Desaparece en Madrid un estudiante de intercambio después de una fiesta

Salió de casa sin documentación, con dos móviles y con ganas de fiesta. Se tomó unas copas en el apartamento de un amigo y después se fue con cinco compañeros más a la discoteca La Riviera, en el paseo de la Virgen del Puerto. Ayer nadie sabía nada del estudiante de intercambio Austin Taylor Bice. No responde ni al teléfono que trajo de EE UU ni al que compró en España. Ya han transcurrido cinco días desde que desapareció.

El viernes los porteros de la discoteca impidieron al joven estadounidense de 22 años entrar al local. Estaba "un poco borracho", cuenta su casera y compañera de piso, Kiria Costa, según la versión que le dieron los amigos que salieron de fiesta con él. El australiano Alexander Fleming fue el último en verle, según confirma Carlos López Terradas, responsable de relaciones internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid donde estudiaba el joven californiano desde el 23 de enero. Fleming se quedó esperando con Bice en la puerta de la discoteca, hasta que el desaparecido decidió irse.

Austin Bice llegó de California en enero para estudiar en la Carlos III

Costa denunció el sábado la desaparición de Austin Taylor Bice. Ella, junto a los amigos del californiano, se han dedicado desde entonces a empapelar la capital con su foto. La mayoría de sus amigos en España son también estudiantes de intercambio de la Universidad Carlos III.

Bice llegó de la San Diego State University para cursar un cuatrimestre (hasta junio) de Economía y de Administración y Dirección de Empresas. "Tenía muchas ganas de venir a España", cuenta en inglés Larry Bice, el padre del joven que aterrizó en Madrid ayer a las diez de la mañana. Hablaban varias veces a la semana desde que el estudiante se instaló en la capital con el fin de completar sus estudios de International Business Major con un semestre en el extranjero.

Estudia español desde el instituto y según su compañera de piso, "solo tenía un poco de acento, pero se le entendía perfectamente". Aunque con sus amigos se comunicaba en inglés. "Eran de Suecia, EE UU, Austria, Australia y Canadá", confirma el padre. "Habíamos quedado el sábado para ver un partido de baloncesto y pensábamos que seguía durmiendo", cuenta la compañera de piso. Fue cuando se dieron cuenta de que Bice no aparecía.

No había señales de él ni en casa, ni en los móviles, ni en los hospitales. "Hemos ido en persona y les hemos enseñado una foto", relata Costa. Bice se dejó el pasaporte y el carné universitario en casa así que intentan localizarlo mediante su descripción física. Es un joven alto (1,95 metros) y de complexión fuerte (100 kilos), con barba de un par de días. Llevaba camiseta y vaqueros la última vez que fue visto. El padre ha comprobado que Bice no ha utilizado sus tarjetas ni sus teléfonos desde el jueves. La universidad afirma que no ha mandado ningún email desde el viernes a las 16.30.

La policía no quiso ayer dar detalles sobre la investigación pero informó a la universidad de Getafe de que "está ya en todas las bases de datos" de las comisarías. El caso se ha asignado a un grupo policial especializado, según Bice padre, quien se enteró el domingo de madrugada de que su hijo había desaparecido. "La policía nos recomendó que esperáramos 48 horas para avisar a la familia", apunta Costa.