión y afloramientos cálcicos; fueron cinceladas hace más de 50 años por el escultor emeritense Juan de Ávalos (1911-2006). Autor también de los evangelistas de 18 metros de altura situados al pie de la cruz, fue él quien decidió en 1978 trocear y apear al suelo los pegasos alados, obra de Agustín Querol, que coronaban el Ministerio de Agricultura, en Atocha, de los cuales se había desprendido un fragmento semejante al caído en la basílica.

Pablo Larrea, delegado de Patrimonio Nacional en el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, organismo estatal que administra los bienes de la Corona y de quien depende la basílica, informó ayer de que "por razones de seguridad hacia el público y los empleados que allí trabajan, se extenderá el estudio ya realizado en la escultura fragmentada a las de los cuatro evangelistas que jalonan la base de la cruz". Por ello, el funicular que accede hasta los evangelistas permanecía ayer cerrado al público. Aunque se contempló la hipótesis según la cual el desprendimiento podría haber sido causado por un movimiento sísmico, ésta fue, en principio, descartada, pues en esa fecha sólo hubo uno cercano, de intensidad 2 en la escala de Richter, con epicentro en Carpio de Tajo, en Toledo.

El Valle de los Caídos alberga una estación que mide los movimientos de la corteza terrestre -unos 20 centímetros de oscilación anual- en 11 puntos de distinta cota desde la explanada frontal hasta la base de la cruz monumental. "Es una de las mejores de Europa, pues se asienta sobre terreno cristalino estable sin retenciones de agua", explicó José Luis Valbuena, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

La cruz del Valle de los Caídos, que se yergue a 150 metros de altura, con 46 de anchura, en la falda de la sierra de Guadarrama, fue ideada por Franco como enterramiento propio y de los muertos de su bando en la Guerra Civil de 1936-1939; proyectada por Pedro Muguruza y Diego Méndez, fue construida en 17 años por 20.000 obreros, en su mayoría presos antifranquistas, e inaugurada en 1959. Es más alta que la pirámide de Keops en Egipto (140 metros), que la Giralda de Sevilla (97 metros) y que la Estatua de la Libertad de Nueva York (92 metros).

Un entoldado protege de posibles desprendimientos.
Un entoldado protege de posibles desprendimientos.BERNARDO PÉREZ

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