Novillos llenos de energía

La tercera novillada del ciclo 8 Naciones fue un antídoto contra la desilusión. La vacada portuguesa de Murteira Grave llevaba años aburriendo al personal con animales hondos, pero con escasa movilidad y sin fuerza alguna. Los dos primeros mantuvieron este último defecto, sin embargo, la novillada dio un juego más que interesante. Sobre todo el cuarto en el caballo. Tragó dos puyazos con alegría y entrega, galopando al encuentro del peto.

Derrocharon entrega, ganas de repetir en los engaños y embestidas dulces. Es decir, reunían todas las condiciones para que la terna triunfase. No fue el caso, pero sí hubo quien se lució. Saúl Jiménez Fortes, que sufrió una espeluznante cogida -sin consecuencias- en la pechera y quedó colgado algunos segundos del pitón del tercer novillo, destacó por sus buenas maneras, su gusto y facilidad para agradar con el capote.

En su primera comparecencia en la temporada ven-teña dio algunas pistas de su buen hacer. Ayer mostró su evolución. Al tercero le hizo una faena, cerca de las tablas, ligada, con detalles de artista, y mucho temple. Además del percance, tardó en matar al animal. Con el que cerraba plaza, un animal al que había que llegar muy cerca y poner la muleta delante del morro, insistió hasta arrancar pases limpios, de uno en uno. Mató de una certera estocada. Una pena que no matase así al primero, tendría, a buen seguro, una oreja en el esportón. Una vuelta al ruedo sabe a poco para este malagueño.

Daniel Nunes, exponente portugués, recuerda por sus formas a José Miguel Arroyo, Joselito. Dejó un gran quite por tafalleras, algún muletazo suelto y muy mala impresión con la espada. Que en su país no se maten los toros no es excusa para emborronar una gran actuación.

Pablo Santamaría, representante de Ecuador, en el certamen, no dio la sensación de estar preparado para el compromiso.