Al Orgullo Gay con auriculares
Los organizadores recuperan el escenario de la plaza de Chueca a cambio de celebrar 'sesiones silenciosas' de 'dj' que se escuchen solo a través de la radio
Habrá Orgullo. Habrá escenario en la plaza de Chueca. Y encima lo pagará el Ayuntamiento de Madrid. Eso sí, a cambio, lo que no podrá haber es ruido, así que la música será silenciosa: solo se podrá escuchar con auriculares.
Los organizadores de la fiesta (que comienza el miércoles 29 con el pregón y finaliza el domingo 3 de julio) se reunieron ayer con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y con la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, para solventar una encrucijada que traía a unos y otros de cabeza desde hace dos semanas.
El Ayuntamiento había dado permiso a los organizadores para superar los límites de ruido del festejo en cuatro escenarios: la plaza del Rey, la calle Pelayo, la plaza de Callao y la plaza de España. La normativa estipula que no se rebasen los 45 decibelios entre las once de la noche y las siete de la mañana, pero concede excepciones. El Gobierno municipal las aprovechó para elevar el techo permisible hasta los 90 decibelios entre las once y las 2.30 de la madrugada, del jueves al sábado.
Pero la plaza de Chueca, el quinto escenario en liza, se quedó fuera. La ley no permite alterar los límites si existe un centro sanitario o educativo o una residencia de mayores a menos de 150 metros. Los organizadores se rebelaron: ya en 2010 perdieron la plaza de Vázquez de Mella, consagrada ahora solo a actividades culturales silenciosas, debido a las quejas por exceso de ruido. Pero las protestas fueron inútiles e incluso contraproducentes (un grupo de exaltados llegó a increpar al alcalde de noche frente a su casa). Además, una asociación de vecinos se encargó de marcar de cerca al Ayuntamiento para evitar cualquier cesión, llegando incluso a acudir a los tribunales.
Finalmente, tras la reunión de ayer, el escenario de la plaza de Chueca se mantendrá. En él pincharán dj (la programación de toda la fiesta se conocerá hoy), pero su música no se proyectará a través de altavoces. Los organizadores han llegado a un acuerdo con una emisora de radio, Loca Fm, para que retransmita el sonido de esas silent sessions a través de su frecuencia e Internet. Solo se oirá con cascos.Los organizadores pidieron una cita al alcalde para zanjar en persona el problema con su escenario más emblemático. Ayer acudieron al Ayuntamiento con una idea ingeniosa, y salieron con la plaza de Chueca bajo el brazo, y un compromiso adicional de ayuda económica. "No queríamos perder la plaza, así que la solución la hemos aportado nosotros", explicaba Antonio Poveda, presidente de la Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales.
El jueves, de ocho de la tarde a medianoche; el viernes, de ocho a 2.30; y el sábado, de 21.30 a 2.30, todo aquel que lo desee podrá escuchar la música de ese escenario a través de auriculares conectados a un transistor o a un teléfono móvil (mediante una aplicación disponible para iPhone, Android y Blackberry).
No harán falta unos cascos específicos, pero aun así los organizadores están buscando un patrocinador para poder repartir algunos en las barras y locales de Chueca, como se hace habitualmente en los trenes AVE o en los aviones, según informa Juan Carlos Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios Gays y Lesbianas. La música se podrá escuchar así en todo el radio de acción de la emisora, y no solo en la plaza.
Este mismo mecanismo se empleará en la plaza de Vázquez de Mella, pero no con un escenario en la vía pública sino dentro del recinto sociocultural en el que se organizan actividades durante las fiestas, y mediante otra emisora de radio diferente.
Además, los organizadores barajan también la posibilidad de montar una caja insonorizada de gran tamaño, construida con metacrilato transparente, para encerrar en ella a grupos de música y retransmitir también por radio sus conciertos. Sin embargo, aunque no descartan una sorpresa de última hora, todavía no saben si será factible económicamente montar ese tinglado a tan corto plazo, según Alonso.
Pese a que el Ayuntamiento había ofrecido extender las fiestas a la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta (más conocida como de la Luna), los organizadores han descartado ya esa posibilidad. "La crisis también nos afecta. El 35% del dinero lo aportan los empresarios, y el resto viene de patrocinios, que este año se han reducido. No hay dinero para pagarlo todo", explica Alonso. Precisamente por este motivo era de vital importancia salvar la plaza de Chueca: es cierto que es el centro sentimental de una fiesta reivindicativa de la igualdad homosexual. Pero también es un puntal clave para la viabilidad del festejo. Los organizadores recaudan fondos mediante la venta de permisos para colocar barras. A los empresarios les interesa montarlas junto a sus locales; así, pagan mejor y más fácilmente un puesto cerca de su bar, que otro muy a trasmano, como estaría el de la plaza de la Luna.
Ante los aprietos que atraviesa una fiesta clave para la proyección turística de la ciudad (el año pasado generó entre 31 y 42 millones de euros), el Ayuntamiento se comprometió ayer a costear la instalación de los escenarios de la plaza de Chueca y de la plaza de España, con un coste que aún no tiene calculado. En 2010 ya facilitó 45.000 euros para el de plaza de España y el concierto de Kylie Minoge. Según los organizadores, el 90% de los artistas actúan gratis, pero hay que costear los gastos de infraestructura que generan.
Los conciertos silenciosos no son novedad. Se trata de una idea explotada comercialmente por una empresa holandesa, aunque en una modalidad algo diferente de la del Orgullo. Desde 2006 se celebran, por ejemplo, en el FIB. En una zona tranquila del festival, con piscina y césped para descansar, se instala una carpa para que pinche un dj, en este caso Nico Okkerse, del entramado Silent Disco. Los que lo deseen pueden escucharlo a través de cascos inalámbricos. "Bailan como locos, pero no meten excesivo ruido, es mucho más tranquilo que una pista normal; hay dos o tres que cantan muy alto, pero en general es como una habitación con gente hablando", asegura Gustavo Navedo, un portavoz del FIB.
El Ayuntamiento da por descontado que habrá jolgorio, pero sabe también que es casi imposible evitarlo: sin escenario, también habría gente de fiesta en la plaza y, según los organizadores, al menos las barras evitan un macrobotellón.
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